Bailando en rojo

Capítulo 6: LLEGÓ LA HORA

ARDAM

Había pasado mucho desde que tuve contacto alguno con Elizabeth. La última vez fue un completo desastre, empezando por el hecho de que aquella rubia había hecho un gran drama por terminar nuestra "relación". No solo le bastaba con eso, no. Sino que había tenido la osadía de ir a molestar a mi padre con aquel tema.

"Ya me entere que botaste a Elizabeth, Ardam. No sé qué este pasando ahora entre ustedes pero no me interesa saberlo, dile que no me gusta que me molesten por cosas absurdas como esta y también dile que no me importa lo que Seymour tenga para decirme"

Me dijo al poner un pie en la sala aquella noche. Fui recibido con dos tipos de mirada, una de regaño y otra de diversión.

"No creí que fuera a buscar a su padre y contarle todo. Lo mío con Elizabeth no fue algo serio y lo sabes padre, así que para ti debe ser fácil ignorar todo lo que Seymour tenga para decirte"

Le hable con un poco de cansancio, suficiente había tenido con los gritos que Elizabeth me había dado. El cenar en paz no fue una opción esa noche, padre y Dalilah no parecían querer dejarme tranquilo.

"Entró llorando a mi despacho y empezó a contar todo lo que le dijiste. Me importa una mierda la mirada que Seymour me dio ya que tú; mi hijo, había lastimado a su pequeño *ángel*"-lo último había sonado con burla -"Pero debiste no solo escucharme a mi sino también a tu hermana cuando te dijo que no te involucraras con ella. Lo peor que puede pasarte es que una mujer con el corazón roto trate de dañarte y créeme Ardam, podría hacerlo de la peor manera".

Eso fue lo último que había dicho para después ponerse a disfrutar de su cena.

Eso era muy ridículo, ¿Cómo podía Elizabeth lastimarme?

Pero la respuesta que Dalilah me había dado, lo supero todo esa noche.

"Talvez dañe tu futura relación con tu futura esposa" dijo para soltar una pequeña risita que padre acompaño al tiempo.

No podía dejar ese pequeño cosquilleo que sentía cada vez que lo recordaba. Me sentía intrigado y sofocado antes la idea mi "compromiso". La palabra "esposa" había estado rondando mi mente varias veces.

¿Quería conocerla? Si.

¿Quería conocerla? No

Dos respuestas para una simple pregunta.

Deje de lado mis pensamientos al ver como Jacob, mi mejor amigo según él, se acercaba.

-Se supone que deberíamos estar alistándonos para la gran fiesta ahora y no estar aquí escuchando un estúpido discurso -Conocía a Jacob desde que éramos unos pequeños. Podría decir que pertenecíamos al mismo circulo, solo que yo le llevaba un poco de ventaja debido a quienes eran mis padres.

- ¿Y que se supone que celebraras? -le dije apoyado sobre una columna de aquel salón mientras miraba a mi alrededor.

Para cualquier persona normal que viera el salón seria de su gran gusto: Un salón con un gran espacio; las paredes resaltando los colores blanco, beige, plateado y algunos tonos dorados; un gran candelabro plateado colgado en el techo junto a algunas telas que combinaban con el espacio en general y también por supuesto, la gran tarima.

"Muy colorido para mi gusto" pensé y volví a enfocarme en Jacob.

-Pues es nuestro día hermano, ¿No dicen acaso los humanos que esta celebración está hecha para nosotros? -dijo soltando una pequeña carcajada.

-Claro, la fiesta de los demonios -solté con un tono sarcástico

Para nadie era un secreto que los demonios gozaban el burlarse de aquella festividad. Los humanos creían que Halloween era una celebración para los demonios en general cuando la realidad era otra. Esa fecha no significaba nada para nosotros.

"Son tan ilusos" me decía cada vez que los escuchaba.

-Oye, al menos tenemos una celebración -Jacob no podía negarse a una fiesta nunca, más si esa fiesta era sobre nosotros -Una celebración que no es nuestra pero que aun así celebramos porque nos da la gana. Si dicen que es una fiesta para nosotros, ¿Por qué ha de contradecirlos? -dijo dándome un pequeño codazo.

-En ese caso sería la celebración de mi padre, ya que esas criaturas disfrutan susurrar su nombre en esa fecha-Mencioné con una mueca.

-Por supuesto, pero aun as... -se calló al ver detrás mío -Mira quien viene ahí -mencionó con una pequeña sonrisa mientras hacia el ademan de darme otro codazo.

Para mi desgracia, no pude fijarme quien era ya que sentí como alguien me abrazaba fuertemente. Suspire. Solo había una criatura que le gustaba hacer eso.

Elizabeth.

-Suéltame Elizabeth -hice un simple movimiento para soltarme y al lograrlo, la mire fijamente.

Su cara parecía mostrar signos de cansancio, su cabello parecía dejar de brillar como lo hacía antes. Elizabeth solo era una acoston para mí, pero eso no evitaba el hecho de decir que era un poco atractiva.

Atractiva e irritante.

- ¿Podemos hablar? -mencionó con un poco de súplica.

-No -dije tan rápido que la risa de Jacob no tardó en llegar - ¿Qué es lo gracioso? -pregunte con una ceja alzada.

-Nada nada, por favor continúen -Dándonos una última mirada a ambos, se marchó.

-Ardam, por favor hablemos -pidió Elizabeth después de unos segundos.

Lo pensé un momento. La actitud que estaba empezando a tomar respecto a esto, está empezando a molestarme. No sería mala idea darle un ultimátum, así vería que no estaba jugando en absoluto.

Sonreí. Me gustaba mostrar a los demás quien era el que ponía las reglas. Nadie me quitaría eso.

Con un pequeño asentimiento de cabeza, guía a Elizabeth afuera del gran salón. Sentí un pequeño cosquilleo pero lo ignore, parecía ser que mi cuerpo empezaba a sentir un ligero cambio en el ambiente en el que estábamos.

Un dulce aroma me invadió.

¿Acaso era posible?

HANNAH

*HORAS ANTES*

"Ya vamos por ti", fue el mensaje que recibí de Abby mientras terminaba de arreglarme.




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.