Leonel y Leonor habían puesto música y platicaban mientras tomaban unos tragos y comían algunos bocadillos. De pronto Leonel apagó la música y miró a Leonor.
- Bueno, lamento interrumpir este momento, pero necesito saber que pasa.
- Si es por los franceses…
- No es por ellos.
- … Entonces ¿A qué te refieres?
- Bueno… se que hace como un mes hiciste una misión de rescate.
La chica se tensó por un momento, todos sabían que el León es para infiltración, espionaje y aniquilación. De vez en cuando en alguna misión ocurre algún rescate no planeado, o la información la tiene algún sujeto.
León Negro nunca ha hecho rescates. Por eso Leonel también había dudado en ayudar cuando las niñas eran pequeñas ya que se contraponía con su misión principal.
Entonces la pelinegra suspira y se sienta frente a su padre con una cara seria.
- Azúl me pidió el favor, su jefe fue secuestrado… yo solo fui a sacarlo y lo regresé ileso.
- ¿Solo eso?
Leo se tenso un poco. Sería muy incómodo decirle a su padre lo que había pasado con el cazador después de la misión.
- Si, solo eso.
El se toca la barbilla y se pone pensativo.
- ¿Sabías que desde entonces la información de León Negro es buscada constantemente?
- (Despreocupada) Asergit dijo que el Cazador quería darme las gracias personalmente. Puede que esté obsesionado con eso.
Ahora Leonel se pone frente a ella y se recarga en la palma de su mano para observarla.
- Siempre has sido buena mintiendo. Pero conmigo no funciona.
Leo se sorprendió un poco pero no hubo cambio en su actitud, sabía que si lo hacía se pondría en evidencia.
- Bueno, no importa que él me busque, dudo que nos veamos de nuevo.
- (Divertido) ¿Enserio?
Esa frase hizo que Leo se tensara, al parecer su padre sabía algo. Algo comprometedor. La sonrisa del castaño se veía maliciosa y llena de diversión, ella sintió un escalofrío. No sabía qué pero sabía que estaba atrapada.
- ¡Oh, vaya!
Leo se enmudeció al ver cómo el castaño parecía haber recordado algo.
- Sabes, escuché un rumor está mañana, algo sobre un club nocturno…
Leo apretó los labios involuntariamente
- Si… ¿algo sobre unas peleas clandestinas?, algo así… ¿y qué más era?... Ah sí, también sobre una persecución en el lugar.
Leo se tapó la cara, su padre ya sabía todo.
- Si, y lo más gracioso fue algo sobre una mujer fantasmal que parecía volar, muy hermosa al parecer.
Leo se descubrió la cara y lo miró con las mejillas rojas. Suspiro y se puso sería.
- ¿Fue Bob?
El castaño asintió con diversión.
- Lo que te dije fueron rumores que están circulando, pero Bob me comentó algo más interesante.
- ¿Qué cosa?
- Que parecías muy íntimo con el CEO y multimillonario Noé Hunt.
<Bob es un bocafloja> Pensó Leo molesta. Ella sabía que había provocado a Noé deliberadamente. esos ojos color esmeralda tenían un brillo anhelante, los vio y sintió el impulso de provocarlo, cuando se dió cuenta de lo que hacía chasqueo su lengua molesta consigo misma por perder la compostura por un momento.
Jamás admitiría que le agradaba el Cazador, realmente era el primer hombre después de "Él" que conocía su verdadero ser y parecía gustarle. Después de lo que dijo el hombre frente a ella suspiró.
- Bien, me atrapaste. No soy ciega, el hombre es guapo y muy hábil.
- … ¿Solo eso?
- La verdad yo también me sorprendí de encontrarlo ahí. Salí como León porque estaba molesta.
Suspiro y comenzó a recoger el desastre mientras hablaba.
- Discutí con las chicas cuando estábamos hablando por una videollamada y fui a descargar mi enojo en ese lugar. Conozco al dueño así que me organizó unas peleas para desahogarme.
Leo se tocó el mentón pensativo mientras que ella terminó de recoger y se fue de nuevo al sillón y se sentó frente a él. El castaño se quitó los lentes dejando ver unos grises y neblinosos ojos.
- Sabes que si quieres tener una pareja no hay problema.
- No me interesa una pareja.
- Aún eres joven, entendería si quisieras formar una familia como Lince.
- (Sonriendo) No te preocupes papá, si quiero una familia puedo tener una, todos nosotros somos la prueba de que una familia no se forma por la sangre. Quiero darle la oportunidad algún día de hacer lo mismo por alguien más.
Leonel suspira y abraza a la pelinegra.
Al día siguiente era temprano por la mañana pero se escuchó el blim del elevador lo que despertó a ambos que dormían en la gran cama. La chica sacó un arma pero él la detuvo por un momento. Escucharon algunos movimientos y Leonel suspiró.
- Son los gatos.
Se escuchan unos cuantos movimientos más y Leonor aprovecha para guardar su arma nuevamente.
- ¿Creen que los sorprenderemos?
- Tsk no, lo más seguro es que ya nos escucharon.
- Papá tiene Razón, los leones tienen el sueño ligero. - Dice Ágata bostezando.
En eso Leonor y Leonel bajan saludando a una Albina muy emocionada y a los rubios. Azul corre a los brazos de ambos y los abraza.
- Tenía tanto que no los veía. - Después de soltarse mira al castaño. - ¿Cómo ha funcionado el audífono sonar?
- De maravilla mi pequeño Jaguar. Todos tus inventos siempre funcionan increíble.
Ella sonríe complacida, después extrañada mira la cocina y ve que llegaron con mucha comida, realmente le parecía una exageración. Estaba segura de que era demasiado. Estaba a punto de comentar algo pero…
- Tatata, es suficiente, incluso creo que nos va a faltar.
En eso suena el blim del ascensor y cuando la puerta se abre Leonor desorbita sus ojos. Tres niños se lanzan sobre ella muy felices. Ella los carga como si nada y ríe con ellos. Una mujer pelirroja con una niña en brazos sale después de ellos seguida de un alto y elegante rubio.
- Niños, recuerden su educación.
Los niños se bajan inmediatamente de los brazos de Leo y se ponen frente a ella muy rectos.