Habían pasado días desde la cita de Stiles con Matt, después de haber visto con sus ojos como Matt se inclinaba para despedirse en los labios, solo hizo que todo se complicara, algo en su interior se desvaneció, como si una parte de el hubiera desaparecido, sintió una fuerte opresión en el pecho, fue tan fuerte la sensación de pérdida que cayó al suelo tomando con ambas manos su pecho.
- No puede ser ... no es verdad - decía para sí mismo, alzo la mirada llena de pánico, sintiendo lo peor, al ver a la pareja, Stiles se había desplomado igual, se encontraba entre los brazos de Matt sin reaccionar a los llamados del otro.
Por ser tan tonto había perdido a lo más importante en su vida, el lazo que los unía se había roto, la conexión entre ambos había desaparecido.
- ¡Stiles, Stiles, por favor despierta! - el tono le salía al humano tan angustiado desesperado de tenerlo inconsciente, en ningún momento lo soltó, en verdad estaba enamorado de su compañero, se le veía en la cara y en los latidos de su corazón, al menos tendría a alguien a su lado, aunque no fuera el, tendría quien lo protegiera y no sería el.
- Matt – susurro mientras lentamente abría sus ojos, notablemente confundido y aturdido.
- Stiles, ¿estás bien? – lo ayudo a recomponerse del suelo sintiendo un vacío en su pecho, como un cuchillo de hierro caliente que se deslizaba por entre su piel dejándolo débil y cansado.
- Si, ¿Que paso? – no supo que sucedió, que paso o como es que en ese momento olvidaba algo que amaba.
- Te desmayaste de repente, ¿seguro que estas bien? – volvió a insistir al verlo tambalearse en su lugar.
- Si, si estoy bien ... solo que, me siento raro – miro la calle vacía y el viento que soplaba las ramas de los arbustos donde lo divisaba el lobo aun en el suelo.
- ¿Cómo raro?, ¿Te duele algo?, ¿te lastimaste? – la preocupación era más que evidente.
- No, no, estoy bien en serio – pero el solo negó, por extraño que pareciera se encontraba bien.
Lo observo desde lejos, quería acercarse a él pero ya era tarde, seguro que ya no recordaba lo que los mantenía unidos, ni siquiera el tiempo que estuvieron juntos, ya que el apenas sentía ese lazo, con todo el dolor que eso le causaba se alejó de ellos rumbo a casa, hacía días que empezó a vivir de nuevo en la mansión, después de que el castaño se había rendido de ir a ver si lo encontraba, partió sin mirar atrás, encerrándose sin importarle los demás mientras que el que fue su compañero seguía su vida sin más lazo interfiriendo en su camino.
Meses Después
- Derek, tienes que salir de aquí – sugirió Cora preocupada, llevaba días en la misma posición, su vista fija sobre el gran ventanal, completamente perdido en sus pensamientos.
- No tengo ganas – respondió con desgano.
- Nunca tienes ganas, Derek, llevas 4 meses así, no puedes seguir de esa manera.
- No hay razón para salir – su voz apagada era lo que más le asustaba.
- Sí que la hay, hay un mundo que vivir allá afuera, no puedes estar encerrado siempre – se acercó tomando su mano queriendo ponerlo de pie, pero este solo permaneció en el mismo lugar.
- No quiero salir Cora, por favor, solo déjame solo – la miro con sus ojos verdes llenos de tristeza.
Veía a su hermano cada vez más decaído de lo que se encontraba, no podía seguir así.
- Este no es el Derek que yo conozco, este no es mi hermano – negó retrocediendo.
- El Derek que conociste murió cuando lo perdí – desvió su mirada para ver de nuevo el vacío del exterior.
No había nada que hiciera a su hermano salir del hoyo en el que se había metido, pero de la nada una idea se instaló en su cabeza.
- Y lo voy a recuperar – afirmo la menor convencida, saliendo de la mansión en busca de lo único que podía hacer que su hermano regresara.
[...]
- ¿Cora?, ¿qué haces aquí? – pregunto el castaño sosteniendo la puerta aún si creer que estuviera ahí.
- Tienes que venir conmigo – lo tomo de la mano arrastrándolo al camaro de su hermano.
- ¿Qué?, ¿pero a dónde? – trato de soltarse, pero la chica lo sujeto con mayor fuerza, no iba por una negativa.
- Solo ven y lo veras – no dio más explicación.
- ¿Stiles? - pregunto Matt desde la entrada al ver lo que sucedía.
- Lo siento Cora, pero no puedo, estoy con Matt – la chica se detuvo antes de llegar a la puerta del copiloto, se giró y lo soltó.
- Stiles, por favor, te necesito ... ven conmigo – rogó con sus ojos humedecidos, jamás la había visto en ese estado y lo preocupo bastante.
- ¿Que pasa Cora?, Dime – se interesó.
- Es ... es Derek – escuchar ese nombre le resultaba ya bastante extraño, pero que llegara su hermana diciéndoselo a él era aún más constérnante.
- ¿Derek?, ¿Qué pasa con él? – pregunto.
- Está muy mal – se a sincero - Tengo miedo de perderlo.
Y no mentía, esa faceta en Derek no la reconocía, ni siquiera cuando sucedió lo de Paige.
- Pero ... ¿cómo lo sabes?, si el ... - no termina de decir que Derek no se encontraba en Beacon Hills cuando la chica lo interrumpió.
- Está aquí – afirmo ganándose la sorpresa del chico - Nunca se fue.
- ¿Que? – dijo sobresaltado.
- Perdón, él no quería que supieras que estaba aquí para que no lo buscaras.
- ¿Porque lo buscaría? – eso le partía el corazón aún más.
Cora lo observa por unos minutos, ¿en verdad no sentía el lazo?, ¿y no recordaba el tiempo que pasaron juntos?, al parecer en su mente nunca existió Derek más que un miembro de la manada.
- Solo ven conmigo ... por favor – suplico nuevamente – Te lo explicare.
La mira un segundo para después mirar a Matt que seguía perplejo desde la entrada, se apartó y se dirigió al chico.
- Tengo que irme, pero regresare pronto lo prometo – aseguro con una sonrisa que el otro le devolvió.
- Está bien, ve, aquí te estaré esperando – le fue sincero con esa sonrisa.