Tiempo después.
Me encuentro en mi cuarto haciendo la tarea, cuando de repente escucho los gritos desesperantes de mi madre provenientes del pasillo. Me tiro de la cama y corro hasta la puerta para ver lo que ocurre.
—¡¿Qué pasa mamá?! — Asustada salgo del cuarto.
—¿Dónde está Tamara? — Pregunta totalmente alterada.
—¿Cómo que en dónde está Tamara? ¿Ella no estaba contigo? — Pregunto confundida.
— Sí — Afirma llevándose las manos hasta la frente— pero no sé, ¡no sé dónde está! — Continúa diciendo mientras camina de un lado a otro por el pasillo—. Se fue, debió de salir, esa sería la única explicación—. Se para frente a mí.
— Mamá cálmate, ¿sí? — Digo sosteniéndola por los hombros — Yo la buscaré. ¿Ya llamaste a sus amigas?, de seguro está con ellas— Continúo diciendo— Mira mamá, no te preocupes, la esperaré aquí, si ella salió, pronto volverá, y cuando lo haga hablaremos seriamente con ella, ¿va?
— No, creo que será mejor que vaya a buscarla — Dice mientras se aleja de mí.
— No mamá, no es buena idea. Ni siquiera sabes dónde puede estar, si sales será en vano, además, debes descansar, ya es muy tarde y mañana tienes que ir a trabajar — Digo siguiéndola.
—¿Y acaso crees que podré pegar un ojo sabiendo que mi hija está en no se donde y mucho menos con quien está?, ¿Y si le pasó algo?, ¡No!, yo iré a buscar a mi hija— Dice alterada y desesperada mientras va por las llaves del auto.
— Mira, tranquilízate, como te dije, de seguro anda por ahí con sus amigas, además, ella sabe cuidarse sola y sabe cómo volver. Sé que en algún momento volverá, tu vete a dormir que yo la esperaré, no te preocupes. — Le digo para tranquilizarla. Lo piensa por unos segundos, mira el reloj y me dice.
— Está bien, pero sólo es porque debo madrugar. Cualquier cosa me avisas — Dice más tranquila mientras se dirige a su cuarto sin ánimo.
Mi madre (la señora Coleman) se encierra en su cuarto, decido irme a la sala a esperar a Tamara sentada en el sofá. Transcurrieron las horas y aún sigo aquí, no me he movido durante todo este tiempo, ni siquiera para ir al baño, cuando de repente noto que Tamara llega sigilosamente, con sumo cuidado cierra la puerta y camina de puntillas con dirección a nuestro cuarto para que nadie se despierte.
—¿Dónde estabas Tamara Marí Coleman? — Pregunto molesta parándome de golpe haciendo que Tamara se sobresalte.
—¡Ay, no molestes!, mejor me voy a dormir — Contesta subiendo los escalones con los zapatos en las manos, y con una capucha puesta.
— Llevo esperando horas por ti, ¿En dónde te metiste? — Pregunto furiosa mientras la sigo.
—¡No te metas en mi vida! — Grita Tamara mientras sube corriendo las escaleras.
La sigo hasta el cuarto.
— Tamara… Tamara… ¡Tamara!, te estoy hablando — Entro en la habitación.
— Déjame dormir — Se acuesta con la ropa aún puesta.
— Mamá estaba muy preocupada por ti, estuvo… ¿Estás tomada?, apesta a alcohol aquí — Digo poniendo cara de asco a la vez que tapo mi nariz con los dedos.
— Claro que no lo estoy, serás tú la que está tomada.
— Si lo estás, hasta el pasillo llega el olor — Digo molesta — Hablaremos de esto en la mañana, ¿Ok? — Apago la luz del cuarto y me dirijo a la cama.
— Sí, sí, como digas — Me contesta haciéndose la dormida.
Al día siguiente me despierto muy temprano, teniendo muy pendiente lo que le diré a Tamara. Me cambio rápidamente, voy al baño, me cepillo los dientes y me dirijo al cuarto de mi madre a contarle lo sucedido, mi madre furiosa sale de su cuarto rumbo al nuestro. Cuando entra empieza a gritarle a Tamara, pero esta se hace la dormida. Cuando se quita las sábanas de encima, esta se sorprende al ver que su hija menor trae el pelo de color azul, el cual va degradando su tonalidad desde la raíz hasta la punta.
—¡¿Qué te hiciste en el pelo?! — Dice tomándole un mechón.
— Ella se sienta — ¿No te gusta mamá? — Pregunta irónicamente.
— “Si, si claro que me gusta” — Contesta sarcásticamente. Me gusta tanto que estás castigada Tamara Marí Coleman. Entrégame tu celular y tu computadora.
— Ay, ¿En serio mamá?, pero si eso no es algo malo. — Dice señalando su pelo.
— Me los entregas ¡Ahora! — Dice furiosa. Tamara se para bruscamente de la cama y va en busca de su teléfono y su computadora.
— Aquí están — Se la entrega molesta.
— Otra cosa, sin salidas, sólo puedes ir a la escuela y sin visitas. ¡¿Entendido?! — Dice poniéndose de pie muy molesta — Mira lo que has hecho, se me hará tarde para ir al trabajo — Dice su madre saliendo de la habitación muy molesta.
—¡¿Qué?!, ¡Ahg!... Como siempre mamá — Agarrando su cara con frustración y poniendo los ojos en blanco, tumbándose hacia atrás. —¿Ves lo que acabas de hacer Stheisy? Pregunta muy molesta.
—¿Lo que yo acabo de hacer? — Pregunto señalándome a mí misma — Te lo has ganado, y ya párate de ahí que se te hará tarde para ir a la escuela — Digo saliendo de la habitación muy molesta cerrando la puerta de golpe.