Por tercera vez esa tarde, intenta arreglar las castañas hondas de su cabello frente al espejo del baño, cuando por fin le parece que se ve decente no puede reprimir una pequeña sonrisa y un suspiro de alivio.
Sus dedos alisan cuidadosamente la tela de la camisa celeste que sobresale del cuello redondo del sweater de hilo rojo que ha escogido.
Jimin se inclina sobre la repisa de vidrio al lado del lavado, en la que suele colocar los diferentes jabones con aromas, shampo y lociones, toma una de ellas con aroma a durazno, desenrosca la tapa y presiona, depositando un poco en la palma de su mano para esparcirlo cuidadosamente en la piel descubierta de su cuello, dejando a su paso un suave aroma frutal en su piel. Cierra el pequeño frasquito y se mira por última vez en el espejo.
Suspira algo nervioso y sale del baño alisando la tela de sus jeans desteñidos.
No sabe precisamente como debería haberse arreglado para un café con alguien como Yoongi, que parece ser todo rudo e ilegal, pero supone que solo será eso, un café. De hecho, el castaño cree que aún si no es bueno del todo, podría ser interesante. Yoongi no parece ser un mal sujeto, solo...quizá solo se ve algo duro.
Solo es eso. Que se vea intimidante, no quiere decir que sea malo.
¿Cierto?
El móvil sobre las sábanas blancas vibra mientras termina de atarse los tennis, hala los cordones con rapidez y contesta la llamada.
— Hola Jimin — saluda. La voz suena aún más profunda por el altavoz — Eh...creo que estoy afuera de tu casa... Dijiste verde, ¿Cierto?
—¡Hola! ¡Si Hyung!... ahora bajo.
—De acuerdo.
Corta la llamada y no puede evitar bufar con molestia cuando ve los mensajes de sus amigos pidiéndoles que desista de su salida esa noche. Qué tontería, como si Yoongi fuera a comérselo.
Ignora el teléfono y decide dejarlo en casa. De verdad quiere conocer a Min Yoongi libre de distracciones.
Baja las escaleras de dos en dos y cuando abre la puerta, la visión de Yoongi reclinado sobre el asiento de su motocicleta con las manos escondidas en los ajustados pantalones negros de mezclilla y la casaca de cuero ceñida a su diminuta cintura le corta el aliento. La brisa helada despeina juguetonamente los mechones azabaches de su cabeza. Cuando Jimin cierra la puerta del edificio y se acerca tímidamente hacia él, las comisuras de los finos labios se curvan apenas en una pequeña sonrisa que hace brillar los felinos ojos con intensidad.
— Hey Jimin — saluda cuando tiene en frente al castaño.
—Hey Yoongi hyung — responde con una reverencia. Yoongi niega con las manos y su sonrisa se ve momentáneamente interrumpida.
— Solo, Yoongi, por favor. No me agrada mucho... todo eso de ser formal — Jimin asiente y la sonrisa del pelinegro regresa a su rostro cuando se inclina un poco para sujetar un casco azul con visor extendiéndolo hacia Jimin, quien traga con fuerza cuando lo tiene entre las manos.
—¿Ir-iremos en ... tu motocicleta? — susurra el castaño girando el rostro para evaluar la moto detrás de Yoongi.
Es toda negra y tiene el manillar brillante y cromado. Se ve amenazante, y no quiere admitirlo en voz alta, pero le tiene terror a esa clase de vehículos. Demasiado peligroso, va muy rápido y es poco fiable. Jimin es tan facil de leer con tan solo una mirada, que Yoongi se ve incapaz de contener la sonrisa que prontamente ilumina su rostro en una mueca de diversión.
—¿Te asusta?— inquiere divertido, Jimin desvía la mirada del brillante manubrio de la motocicleta para dirigir sus brillantes ojitos al pálido rostro.
—¡No!— responde de inmediato, queriendo aparentar valentía. Eso solo lo hace más divertido para Yoongi.
—Genial, pensaba no ir demasiado rápido pero ahora que dices que no tienes miedo, verás Seúl conmigo, como solo yo veo Seúl. — propone inclinándose para sujetar un casco idéntico al de Jimin, pero negro. En cuanto se levanta, ve el rostro aterrorizado de Jimin, mirarle inseguro.
— Es... ¿es seguro?
—Jamás has subido a una motocicleta, ¿verdad, Jimin? — el tono es tan divertido que parece insultante, Jimin no puede evitar fruncir ligeramente el ceño — descuida, no tienes que contestar, eres fácil de leer, justo aquí — susurra Yoongi con una risita señalando su rostro — entenderé si tienes miedo y no quieres hacerlo... quizá ahogarte con un cigarrillo fue suficiente desafío para ti.— se encoge de hombros.