Atrévete

Capítulo 17

Subimos al coche y esperé ansiosamente a que llegáramos sin incidentes, Alessio iba manejando, Lee iba de copiloto, Noah, Gabriela, Lucas y yo íbamos atrás. Yo en lo personal iba muy incomoda y tensa en mi lugar, y solo era yo porque claramente los demás estaban serenos, incluso mi hermana iba coqueteándole “discretamente” a Lucas.  

Noah estaba a mi lado izquierdo, Lucas en mi lado derecho y Gabriela al lado de Lucas junto a la otra ventana.  

Notaba cómo Gabriela juntaba su pierna con la pierna de Lucas en un gesto “intencional”, él seguramente no le tomaba importancia o ni siquiera notaba las intenciones de mi hermana menor. Varias veces traté de mandarle miradas de advertencia para que dejara de acosar al pobre muchacho, bueno, qué ironía porque yo hago lo mismo pero yo no soy tan aventada como ella. 

Todos iban en un silencio que no era tan incomodo y esperaba que se quedara así hasta que la bocota de Gabriela habló: 

—Y entonces… ¿ustedes son los chicos malos de la escuela de mi hermana?  

Oh, Dios, pídele que se calle por favor. ¿En qué momento mis súplicas serán escuchadas?  

Ahora sí me angustié porque mi hermana ya había dado el pie de la conversación, y me asustaba pensar qué tanto se diría en este reducido lugar donde no hay ni cómo escapar, no creo que sea correcto lanzarme del auto en marcha. Y eso era exagerar.  

Como era de esperarse, todos rieron a excepción de mí y de Alessio que iba concentrado en el camino. 

—Por supuesto que sí —respondió Lee, asomándose desde su asiento—. Verás, Alessio es el rey de los malotes rudos, se la pasa con su carita de niño bueno pero no te dejes engañar, sus encantos son sólo una distracción para no conocer su lado oscuro, es tan malo que se roba los dulces de Lucas, es todo un delincuente de dulces sabor tutifruti.  

Quise reír, pero me contuve. Me imaginé a Alessio robando dulcecitos y casi me dio un mini paro de ternura. 

—Espera… ¡¿qué?! ¡¿cómo que se roba mis dulces?! —Lucas alzó la voz con molestia—. Con razón siempre se me acaban rápido, eres un glotón Alessio. —Hizo un mohín, se cruzó de brazos y se hundió en el asiento. 

—No soy un glotón —se defendió Alessio, desde el espejo retrovisor podía ver su ceño fruncido—. Lee también me ayuda a robarte los dulces, y él es el que se lleva la mayor parte. Reclámale también. 

Casi se me escapaba un “aww”, casi. 

—¡¿Qué?! —Lucas se inclinó hacia Lee y tocándose dramáticamente el pecho con una mano, dijo—: la decepción, la traición hermano. Me duele más de ti, Lee, creí que me amabas. 

—Que machos rudos me salieron ¿eh? —intervino con burla Gabriela. 

Quisiera tener esa seguridad y confianza al hablar que tiene mi hermana, aunque a veces se le va la lengua. Su poca vergüenza tiene pros y contras.  

—Demasiado, niña —respondió Lee. 

NOOOOOOO. ¡Acaba de desatar una catástrofe! 

—¿Cómo me dijiste? —emitió Gabriela—. ¡¿Niña?!, ¡¿Dijiste niña?! 

Nooooooooo. Ay, Lee, pobre de ti.  

—Sí, ¿no tienes 14 años?, aún estás chiquita —sostuvo Lee, mientras mi hermana le lanzaba miradas asesinas.  

Y… se desató el infierno en el auto. Gabriela enloqueció, si hay otra cosa que le enfurece que mencionen de ella aparte de su segundo nombre, es que le digan niña. Odia eso, piensa que cuando le dicen niña no la toman en serio. Me incliné a ver a Gabriela que estaba al lado de Lucas, y se veía roja, bien roja como un tomate. Incluso sus fosas nasales se agrandaban debido a que respiraba como ogro. Seguramente se estaba conteniendo en no saltar en contra de Lee para cortarle el cuello, pero por supuesto que no se iba a contener en hablar. 

—Mira, vejestorio andante —comenzó. Todos le prestamos atención e incluso Lee se asomó aún más para verla—. Yo no soy una niña, que sea de estatura baja no quiere decir que mi edad mental lo sea igual. —Sí, lamentablemente Gabriela heredó la marca de la familia: tener baja estatura—. Soy mucho más madura de lo que tú algún día llegarás a ser, niñito rudo.  

—Pues insultas igual que una niña —recalcó él. Vaya, Lee estaba cavando su propia tumba.  

