Llegó el momento.
Estaba junto a Frank en completo silencio, ya habíamos defendido nuestro proyecto frente a los jueces y ellos nos observaban en completo silencio, uno que nos perturbaba a ambos. Expusimos todo con naturalidad, ambos habíamos dado nuestro mejor esfuerzo en este momento para cumplir nuestra meta.
No sé cómo lo hice, pero mis nervios nunca hicieron acto de presencia.
Luego de varios minutos, el primero abrió la boca para hablar y ambos nos tensamos, preparándonos para el ataque de preguntas.
── Sin preguntas. ──Anunció, viéndonos con asombro.
Los demás asintieron de acuerdo con él.
Nadie tenía preguntas.
Frank y yo nos miramos, sintiendo como automáticamente el peso que veníamos arrastrando en nuestros hombros, se iba. Nos abrazamos al recibir la calificación más alta.
Cuando nos separamos, él voltea hacia su esposa y carga a su hija con emoción, por mi parte, Cristian me toma de la cintura y dio vueltas conmigo entre sus brazos.
── Estoy tan orgulloso. ──Me sonrojé, pero no dije nada, yo también lo estaba.
Sonreí sin poder evitarlo.
Cristian me suelta y detrás de él se acercan mis padres, quienes me sonreían, aquello hinchó mi pecho con una enorme felicidad.
Al final decidí por invitarlos, luego de mi… episodio de alcohol, fueron al día siguiente para ver cómo estaba. Fue la primera vez que papá le habló a Cristian sin terminar en una discusión o pelea, ¿Quién diría que todos al verme de esa manera dejarían sus problemas de lado? Al menos de momento, algo me dice que aún quedan cosas por resolver.
Pero por ahora, por primera vez en mucho tiempo, compartimos un momento sin peleas, discusiones o gritos. Mamá se había soltado por completo, le hablaba a Cristian con total naturalidad, y aunque papá no lo hacía, había dejado atrás toda hostilidad, y aquello era decir mucho.
── ¡Abrázala sin pena! ──Le dijo mamá a Cristian, quien aún le daba vergüenza tocarme frente a ellos.
En un arrebato, él me estrecha entre sus brazos y besa mi cabeza.
Ahora Cristian me tomaba fotos con ellos, aunque en lugar de estar cada uno a mi lado, papá se puso del lado de mamá, tuve que poner todo de mi para ignorar ese pinchazo de dolor. Luego siguieron fotos con mamá, las cuales fueron demasiadas porque a ella no le gustaba ninguna. Y cuando veo que le dirá a papá que se tome conmigo, la detengo.
── ¿Irás a mi acto de grado, mamá?
Ella se distrae, logrando mi objetivo.
── Sí, claro. ──Sonríe.
── Mmm, no me hagas de nuevo lo de la primaria.
Ella se sonroja.
── No lo haré. ──Dijo en voz baja── No seas mala conmigo, no me recuerdes eso.
Reí.
Ellos tuvieron que irse rápidamente debido al trabajo, mamá me abrazó con mucho cariño, aun no me acostumbraba, pero le sonreí. Cuando volteé hacia papá y vi como quiso abrazarme, me tensé y él se detuvo.
No dijo nada sobre eso y solo se fue.
── Poco a poco, Ballerina. ──Dijo Cristian mientras los veíamos irse── Sé que él un día hablará contigo de forma sincera y te expresará lo mucho que te quiere.
Salimos del centro comercial, aún era de día, pero sin importarme vi hacia el cielo, deseando ver las estrellas y que ellas le dijeran a papá que eso es lo que más deseo.
Nos dirigimos al apartamento, y así como Cristian me había felicitado por mi primera competencia, me felicitó por mi defensa. Solo que esta vez sin interrupciones.
***
Por mucho que quisiera celebrar el resultado de mi defensa, tenía que seguir entrenando en la academia. La competencia se acercaba, sería en tres semanas, y dentro de dos era mi acto de graduación, por lo que tenía los nervios a flor de piel.
Pero me concentré, no pensaba permitir que eso me detuviera.
Escogí la canción de mí solo, creo que es oportuno por su letra, me ayudara a conectar con el baile y así poder transmitir más emoción al ser un tema tan delicado para mí.
Cuando comenzamos a practicar el grupal, llegó Cristian y éste al verme sonrió abiertamente.
¿Cómo puede ser tan perfecto?
Así pasaron las dos semanas, todo marchaba muy bien, mi familia había estado felicitándome por haber conseguido con la calificación más alta y se veían genuinamente emocionados por mí, aquello me conmovía profundamente.
Seguía con mis ensayos y sentía que todo marchaba bien con los bailes, me sentía segura, fuerte. Y aquello solo me motivaba más.
Llega el día del acto de graduación y mi familia me invitó a arreglarme en casa de mi abuela, resultando en un momento de lo más agradable, mis tías me ayudaron a arreglarme.
── Cristian es muy afortunado, ¿eh? ──Dijo una de mis tías con picardía mientras me miraba.
Desde que mamá se relajó con Cristian, fue como un efecto en cadena, porque ahora mi familia pasó de ignorar totalmente su existencia a querer hablar de él cada vez que me veían.