Demi Lovato - Anyone
── Rebeca, ¿Aún no has terminado con lo que te pedí? ──Escuché a mamá preguntar.
No tenía la fuerza para responder, por lo que era cuestión de tiempo a que ella venga directamente.
Mi cabeza punza con fuerza, sin decir nada, solo cierro los ojos buscando algo de alivio. Pero al escuchar los pasos de mamá acercándose, me enderezo de inmediato en la cama. Mi cuerpo temblaba ligeramente de frío, seguramente me estaba enfermando.
Mamá abre la puerta y me ve con claro enfado al verme aún en cama.
── ¿Se puede saber por qué no te has levantado?
Ni me molesto en responder, no hay excusa que valga. Simplemente me levanto con cierta dificultad, sintiendo cierto dolor en las piernas.
── ¿Me vas a responder o estoy hablando sola?
── Lo siento, mamá. Enseguida empiezo. ──Mi garganta dolía y claramente sonaba enferma, pero mamá no se dio cuenta, o tal vez simplemente no le dio importancia.
Ella se aleja murmurando quejas sobre mí, duele, pero no profundizo en ese sentimiento.
Abro el gabinete de mi estante para buscar un ibuprofeno que pueda ayudarme a sentir mejor, y, aunque me aterre el tamaño de la pastilla, me la trago con dificultad para así poder estar bien y no recibir más regaños ante la torpeza de mis movimientos.
Tomo toda el agua que puedo, con desesperación al sentir la pastilla aun de la garganta.
Una vez que ya no la siento, suspiro de alivio.
── Que asco. ──Murmuré dejando la botella de agua.
Odio tomar pastillas.
Me veo al espejo, la verdad es que me veo horrible y claramente enferma, pero no quise darle demasiada importancia, así como nadie me la da.
Recojo mi cabello en una coleta alta, y salgo de mi habitación. Papá se encontraba trabajando en silencio en la sala como siempre, sin reaccionar a cuando paso a su lado, demostrando lo sumergido que estaba en lo suyo.
Tomo la escoba y comienzo a barrer la casa, ignorando aquellas punzadas de dolor en la cabeza en las que se me exigía descanso, seguramente. Respiré hondo para ignorarlas, pues, no creo merecer un descanso si no había hecho nada.
── Lo estás haciendo mal. ──Dijo mamá.
Suspiré.
Siempre lo hago mal.
Llegan mis tías de visita, saludo con toda la amabilidad que puedo para no faltarles el respeto a mis mayores, pero ellas rápidamente desvían su atención a otro lado en lugar de responder cuando les pregunté como están.
Quise acercarme, pero me daba cierta timidez hacerlo.
── No terminaste de limpiar y ya llegaron. ──Mamá se quejó viéndome con total desaprobación.
Bajé la mirada.
── Lo siento. ──Es lo que pude decir, no encontraba la fuerza para llevarle la contraria.
Ellos se reunieron en la sala, noté como papá dejó de trabajar para participar en la conversación.
Mmm.
Cuando termino, recojo todos los artículos de limpieza que usé, dejando todo en el mejor orden posible para que mamá estuviera satisfecha. Y al estar cerca de la sala de estar, sin ser vista, sus palabras llegaron a mis oídos.
── Y entonces, Rebeca se dedicó toda la mañana a dormir sin hacer nada.
Son las 10 de la mañana. Pensé.
Esto era más normal de lo que parecía, nunca entendía porque siempre que doy un paso no es suficiente, siempre hay algo mal.
Llegué a un punto donde considero que el problema de todo esto soy yo.
── Ella es un caso perdido, ¿cómo hará cuando esté sola? ──Dijo una de mis tías.
Comencé a juguetear con mi cabello.
── No lo sé, es una completa inútil. ──Dijo otras de mis tías.
Me recosté contra la pared, con la mirada fija en el techo mientras seguía escuchando la conversación como toda una masoquista.
── ¿Algún día se interesará por participar más en las conversaciones? ──Volvió a decir la otra── Es llegar y verla seria como siempre, no habla, no tiene iniciativa, no es nada sociable. Eso es de mala educación.
Te pregunté cómo estabas. Quise gruñir.
── Yo digo que ella no llegará muy lejos.
── No sé qué hacer con ella. ──Suspira mamá.
── Ahora que lo pienso, ¿No estaba ella cerca limpiando o algo así? ──Preguntó una de mis tías.
Silencio.
── Así está bien, que lo escuche. ──Dijo una de ellas.
Una molestia creció en mi garganta, solo pude alejarme de allí.
Me quedé viendo la puerta de mi habitación, si entraba allí a encerrarme, hablarían mal, pero si me quedaba afuera, seguramente también dirían algo del porqué estoy allí. Por lo que estuve allí sin poder decidir.
── ¿Qué haces allí parada? ──Pregunta mamá, fastidiada── Lava los platos si no tienes nada mejor que hacer.