Athena

23

 

 

 

 

 

 

Kai no se lo pensó. Jugándose el todo por el todo, dejó que sus años de adiestramiento tomasen el control de su cuerpo y embistió a Kolyer para quitarle su arma. El mercenario, sorprendido por el repentino apagón, perdió valiosas décimas de segundo en adaptarse a la oscuridad. Décimas de segundo que le salvaron la vida a Kai. Haciendo uso de toda la fuerza física que pudo reunir, le asestó a Kolyer un potente directo en la mandíbula al mismo tiempo que le cogía el arma. Dolorido por el fuerte golpe, Kolyer retrocedió varios pasos, dándole a Kai el espacio que necesitaba. Sin dudarlo un instante, Kai apretó la pistola contra el estómago de su enemigo, vaciando el cargador entero sin piedad.

Sin emitir apenas un quejido, el mercenario se derrumbó a los pies de Kai. Cualquier otro se hubiese permitido bajar la guardia. Pero no él.

No en vano Slade Kolyer era conocido en toda la galaxia como el «mercenario inmortal». Siempre sobrevivía en cualquier entorno por hostil que fuera y a las heridas más graves.

Con suerte, disparándole el cargador entero en el estómago ganaría algo de tiempo. O tal vez no.

Como si de un zombi se tratara, Kolyer estiró un brazo hacia uno de los pies de Kai.

—No tengo tiempo para esto —murmuró Kai cogiendo su propia pistola para dispararle varias veces al mercenario en ambas piernas.

Comprobó con rapidez su ordenador de muñeca. Arqueó una ceja al ver un contador holográfico:

33:53:20

Debía salir del sector Unhru y pedir ayuda lo antes posible.

Arqueó una ceja al oír cómo uno de los altavoces del puente de mando cobraba vida.

—Veo que sigue en forma, teniente Reed...

Kai no puedo evitar exhalar un gruñido al escuchar esa voz.

Larthan.

—Le he ganado a su asesino, ¿no tiene nada mejor que enviar contra mí, almirante? —masculló Kai, realmente molesto por la traición de la vieja amiga de su abuelo.

—Desde luego —confirmó Larthan antes de cortar la comunicación.

Apenas un instante después, se escuchó un pitido de alarma proveniente de un terminal del puente. Inquieto, Kai se acercó a ver de qué se trataba.

 

CÓDIGOS DE SEGURIDAD ACEPTADOS

INICIANDO AUTODESTRUCCIÓN

01:30

 

—Esto me pasa por bocazas —maldijo Kai al leer el terminal.

Se activó una estridente alarma. Era hora de irse.

 

 

 

 




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