Ayudame - Amor y Odio

El encuentro

Mi destino, como todos no lo supe, mi nombre es Isabel; desde que nací hubiera podido jurar que mi vida no iría a ser nada peligrosa, y tampoco emocionante, solo una simple vida, una carrera, un trabajo, hijos, vivir el resto de mi vida con alguien que me ame, todos aquellos sueños que tiene una persona  con una vida común y corriente, preocuparme por las molestias de cosas mundanas  pero no fue así. Si solo hubiera tomado otro camino, si solo nos hubiéramos quedado en casa sin hacer nada… tal vez la historia hubiera sido muy diferente.

Por ahora me encuentro en el más grande centro psiquiátrico, que está situado en medio de la nada, dispone de más de ciento cincuenta  guardias a la redonda, trescientos enfermeros entre ellos doctores y de más de mil internos dentro, con verdaderos problemas de demencia, pero yo era la excepción, o por lo menos eso creía, a estas alturas ya no sabía que era real y que no, he llegado a alucinar estando aquí encerrada, me encontraba atada de manos y pies en una cama, sentía mis labios partidos, de una forma para tranquilizarme decidieron no darme agua ni comida, una forma de castigo… me hubieran puesto una camisa de fuerza, pero ya había roto muchas de esas, me sentía sola por primera vez en mi vida, nadie creyó lo que me paso, y si me lo hubiera contado otra persona tampoco lo hubiera creído, solo espero que, él venga a rescatarme, volver a ver ese rostro después de mucho pero cada día que pasa ese momento se me hace tan lejano, y me deprimo cada día, mas he dejado de luchar para salir de aquí, tal vez aquí este más segura que en otro lugar, o por lo menos eso creía. La historia que he contado innumerables veces comienza desde ese día donde se recuerda cada año… el día que yo nací, mi cumpleaños.

Mis padres eran tiernos y amorosos, justo el día de mí cumpleaños número diecisiete, me llevaron a cenar, comimos una exquisita lasaña, y decidimos irnos en una hermosa noche caminando del restaurante hasta nuestro hogar, caminábamos, mientras que mis padres recordaban el día en que había nacido, y reían mutuamente, de rato en rato me sorprendía al enterarme cosas que no sabía y que eran muy graciosas, o simplemente fingia risa de los chistes que cada año me los contaban… su hubiera sabido lo que ocurriría tal vez habría apreciado mas esos momentos.

La noche tenía un silencio peculiar no lo habíamos notado, no había más gente en la calle, solo nosotros cuando ya nos encontrábamos a cinco calles de distancia solo estábamos los tres en la acera que era paralela a la de mi casa, un hombre encapuchado salió de la nada, miraba hacia el suelo, media tal vez un metro ochenta o tal vez ochenta y cinco, se paró frente a nosotros y se quedó quieto.

- Hey, amigo, ¿necesitas ayuda? – pregunto mi padre cordialmente.

Pero al  momento que levantó la vista pude ver unos ojos rojos como inyectados en sangre, esa mirada … me petrifique de miedo me dio mucho escalofríos solo volví a ver a mi madre y en un parpadear se abalanzó contra mi padre y le introdujo algo en el estomago, mi padre cayó en el suelo, mi madre grito, y yo solo me quede mirando aun petrificada, mientras que el hombre habría el estomago de mi padre he introducía su cabeza dentro; mi madre tomo mi mano y me jalo mientras corría, pero fue cuestión de segundos para que este sujeto se percatara que nosotras huíamos, este ser que se había llenado la cara de la sangre de mi padre empezara a perseguirnos, y nos pudo alcanzar, con una velocidad inhumana se abalanzo contra mi madre, apenas alcanzo a sollozar.

- ¡corre! – solo grite del susto mientras que también basto de segundos para ver a mi madre muerta ensangrentada y con el estomago abierto, toda esa sangre había salpicado a mi rostro, solo me quede mirando impactada, mientras que este sujeto arrancaba las entrañas de mi madre y se las metía a la boca, en ese instante solo me quedo correr al otro lado mientras que él no se dé cuenta, corrí y corrí ya había dejado atrás el cuerpo de mi padre, creía que ya me encontraba en  una distancia lo bastante lejos para que llegara a alcanzarme, pero no fue así solo sentí como una fuerza me agarraba del hombro y me daba la vuelta con tanta rapidez que me caí al piso de espaldas, y el sujeto estaba encima de mí, tenía los ojos rojos como bañado en tinta roja, y con una voz muy grave me dijo.

  • Ahora te toca a ti.

Trate de luchar con él, pero me dio un golpe en la cabeza, tan fuerte que me dejo sin conciencia y perdí el control… todo se me nublo; de un momento a otro volví a recuperar el sentido, pude sentir algo cálido y suave debajo de mi cuerpo, y un sonido que provenía de mi lado izquierdo persistente, también sentía algo que se encontraba algo debajo de mi nariz pero que no lograba tocar mi boca, aun seguía con los ojos cerrados, hasta que tuve el valor para abrirlos y saber donde me encontraba, cuando los abrí me encontraba en el cuarto de un hospital, una enfermera inmediatamente entro, y pudo percatarse de que había reaccionado, muy calmada se dirigió a mí.

  • ¿Cómo te encuentras?
  • Mejor, creo…- tuve la impresión de que todo fue como un sueño terrible que no quería recordar, lo más probable es que eso haya sido todo eso, que sea solo un sueño, después de un momento me volví hacia la enfermera y tratando de aclarar la voz  - ¿Dónde están mis padres?
  • Bueno, ellos no…- calló un momento y luego tomo mi mano-  ellos no… no… lo lamento ellos están muertos.



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En el texto hay: asecinatos, amistad, amor y odio

Editado: 02.12.2019

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