Ahora ellos se estaban acercando más, se inclinaban amenazadoramente, Lee ya tenía casi todo el cuerpo en la parte trasera. Como Lucas estaba a su lado, se hacia un poco más a mí para dejarles privacidad en su discusión. Me fijé en Alessio, y como siempre, continuaba sin perturbaciones conduciendo e ignorando la mini pelea de mi hermana y su amigo. 

—¡Que no soy una niña! —chilló—. Incluso mi cuerpo está muy madurado. 

No puede ser, cómo es que Gabriela puede decir las cosas tan deliberadamente sin un toque de sutileza o vergüenza. 

—Sí, eso ya lo noté. —Lee la recorrió con la mirada descaradamente.  

—Hasta acá se sienta la tensión sexual —me susurró Noah.  

¡¿Qué?!  

—No, no, no, con mi hermanita no —me vi en la necesidad de interrumpir y me acerqué para tratar de alejarlos.  

De ninguna manera dejaré que Lee, un chico de 18 años se ligue a una niña de 14 años que cabe recalcar, es mi hermana menor. 

—No te preocupes, Lira. —Se separó de Lee, regresando a su lugar—. Ni que quiera a este bad boy de cuarta. Mejor me quedo con el que parece un santo, Lucas.  

Otra vez, ¡¿Qué?! 

Lucas se hunde más hacia mi lado con la intención de alejarse de Gabriela. Tiene en su cara plasmado mero terror mientras me aplasta tratando de refugiarse en mí.  

Mi hermana le dirige una última mirada asesina a Lee y se vuelve hacia Lucas con una sonrisa inocente. Lee vuelve a enderezarse en su asiento.  

—Mmm, Gabriela, no me lo tomes a mal ni nada por el estilo, pero estás muy peque…, digo, estás muy linda y todo, pero a mí al igual que a ti, me gustan mayores, ¿me entiendes? —expresa Lucas con nerviosismo. 

Gabriela blanquea los ojos y asiente. ¡Ja! Se quedó sin ligues, y eso es muy bueno porque mi mamá nos mataría si viera a Gabriela insinuándose de esa manera y coqueteando y de paso me regañaría a mí por permitirlo.  

Lucas al ver que mi hermana ya no lo tiene en su lista de conquista, se vuelve a enderezar en su lugar, cosa que agradezco porque ya me estaba haciendo papilla.  

—Es cierto, a Lucas le gustan mayores —afirma Lee, soltando una carcajada—. Recuerdo cuando Lucas tenía 15 años y estaba todo puberto, fue su mejor época en celo y como ya no se podía contener, fue con la vecina cuarentona y trató de ligarla pero al final resultó que la señora era lesbiana y dejó con ganas al mini Lucas. Desde ahí, Lucas se obsesionó con las mujeres mayores porque la vevina lo dejó con frustración y ganas.  

¡Ay, qué asco!, me puse a mirar en todas direcciones para fingir que no prestaba atención, es mejor ignorar a tener que seguir escuchando sus cosas puercas. No estoy lista para escuchar ese tipo de conversaciones.  

—¡Cállate! —le gritó Lucas.  

—Ya va, hombre, no te enojes por recordar tu fantasía frustrada.  

Lucas bufó.  

Pensé que hasta ahí llegaría la conversación, pero Lee volvió a hablar:  

—Lira, ¿Lucas y tú ya son novios?  

Estoy empezando a generar odio hacia Lee por ser tan imprudente. 

—¡No! —zanjé.  

Lucas se ríe a mi lado, y mis mejillas se encienden. Miro por acto reflejo hacia el espejo retrovisor para ver si Alessio escuchó eso, pero no, él sigue con la vista al frente.  

—¿Lucas es tu novio, hermana? —Y ahí va a meter las narices Gabriela.  

—¡Que no! —chillo con la cara hundida en molestia.  

—Lira no es novia de Lucas, Gabriela. Me consta porque a ella le gusta alguien más —interrumpe Noah. Oh no lo dijo. Me giro a él con expresión horrorizada y mis ojos casi brotando—. A ella le gusta un amigo mío, lamentablemente no pueden ser novios porque él vive muy lejos, y ninguno de los dos quiere una relación a distancia, así es. 

Le di un pellizco disimulado. No sé si me salvó o me hundió más. Mejor se hubiera mantenido calladito.  

—Genial —manifestó el coreano—. Piénsalo bien, Lira, esto puede ser obra del destino, si con ese chico no se pudo, puede suceder entre Lucas y tú. 

Y dale con lo mismo, ¿es que acaso Lee no se cansa de insistir?, puede que él lo diga a broma pero me pone incomoda, y me pone aún más incomoda el hecho de que Lucas no niegue nada y le siga el juego. 

 



#28975 en Novela romántica

En el texto hay: drama, amor, amoradolescente

Editado: 01.12.2020

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