Nos sentamos en la mesa y yo me removía de lo más incómoda, mi ropa estaba fuera de lugar. Vine sencilla y cómoda, y las mujeres a mi alrededor parecían estar prácticamente desnudas, y las que no, no entendía como podían respirar con ropa tan ajustada.
Fue tanta mi impresión, que me le quedé viendo a una que llevaba un vestido rojo y ajustado, se veía… bien.
── Chica con dueño, ¿te gusta lo que ves?
Aparto la mirada de inmediato.
── No me sorprendería. ──Dijo Cristian, divertido al verme── Si te gusta Bayonetta…
Mario alza las cejas.
── ¿Le gusta Bayonetta? ──Soltó una carcajada── Vaya, no solo tienes que preocuparte por hombres, sino también por mujeres.
Tapé mi rostro con ambas manos.
── No digan eso, por favor.
── ¿No te gustaría probar? ──Volvió a preguntar Mario.
Chillé, y miré a Cristian aterrada, él solo me sonreía, ajeno a cualquier molestia por los comentarios.
── Tranquila, es divertido. ──Dice, adivinando mis pensamientos.
Idiota.
Trajeron una pizza e inmediatamente me sentí mal.
── Yo no tengo…
── ¿Mmm? ──Veo a Mario── Tómalo como pago por mi laptop.
── ¿Le vas a pagar con una pizza? ──Le cuestiona Cristian con indignación.
── No. ──Espeta en respuesta── Le pagaré con la salida, como tú no tomas, no pienso gastar en ti.
Cuando la pizza se acaba, trajeron las bebidas.
── Cerveza. ──Me murmuró Cristian── ¿Has bebido antes?
Negué con la cabeza.
── Bueno, tómalo de a poco ¿sí?
── No, Cristian. ──Le riñe Mario, luego se dirige a mi── Debes tomarlo con rapidez, si se calienta, sabrá mal.
── No, poco a poco.
── Le caerá mal si se le calienta, Cristian.
Sin querer escuchar más, bebo con rapidez.
Mi estomago ardió ante la sensación de probar esto por primera vez, el sabor era… extraño, no desagradable, solo era peculiar. Despego la botella de mi boca y la observo con atención, luego de unos segundos, fue realmente agradable.
No tenía muy buenos recuerdos con el alcohol, no porque yo lo tomara o algo, pero mis padres sí. Y mucho, y lo más curioso es que fue en diferentes épocas.
Primero fue papá, bebía demasiado con sus compañeros de trabajo, al punto de que mamá le echaba de la habitación y me hacía dormir con ella. Y luego fue mamá, que empezó a ir a una fiesta tras otra, recuerdo perfectamente una oportunidad donde papá tuvo que cargarla hasta la habitación.
Pero luego de probarlo, podía entender por qué lo hacían, aunque no creía poder hacerlo con tanta frecuencia, entendía el gusto que ellos tuvieron por esto.
Y seguí tomando de la botella.
── Ballerina, con calma.
Dejé la botella sobre la mesa.
── Está muy bueno. ──Admití.
Cuando quise tomar otra botella, Cristian toma mi mano.
Mario interviene.
── Déjala, estamos aquí para cuidarla, deja que se relaje.
Cristian lo piensa, me ve con cierta preocupación. Hago un puchero sin poder evitarlo y él suspira.
Me suelta y yo tomo la botella.
***
── ¿Sabes lo mucho que intenté hacerme notar? ──Le cuestioné a Cristian, arrastrando las palabras mientras tomaba su rostro con firmeza.
Estaba completamente mareada, girar la cabeza era perder el equilibrio aun sentada. Por lo que, sin poder resistirme, terminé por subirme a las piernas de Cristian para verle fijamente, riendo por cada gesto, comentario o mirada que me echaba.
── ¿Ajá?
── Sí. ──Exclamé, tomando otra botella── Te lo juro, siempre quise intentar hablar con naturalidad, quería que mis primas me hablaran como se hablaban entre ellas.
── ¿Y por qué no lo hacías?
── Porque no me prestaban atención, y me dejaron de lado. ──Escupí con amargura── Una vez llegué, ellas me vieron y se apartaron, hablando entre susurros para que no las escuchara.
Cristian intenta quitarme la botella, pero no le dejo.
── ¡Deja que me divierta! ──Reí con ganas── Esto es divertido, jamás me había sentido tan ligera.
── Nunca te había visto tan conversadora.
── Es interesante hablar, ¿Por qué nunca lo hago? ──Cuestioné sin entender.
── Te falta confianza, Ballerina.
── ¿Más confianza todavía? ¿No te basta con la que tengo ahora?
── Estás borracha.
Reí con fuerza.
── No lo estoy.
Ahora él ríe.
── Lo estás, hermosa. ──Acaricia mis piernas── Me gusta más tu confianza cuando estas sobria.