Atados al Destino

13.

DAPHNE

Un extraño ruido hizo que mis ojos se abrieran de golpe, me encontré en un lugar completamente extraño para mí, asustada, me senté en la cama mirando todo a mi alrededor. El recuerdo de Harvey adolorido y yo acostándome a su lado me llegó a la mente, mis mejillas se sonrojaron al comprobar efectivamente que seguía en su habitación, pero esta vez, estaba sola.

Acomodé un poco mis ropas y salí de su habitación, él se encontraba en la sala con una gran cantidad de documentos regados en la mesa de centro y la laptop sobre sus piernas.

—Veo que te sientes mejor. —me acerque hasta donde se encontraba levantando algunos papeles en el camino.

—Solo un poco, pero no puedo descansar demasiado, hay demasiados pendientes. El trabajo está a tope, afortunadamente tu estas ayudando a mi padre en el taller, sería mucho más difícil si no estuvieras allí.

—¿Quieres que te ayude un poco?

—¿Hablas en serio? —me miró un poco sorprendido.

—Claro, recuerda que me graduó de administración y diseño al mismo tiempo, tengo conocimientos de ambas áreas, puedo ayudar a tu padre y al mismo tiempo ayudarte a ti.

—Eso seria perfecto, gracias. —me señalo uno de los arrumes de documentos y me concentro en lo que estaba haciendo.

Me sente a su lado a revisar cada uno de los documentos hasta que el telefono del apartamento comenzo a sonar con insistencia.

—Responde por favor, tengo algo aqui que no quiero perder. —hice un sonido con la garganta y fui a contestar la llamada, de reojo miraba a Harvey, a mi parecer se veia muy cambiado, demasiado. Era un cambio muy bueno para ser verdad.

—¿Hola?

Hola Daph, linda, ¿cómo están?

—Allisa, que agradable escucharte, estamos muy bien, ¿y ustedes?

De maravilla, ¿Cómo está mi hijo?

—Algo ocupado con trabajo, intentó ayudarle a liberar un poco de carga.

Que bueno que le ayudes a mi hijo. —se quedó en silencio un par de segundos.

—¿Sucede algo Allisa?

La verdad es que he organizado una cena, pero, se que Harvey no querrá venir, ¿podrías traerlo? —mordí mi labio mirando a Harvey de reojo, eso iba a ser difícil.

—Claro que sí, ahí estaremos. —Hablé en voz alta para que él me escuchara.

—¿Estaremos donde? —Tal como lo planee, él se giró a mirarme con confusión.

—Tu madre nos espera para cenar esta noche.

—¿Qué? Daphne aun no termino mi trabajo, no es algo que puedas decidir. —rodé los ojos, era realmente un incordio a veces.

—No pude negarme, ya sabes como es tu madre, me dio vergüenza negarme a su insistente invitación. —mentí. Harvey pasó las manos por su rostro varias veces, se notaba estresado.

—Tengo que terminar esto. —se quejó fastidiado.

—No te preocupes, vamos a cenar con ellos y al regreso te ayudaré hasta que finalicemos, de esta noche no pasa. Además, tu madre vendrá hasta aquí si no llegas a su cena.

—Tienes razón, supongo que no puedo negarme ahora.

—Supones bien. —regrese a su lado y le ayude a dejar todo ordenado para nuestro regreso.

—Voy a cambiar mi ropa y salimos, ¿ok?

—Ok. —También me cambié de ropa en tiempo récord, después de todo, dormí con mi ropa y había partes llenas de arrugas.

El viaje a casa de los padres de Harvey fue rápido, Owen fue quien nos recibió en la puerta, cosa que nos extrañó un poco, siempre era Allisa quien nos recibía.

—Owen, que agradable verte. —saludé, aunque nos habíamos visto un rato en la tarde.

—También es grato verte fuera del estrés del taller. Pasen, Allisa está en la cocina.

Harvey y yo nos miramos extrañados al ver el desorden que había en la cocina y a su madre con delantal puesto preparando la comida.

—Madre, ya vinimos. —saludo él

—Hijito, Daphne. Gracias por venir. Me alegra mucho que estén aquí. —exclamó entusiasmada y se giró a seguir en sus labores, al ver el gran desorden que tenía en el platero busqué un delantal y me adentro a ayudarle a limpiar los trastes. —No era necesario.

—No es nada Allisa, entre los dos es más fácil. —En cuestión de minutos ya teníamos la cocina ordenada y los platillos en el mesón listos para ser llevados a la mesa principal.

—Que bueno que fuiste tú quién contestó el teléfono, de lo contrario Harvey me hubiese dado mil excusas y me hubiera dicho no, como los últimos días que le llamó y está ocupado.

—Si, ha tenido mucho trabajo.... — miré detenidamente cada uno de los platillos que preparó, se veían todos deliciosos, mi boca se hacía agua de solo verlos, —¿Usted preparó todo eso? —pregunté admirada

—Así es, preparé un poco de lo que le gusta a Harvey y el platillo favorito de mi Frank —sonreí forzado al saber que Frank estaría presente, eso solo significaba una cosa.

Harvey de mal humor.




Reportar suscripción




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.