Estaba con Frank haciendo algunas tareas, cuando de repente su mirada se enfocó en mi pecho, haciéndome sentir incomoda.
Pensaba ignorarlo, pero llevaba ya un rato haciéndolo y no pude evitar cuestionarlo.
── ¿Qué tanto me ves allí? ──Pregunté, dejando ver mi incomodidad.
Él se sonroja al percatarse.
── Lo lamento, esa no era mi intención, no te estaba viendo…
── No lo digas por favor. ──Supliqué── Si no era eso, ¿Qué veías con tanta atención?
── Tu collar, ya no está.
Siento una punzada en el pecho ante sus palabras, había pasado una semana desde que dejé de usarlo y aún sentía ese vacío al no tenerlo conmigo.
── Sí… lo dejé en casa.
── Oh, ¿lo olvidaste?
── No, yo… ──Estuve a punto de mentir, pero estaba demasiado cansada de esconder mis pensamientos── ya no lo usaré.
── ¿Por qué no? Era una cruz muy bonita, te sentaba bien. Veía como la sostenías mucho con cariño.
¿De verdad hacia eso? No lo había notado.
── Es que a mis padres no les gusta, no comparten esa… creencia.
Se quedó en silencio al escucharme, de seguro pensando en lo absurdo que sonaban mis palabras.
── ¿Y que si no les gusta? ──Pregunta.
Lo miré, sorprendida.
── ¿Cómo dices?
── Rebeca, eres una adulta ya, claramente tendrás tus propias visiones del mundo.
── No lo entiendes…
── Tal vez no lo haga, pero, ¿de verdad no lo usas porque no quieres? O ¿no lo usas porque quieres su aprobación?
── Eso que importa. ──Mascullé en voz baja.
── Importa y mucho. ──Dijo con firmeza── Porque tú debes vivir tu vida como a ti te plazca, claro, dentro de todo lo saludable. Pero debes ser independiente, no vivir por y para ellos siguiendo ciegamente todo lo que te imponen. ¿Qué harás el día que ellos no estén? Si sigues así y ellos no están, no sabrás quién eres, que te gusta o en lo que crees correcto o no. No cometas ese error.
── Pero…
── Mira, nunca me has contado que es lo que pasa con tus padres. Pero debes ser firme con lo que crees correcto, antes de que sea demasiado tarde, porque eso puede afectar tu relación, aunque no lo creas.
Esa conversación se repitió en mi mente en una especie de bucle en lo que quedó del día, estaba al borde de la locura, ya no sabía si ser yo misma o ser quienes ellos quieren que sea.
¿Ser quienes ellos quieren… me hace feliz?
No.
Entonces tomé una decisión. Al día siguiente al salir de clases, aproveché que Cristian estaba en el trabajo por lo que pasé por el apartamento, me arreglé y fui a casa de mis padres, con mis cosas listas para ir a la academia luego de pasar por allí.
Toqué la puerta y respiré hondo, esperando a que me abrieran.
Entonces se abrió.
── ¿Sí…? Oh, hola, Rebe… uhm. ──Mamá bajó la vista a mi pecho.
── Ten, te traje las invitaciones para la competencia, recuerda que es este sábado.
── ¿Qué haces con eso puesto? ──Dijo señalando el collar.
Cuando me lo puse, lo hice con tomando la decisión que esta vez sin importar lo que dijeran, no me lo quitaría a menos que yo quisiera hacerlo. Solo con llevarlo puesto de nuevo, volví a sentirme completa y a gusto conmigo misma.
Por lo que supe que iba por buen camino.
Cristian no me había vuelto a tocar el tema sobre el collar y aquello me hizo pensar mucho más en ese detalle, porque mientras mis padres se volvieron locos para que no lo usara, él, que me lo había regalado con todo el significado emocional que tiene el collar para él, había aceptado y respetado mi decisión.
Nada me va a detener, me defenderé.
── Oh, les dije, es un regalo. ──Dije con una sonrisa de oreja a oreja.
Siendo honesta conmigo misma, estaba haciendo trampa y lo sabía, papá no estaba y probablemente si él me hubiese abierto la puerta estaría retrocediendo. Pero estaba trabajando y usé eso a mí favor.
Porque si puedo con mamá, podré con él.
── Apuesto a que ese chico…
── Cristian no tuvo absolutamente nada que ver. ──Le interrumpí viéndola a los ojos── Estoy usando este collar porque quiero hacerlo.
── No eres católica.
── Tampoco cristiana. ──El aire se fue de mis pulmones, ¡lo dije!
Aquello la hizo retroceder.
── Rebeca, ¿Cómo te atreves…?
── No te estoy faltando al respeto ni ofendiendo, simplemente estoy tomando una decisión, y esa es, de que, si me gusta algo, lo voy a usar porque es importante para mí.
── No es eso lo que te enseñé.
── Porque lo que me enseñaste fue para vivir por y para ustedes, pero no pienso seguir viviendo de esa manera.