Narra Ana Swan
— Ana, vamos, es la tercera novela que has visto el día de hoy, también es la tercera con la que lloras. Mejor haz algo de provecho como limpiar tu desastrosa habitación. ¡Vamos, tienes 23 años! y sigues viendo novelas de amor en Netflix en vez de vivir la tuya. Ana... no quiero que termines siendo una anciana sola más que con sus gatos y ya. Sal a socializar, a conseguir un trabajo mínimo por distracción, ve a conseguir un novio guapo mientras eres joven y bella, ¡no puedes quedarte en cama todo el día Ana! — me reprocha mi hermana mayor, Laila, al verme llorando en mi cama de nuevo por una novela.
— Laila, así soy feliz, no quiero salir a socializar porque las personas son crueles y malas, te tomaré la palabra sobre conseguir un trabajo pero... ¡¿recuerdas que llevo más de un mes buscando uno y nadie me contrata?! — eso solo me dio más tristeza y comencé a llorar más fuerte. ¡Soy una miserable!
— Ay Ana... estoy preocupada por tí. No tienes trabajo, no tienes vida social y mucho menos amigas o algún novio, sabes que lo del trabajo no es necesario porque con mi sueldo alcanza, sin embargo... si consiguieras un trabajo podrías comprarte cosas que tu quieras y ya no depender de mi Ana... — estaba muy triste por mi hermana. Siempre se esforzaba por mi, ¿y que le dió la vida? Una hermana miserable.
— Laila, sé todo lo que haces por mi y te lo agradezco mucho, la verdad, yo solo sé ser un humano inútil, solo estoy... existiendo, no tengo ningún propósito en esta vida o algo por que vivir... no deseo mi muerte ni nada solo... estoy esperando a que llegue — respondí rendida.
— Eso es desear tu muerte y es justo lo que me preocupa.
— No te preocupes, aunque sea inútil no deseo mi muerte, puedes irte tranquila — dije dándole unas palmadas en el hombro.
— Bien, aún es temprano pero en la noche si te da hambre calienta lo que está en el refrigerador para la cena, me voy, no te duermas tan noche — me dice saliendo del pequeño departamento en el que vivimos.
Soy Ana Swan, tengo 23 años y... no tengo nada más interesante que contar sobre mi aparte de ser un ser humano inútil y que solo anda por ahí existiendo.
Todo el tiempo me siento mal por eso, mis días de aburrimiento extremo y día tras día, un sentimiento de soledad duele... no tengo a nadie ni nada más aparte de mi hermana, soy tan distinta a ella, ella tiene trabajo, un buen novio, vida social y es muy querida y apreciada por todos los que la rodean.
Ella trabaja de enfermera en un hospital y físicamente... no es tan distinta a mí, las dos tenemos piel blanca, ella tiene ojos cafés y yo ojos entre azules y verdes, ella tiene el cabello café largo hasta la cintura y un cuerpo muy saludable y lindo y yo... yo tengo salud. No soy tan femenina, y no porque no me guste, es más porque... a mi no me va verme femenina. ¡Mira a mi hermana! Femeninanente hermosa. ¿Y yo? Estúpidamente estropeada.
Laila, es la chica de los tacones y vestidos y yo, soy la chica de los botines, botas, tenis y jeans. ¿Quién querría a una chica así?
Vamos... tampoco es como si supiera caminar mucho en tacones.
Sí... esa es mi vida y estoy harta de todo esto.
Tanta tristeza me dieron ganas de ir a comprar un gran bote de helado de vainilla. Apenas son las 5:55 pm, quizá vea otra novela y llore como si no hubiera un mañana.
Tanto llorar creo que algún día me matará.
Tomé un poco de dinero de mi muy pequeño ahorro que tengo después de hacerle un favor a mi vecina; una señora ya grande que me pidió que le trajera cosas del supermercado que a cambio, me dio un poco de dinero.
Cuando estaba apunto de salir a la calle, me paré frente a un espejo para intentar parecer un poco decente. ¡HORRIBLE! Estaba despeinada, los ojos hinchados, con ojeras, ¿acaso soy un ser viviente? ¿En serio me veo así todo el tiempo? No es de extrañarse qué mi hermana esté preocupada por mi. Menos mal decidí aunque sea peinarme un poco.
Al salir a la calle, como siempre que lo hacía, cerré los ojos y comencé a escuchar el sonido de los pájaros, el viento, el hermoso cielo con pinceladas color naranja, hermoso.
Comencé a caminar sin preocupaciones cuando de repente en un semáforo, vi un papel color morado que decía:
¿Cansado de que tu vida sea una miseria? ¿Cansado de tus situaciones amorosas en desastre? Yo te puedo ayudar... estamos en la calle Galena # 45. Yo, tengo el resultado a una mejor vida.
Esto se ve muy extraño, no sé por qué aquel papel en específico había llamado mi atención entre los tantos qué había.
En una esquina del papel decía, "la hechicera del sol y las estrellas" ¿hechicera? ¿Qué es esto? ¿Una clase de magia? Creo en la magia, no de esta manera, sin embargo, esto suena muy extraño, pero, ¿y si lo intento? ¿Será muy desesperado intentarlo?
Vamos, estoy en una situación desesperada, ¿en serio tengo que preguntarme eso?
Arranqué el papel del semáforo y empecé a detallarlo mejor.
La calle Galena no está tan lejos de aquí así que puedo ir pero, creo que tendría que ir por más dinero a mi casa. He escuchado que esto no es nada barato.
Traté de ir corriendo a casa, y cuando llegué abrí la puerta y tomé todo el dinero que tenía de mi ahorro, eran $2,000 exactos.
No puedo creer que voy a sacrificar dos meses de ahorro por esto.
Salí de casa y venía perdida en mis pensamientos, <<¿sí servirá? ¿cobrará mucho? No tengo tanto dinero y si me cobra mucho... me voy a involucrar con magia, esto es extraño. Nunca me imaginé hacer algo tan desesperado como esto, debo estar volviéndome loca. Aver... piensa bien, ¿quieres hacer verdaderamente esto? Meah, necesito probar, no pierdo nada intentándolo>> pensaba mientras caminaba, no me percataba de nada hasta que choque con la espalda de alguien. Levante la cabeza y era un chico alto, lo primero en lo que me fijé fue en su ancha espalda, después volteó con migo y me tomó de la mano, me arrastró hasta esquina donde casi no se veía nada, parecía como si se estuviera escondiendo