Bailando Hacia Ti

Capítulo XXXIV

Tomo la cruz en mi mano y suspiré, agotada. No creí tener a mamá de esta manera, normalmente era al revés, yo era quien suplicaba una y otra vez. Pero parece ser que por hoy los papeles se invirtieron.

Por lo que yo no quise ser como ella, no tenía sentido seguir discutiendo, si a ellos les hacía sentir mejor una promesa vacía, no les diré nada más.

── Como quieras, mamá. ──Dije en voz baja.

── Gracias. Confía en nosotros, haremos algo especial para ti.

── Como sea.

Mamá se queda de pie, algo incómoda a mi actitud.

── ¿Quieres que te prepare algo? ──Propone.

── No es necesario.

── No te preocupes, tranquila. ──Dijo caminando hacia la cocina── Veré que tienen por allí y te haré algo delicioso, ¿tienen café?

── Sí.

── Entonces también haré un poco, te ves agotada. Déjame hacerlo.

Me encogí de hombros y ella se apresuró rápidamente a la cocina.

Disfruté más al verla tan desesperada por apaciguar su propia culpa, y al mismo tiempo me sentí peor persona.

Me quedé viendo mi celular, viendo las fotos de mis compañeros en diferentes lugares con sus familias celebrando la graduación, aquello me hizo hacer una mueca de dolor.

Suelto el celular, no queriendo ver más.

Pensé en papá, él había asistido sin falta a la graduación de su hijo y mostraba lo orgulloso que se sentía, había escrito por detrás de la camioneta una felicitación para él con total orgullo. Supuse rápidamente que eso no lo harían conmigo, sobre todo porque la camioneta no servía.

Mis manos ardían, quería lastimarme, pero no quería que Cristian se preocupara más por mí, debía ser fuerte.

Cuando mamá regresa con unos platillos, Cristian llega, y vio con una sonrisa como mamá estaba conmigo.

Noté que, desde su punto de vista, la escena podía parecer que mamá me estaba consintiendo o algo así, cuando en realidad era que estaba así por lo culpable que se siente.

── Hola, señora July. ──Cristian se acerca y besa a mi mamá en la cabeza.

Aquello me sorprendió.

Porque por mi parte me seguía aterrando su mamá, apenas y la abrazaba, pero Cristian apenas sintió como mamá se relajó con él, la trataba con total cariño.

Su corazón definitivamente era enorme, eran contadas las veces que lo había visto discutir con alguien, y mucho menos insultar, creo que ese lado solo se lo muestra a papá. No quería pensar que puede pasar de él si desaparece toda esa ternura que lo caracteriza.

── Hola, Cristian. ──Mamá le sonrió── Preparé algo, ¿tienes hambre? Debes estar cansado, por lo que veo trabajas mucho.

── No se preocupe. ──Dijo sonrojándose ante el tono de mamá.

── Claro que sí. Debo agradecer de alguna manera lo mucho que cuidas a Rebeca, anda siéntate con ella. Te serviré.

Cristian hace caso y se sienta a mi lado.

── Felicidades, Ballerina. ──Besa mi mejilla── Mi novia es toda una profesional con título universitario, me encanta.

Por primera vez desde que llegué, me relajo.

── Tonto.

── Quizá. ──Accede── Pero ten, te traje algo para compensar no haber podido ir.

Noté viendo de reojo cómo mamá se tensó ante la palabra compensar.

No queriendo hacerle caso, suspiré y abrí la cajita.

Era un anillo, dorado y con un diseño muy bonito, aquello me hizo sonrojar y ponerme de lo más nerviosa.

── No es lo que crees. ──Dijo Cristian, algo avergonzado── Es… un regalo.

── ¿Y qué pensabas que creía? ──Cuestioné mirándole fijamente.

Cristian se sonrojó.

── No te voy a pedir matrimonio de esta manera, es patético. ──Rei con ganas al escucharlo── Pero… esto es una promesa, una promesa de que lo haré pronto y el día que menos lo esperes. Digamos que es una pre propuesta.

── ¿Pre propuesta?

Cristian me enseña su mano, donde dejaba ver el mismo anillo en su dedo anular.

── Sí.

Me muerdo el labio, y veo de nuevo el anillo, sintiendo como la amargura que venía sintiendo se va, dándole paso a la felicidad.

Me lo puse sin pensarlo.

── Están comprometidos. ──Dijo mamá.

── No, no es eso. ──Se apresuró Cristian── Es una promesa.

── Es lo mismo. ──Rio mamá.

Cristian me ve con desesperación.

── Por favor no tomes esto como una propuesta, la propuesta será mucho mejor.

── Tranquilo. ──Le di un beso rápido, y él se sonrojó más, como si fuera posible.

Comenzamos a comer en un ambiente mucho más relajado, Cristian le estaba hablando de su trabajo a mamá y ella mostraba total interés en sus palabras. Fruncí el ceño al verla tan interesada, ella no solía mostrar tanto interés conmigo, por lo que asumí que aún se sentía culpable.




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