Capitulo 1
-¿Escucharon acerca de la nueva familia que llego al pueblo? - pregunta Luisa.
-Si, son mis nuevos vecinos. - responde Thomas.
Eso no lo sabia.
-¿Que tienen de especial que hablamos de ellos? - pregunto.
-Tienen un hijo, y por lo que dicen es hermoso. - responde Luisa y solo la miro - tal vez puedas conocerlo. - dice mirándome.
Si supiera...
-No lo creo. - es lo único que digo.
Luisa me mira con curiosidad, como si pudiera leer mis pensamientos.
-¿Por que no? quizás te sorprenda. - insistió y sentí un ligero rubor en mis mejillas.
-Simplemente no estoy de animo en conocer a nadie. - respondí tratando de sonar convincente
Thomas se rió suavemente como si conociera mi secreto.
-No seas tan dura contigo misma. - dijo mientras miraba hacia la calle.
¿Ser dura conmigo misma?
-¿De que hablas? - pregunto confundida.
-¿Que tal si organizamos una pequeña reunión? podríamos invitar a algunos chicos del instituto y conocerlo de manera casual. - sugirió Luisa con un brillo en sus ojos.
-No se, Luisa... No estoy segura de querer hacerlo.
-¿Y si solo te quedas un rato? puedes irte cuando quieras. - insistió Luisa, mientras Thomas asentía con la cabeza.
La idea de ver al hijo de los nuevos vecinos me intrigaba, aunque no quería admitirlo
-Está bien. tal vez una pequeña reunión no sea tan mala idea. - dije finalmente, sintiendo que mi resistencia comenzaba a desvanecerse.
-Perfecto, entonces lo organizaremos para este fin de semana. - dijo Luisa, sacando su teléfono y comenzando a escribir mensajes.
Thomas sonrióy por un momento me vi atrapada entre su entusiasmo y mi propio nerviosismo.
-Solo recuerda que no tienes que hacer nada que no quieras. - dijo Thomas con una voz tranquila, que me reconfortó.
Me quede paralizada mirando sus ojos brillantes.
-Tierra llamando a Amélie. - dice y salgo de mi trance.
-De... de acuerdo, pero solo un rato. - digo con nerviosismo.
Luisa asintió con una sonrisa triunfante y continúo con los preparativos.
El resto del día transcurrió entre pensamientos sobre la reunión. Me preguntaba como sería realmente el chico nuevo, si sería tan atractivo como dicen o por el contrario sería un chico más del pueblo.
El viernes llegó rápidamente y la emoción de Luisa era palpable. Pasó la tarde organizando todo, mientras yo intentaba concentrarme en mis tareas diarias, pero mis pensamientos siempre volvían a la reunión.
Cuando finalmente llegó el sábado el aire estaba cargado de una mezcla de nervios y anticipación. Me vesti con un atuendo que considere adecuado pero a la vez que me sintiera comoda.
Opte por un vestido sencillo que resaltará el color de mis ojos.
A medida que la tarde avanzaba los amigos de Luisa comenzaron a llegar.
Luisa como siempre la anfitriona perfecta, se movía de un lado a otro, asegurándose de que todos se sintieran bienvenidos. Thomas por su parte, se unió a un grupo de chicos en una conversación animada, y yo me quedé al margen.
Fue entonces cuando ví a un chico entrar por la puerta. Era alto, con una sonrisa encantadora y un aire despreocupado que lo rodeaba. Mi corazón dió un vuelco. Era el, el chico nuevo del pueblo.
-¡Amélie! - me llamo Luisa, interrumpiendo mis pensamientos. - ven, quiero que conozcas a Jack Thompson.
-¿Quien es el? - pregunto, evitando mirarlo.
-Es el vecino nuevo, se acaba de mudar a la casa de al lado.
-Hola, soy Jack, me acabo de mudar al pueblo.
-¿De dónde vienes? - le pregunta Luisa.
-Nueva York.
-¡Wow! una ciudad grande. -Luisa me mira y lo vuelve a mirar a el- bueno, te dejo a mi amiga para que la conozcas.
-Luisa, no...
No me escucho.
Se fue y me dejó con el vecino nuevo.
Jack me miró con una expresión amigable, pero yo no sabía cómo reaccionar. La mezcla de nerviosismo y curiosidad me invadió, y no podía evitar sentir que mis palabras se habían quedado atoradas en mi garganta.
-Así que... ¿de Nueva York? - logré decir al fin, intentando mantener la conversación.
-Sí, es una ciudad increíble, pero también muy diferente a este lugar. - respondió Jack, su sonrisa parecía genuina. - Me gusta la tranquilidad del pueblo.
-¿Y qué te trae aquí? - pregunté, tratando de recordar las palabras que había ensayado en mi mente.
Mis pensamientos se dispersaban mientras él hablaba. Me di cuenta de que tenía una voz cálida y un acento ligeramente marcado que me resultaba atractivo.
-Quería un cambio de aires. Mi familia decidió mudarse por trabajo, así que aquí estamos. - dijo, haciendo un gesto hacia el salón donde los demás se reían y conversaban.
Me sentí un poco más relajada al notar que Jack también parecía observar a los demás. Su mirada se desvió hacia Thomas, que en ese momento estaba contando un chiste, provocando risas en el grupo.
-¿Siempre es así de animado? - preguntó Jack, levantando una ceja.
-Oh, sí. Thomas es el alma de la fiesta. - reí, sintiéndome un poco más a gusto.
-Te veo un poco nerviosa. - dijo Jack, con un tono que denotaba preocupación. - No tienes que forzarte a hablar si no quieres.
Su comentario me tomó por sorpresa. Era raro que alguien se preocupara por mis sentimientos en situaciones sociales. Sentí que el rubor volvía a aparecer en mis mejillas.
-No es que no quiera... es solo que no estoy acostumbrada a conocer gente nueva. - respondí, mirando hacia un lado.
-Puedo entenderlo. A veces es difícil adaptarse, pero no tienes que preocuparte. - dijo, y me ofreció una sonrisa que parecía sincera.
En ese momento, me di cuenta de que quizás no era tan mala idea haber venido a la reunión. A medida que conversábamos, sentí que el ambiente se volvía más ligero y divertido. Jack tenía una forma de hablar que hacía que me sintiera más relajada.
Así que, a pesar de mis dudas iniciales, la conversación fluyó. Hablamos de cosas triviales, de la escuela, y de lo que había sido mudarse a un pueblo pequeño después de vivir en una ciudad tan bulliciosa. Cada palabra suya me hacía sentir más cómoda y curiosa sobre él.