CAPÍTULO 4: |"Bible no es normal."|

—¡Mamá!

—¿Build?

—¡Ya estamos en casa! ¡Tengo una sorpresa!

Se oyeron los pasos presurosos de la madre corriendo por el pasillo. Su acalorado rostro asomó por el marco de la puerta del recibidor.

—¿Le ha pasado algo a nuestro Bible? —preguntó con la mano en la zona del corazón mientras respiraba sofocada.

Build resopló.

—¿Nuestro Bible? No, desgraciadamente no le ha pasado nada. Sigue aquí, tan idiota como siempre —añadió señalando a Bible, que, demasiado ocupado con la vista fija en el nuevo miembro de la casa, no tenía oídos para nada más—. ¡He recogido a un perrito!

—¡Eso es fantástico! ¡Hacía tiempo que no teníamos animales en casa, ya era hora! —gritó la madre.

Bible sonrió ligeramente y, acercándose a Build, le susurró al oído:

—Ah, ¿no? ¿Y tú hermano qué es?

—¡Cállate, tú aquí no tienes ni voz ni voto! —exclamó al tiempo que le propinaba un codazo.

—Build, no le hables así a nuestro invitado —le reprochó la señora Hexian, que ahora acariciaba las orejas del perro—. Bueno, tendremos que buscarle un nombre.

Bible alzó una mano deseoso de dar su opinión.

—¿Pulga? ¿Apestoso? —preguntó sonriente.

—Oh, no, Bible cariño... —Se llevó un dedo al mentón en actitud pensativa—. Podríamos llamarle...

—¡Hostia, qué es eso! —gritó Jian, que a causa del alboroto había acudido al lugar de reunión familiar.

«Estúpido, mira que no saber lo que es un perro...», pensó el inglés, con la vista fija en el cabello del recién llegado.

—Lo he encontrado en el bosque —explicó Build orgulloso.

—... revolcándose en un charco de barro —añadió Bible.

—¡Joder! Pues para ser de la calle... está bastante limpio, ¿no? —repuso el hermano mientras achuchaba al animal.

Bible se acercó de nuevo a Build, inclinándose ligeramente.

—Dime que eso ha sido una ironía o me muero.

Build le ignoró. Todos dejaron de lado al estudiante de intercambio para centrarse en el nuevo miembro de la familia.

—¡Ya sé cómo vamos a llamarle! —Jian alzó las manos, feliz—. ¡Whisky!

—¿Y por qué no Ballantines, Ponche o JB? —preguntó Bible intentando no reír—. También son muy bonitos —añadió con inocencia.

Build le dirigió una mirada de reproche, repiqueteando con el pie en el suelo, de brazos cruzados.

—Me recuerdas a mi abuela —objetó él tras evaluarlo—. Aunque, creo recordar, ella tenía la piel más tersa. A los oBibleta —añadió.

—¡Cierra la boca! Tú no tienes derecho a opinar en este asunto.

—Build, cielo, deja que él también participe —la regañó su madre mientras acariciaba al perro, que estaba en los brazos de Jian—. Ahora es parte de la familia.

Bible sonrió triunfal.

—Eso, ahora somos familia, Build. —Y le dio un codazo, con una sonrisilla traviesa surcando sus labios.

Build le perforó con la mirada, sintiendo un electrizante cosquilleo de terror ante la idea de compartir parentesco con aquel enfermo. Suspiró resignado.

—Mejor me callo —concluyó.

—Sí, esa ha sido una de las mejores decisiones que has tomado —corroboró él.

Build se esforzó por no contestarle. Le agradó que su madre pareciese encantada con el animal, pues tenía la firme determinación de quedárselo. Lo habría hecho igualmente, pero que el perro fuese una molestia para Bible reforzó su postura.

—¿Cómo se llamará finalmente? —preguntó Build.

—Ya te lo he dicho —se quejó Jian, que siempre hablaba arrastrando las palabras como si estuviese agotado de vivir—. Se llama Whisky.

Bible alzó una mano, divertido.

—Déjame decirte que me parece un nombre perfecto —apuntó—. Es didáctico, original y muy... educativo.

Jian no pilló ninguna ironía, y tras estrechar al inglés en un fortuito abrazo, palmeándole la espalda, exclamó:

—¡Este es de los míos!

Bible logró liberarse del mendigo poco después, exhausto. Y supo que lo primero que haría —incluso antes de limpiar su pisoteado zapato— sería darse una ducha, con gel exfoliante incluido.

—Señora Hexian, ¿le importaría disculparme? Quisiera darme una ducha rápida —pidió educadamente.

Ella le sonrió con ternura.

—¡Claro que sí, cariño! —exclamó—. Las toallas limpias están en el mueble de abajo —le indicó.

—No se preocupe, traigo mi propio juego de toallas de rizo y algodón puro, cien por cien natural —sonrió tímidamente—. Es que, ¿sabe?, tengo la piel muy sensible.

Build rió a carcajada limpia y apoyó una mano en el hombro de la señora Hexian, balanceándose ligeramente.

—¡Dios, mamá! ¿Dónde encargaste a este engendro?, ¿en eBay?

Y volvió a reír. Jian miró con curiosidad a Bible, que parecía sumergido en un estado de profunda reflexión.

—¿Cómo se juega a las toallas? —preguntó el indigente, deslizando un mechón entre sus rudos dedos.

—¿Eh? —Bible comenzó a plantearse la posibilidad de recurrir al suicidio como vía de escape—. No existe ningún juego de toallas, tan solo son un conjunto de ellas, todas del mismo modelo, ¿entiendes? —le aclaró.

Build negó con la cabeza ante el comentario de su hermano mayor. Ciertamente, de seguir así, sus padres comenzarían a sospechar sobre si realmente estudiaba o se pasaba el día haciendo el golfo. Y, teniendo en cuenta el pacto acordado, mejor sería no dar demasiados indicios de estupidez o el analítico Bible podría descubrirlo pronto. 

.

Bible no tardó demasiado en escabullirse hasta el baño. Se aseguró de colocar bien el pestillo de la puerta, deseoso de tener un poco de intimidad. Apenas llevaba un día allí, pero se sentía como si le hubiesen dado una brutal paliza. Discutir con Build resultaba agotador, el chico basurero era más ingenioso de lo que había pensado en principio.

¡Y ni qué decir del hermano!

A Bible le había fascinado aquel nuevo espécimen, jamás había conocido nada igual. El desastroso estilo de vida de esta familia se le antojaba terriblemente extraño. Él estaba acostumbrado a su perfecta vida en Inglaterra, viviendo en una lujosa mansión en la mejor urbanización de Londres, acudiendo cada día a la escuela más prestigiosa de la ciudad.