HANNAH
-Eres tu Hannah, eres la elegida -voces se escuchaban a mi alrededor -Tú y él serán el cambio para la nueva era -Cada vez más voces se escuchaban hasta que un molesto ruido terminó por levantarme.
- ¡Dios! -agarre el despertador y lo apague rápidamente. Acababa de tener uno de esos sueños extraños, los últimos días no había parado de soñar con aquellas palabras.
"Estoy volviéndome loca" pensé.
Había pasado una semana desde que Marc nos había confesado que estaba saliendo con alguien. Una semana donde Abby había caído en una ligera depresión, había estado muy desanimada estos días y no sabía que más hacer para traer de vuelta a la vieja Abby.
Marc también la había notado un poco distante, pero creyó que era debido a la ligera carga de trabajos que tenía por presentar. Una pequeña excusa mía, aunque talvez eso sea un poco cierto. Sabía que no era solo el asunto de Marc que la molestaba, era algo más, pero ella no quería parecer decírnoslo.
Solté una pequeña maldición al leer el mensaje entrante de Abby. Mi castaña amiga había cancelado nuestro almuerzo ya que le había surgido un pequeño problema, y aunque nos viéramos para la cena, la necesitaba para que me consolará si algo salía mal con mis padres.
Hoy era el día, hoy trataría de hablar con ellos y explicarles de mi nueva situación. La última semana me estuve preparando con pequeñas preguntas para nada relacionadas, aunque sabía que talvez había dado un poco de que hablar.
"¿Qué pasa si me voy?, ¿Ustedes me dejarían hacer mi vida lejos de aquí?, ¿Escucharon que la vecina pronto se ira de casa?"
Si, estaba segura de que ya sospechaban algo. Yo y mis preguntas para nada indiscretas.
"Vamos Hannah, tu puedes" seguía repitiéndome mientras bajaba a desayunar. Temblaba, de eso no había duda, pero aun así saque un poco de valor para enfrentarme a la pelea que seguramente surgiría cuando la primera palabra salga de mi boca
-Hola cariño -Habló mamá al verme. Estaba terminando de arreglar la mesa junto a papá.
-Hola -me acerque a ellos dándoles un abrazo que parecía desconcertarlos un poco, pero que aun así correspondieron.
Tomamos asiento en la mesa en un cómodo silencio donde aproveche en ordenar mis ideas, estaba decidida, ya era el momento de soltar la noticia. Así que sin más, termine por beber mi jugo de naranja y mirar fijamente a las dos personas que tenía adelante.
-Mamá, papá, hay algo que debo decirles -dije. No sé qué cara debí haber puesto ya que ellos me miraron un poco preocupados.
- ¿Está todo bien? -Papá pregunto. Respire un poco para poder decir lo siguiente, pero pareciera que mi voz no quería salir.
"Hazlo antes de que te arrepientas" pensé.
-Noo... Si... bueno... lo que pasa es que una profesora se comunicó conmigo, me dijo algo muy importante relacionado con mis estudios -tome un poco de aire mirándolos fijamente -Aceptaron mi solicitud para trabajar en el extranjero una vez culmine la carrera -y lo solté. Me sentía un poco en paz por al fin haberlo dicho, pero esa paz no duro tanto al ver la cara que ambos pusieron.
-Tuu... ¿Espera que? -Ambos parecían estar muy confundidos - ¿Cómo es eso de solicitud? Hannah, ¿Qué fue lo que hiciste? -Mamá habló con la molestia brillando por todo su rostro.
Empecé a sentirme muy nerviosa. Con lo que dijo mamá y en especial en ese tono, toda mi valentía parecía irse a la basura.
-Madre yo..., hace algunos meses pedí mi solicitud para trabajar en el extranjero. No tenía noticias de ello hasta que hace algunos días me avisaron que mi solicitud había sido aceptada y... -no termine de hablar ya que mi madre se levantó de la mesa con exasperación.
- ¡¿Hannah, como eres capaz de hacer algo así sin avisarnos antes?! Y encima nos los dices después de meses, ¿Por qué? -Papá se acercó a ella lentamente, estaba tratando de calmarla pero parecía fallar en el proceso.
-Mamá, ya no soy una niña que necesita permiso para lo que quiera hacer. No se los dije porque sabía que si mi solicitud iba a ser rechazada no tenía sentido que les contara de esto, pero a cambio me dijeron que sí, y es una increíble oportunidad para mí. Sabes que esto es lo que siempre quise -Mamá no dejaba de mirarme mientras hablaba. Sabía que ella estaba pensándolo y espere que por primera vez, ella dejara de verme como una carga.
-No iras Hannah, dile a la profesora esa que rechazas la solicitud -Papá y yo nos miramos con asombro y confusión.
-No lo hare madre, sabes que esto es lo que quiero -No quería pelear con ella, no quería que mis últimos días se vean afectados por una disputa innecesaria.
-Pero yo no Hannah, eres mi única hija, no puedes dejarme aquí sola -soltó con voz temblorosa.
-No estarás sola mamá, mi padre estará contigo y además vendré de visita -Le lancé una sonrisa para que tratara de calmarse.
-Así es cariño, desde que te conocí, me dijiste que Hannah tenía sueños y uno de ellos era este. Es difícil lo sé, pero es por su felicidad -Papá le acaricio el cabello lentamente mientras la miraba. Mamá no parecía decir nada y después de un momento, se marchó hacia su habitación.
Solté las pequeñas lágrimas que estaba conteniendo mientras me acercaba a papá y lo abrazaba.
- ¿No lo aceptará verdad? -le pregunté en voz baja.
-Dale tiempo cariño, sabes que para ella esto ha sido una sorpresa -me dio un ligero beso en la frente mientras me acunaba en sus brazos, aun lo seguía haciendo después de años.
- ¿Tú si me apoyas? -solté con la voz un tanto nerviosa.
-Siempre te apoyare Hannah, ¿No tengas dudas de eso si? -la mirada y la sonrisa que me dio me hizo sentir mejor. Estaba segura que él trataría de hablar con mamá.
-Está bien, debo irme. Gracias por esto papá -Le di un último abrazo y fui por mis cosas. Llegaría tarde a mis prácticas. Estaba segura.
-Ve, yo hablaré con tu madre y tratare de convencerla -Le di un asentimiento de cabeza saliendo de casa con un leve dolor en el pecho. Sabía que mamá haría todo lo posible para convencerme de que no vaya y eso en parte dolía.