Bailando Hacia Ti

Capítulo XXXV

Cristian estaba limpiándome con una sonrisa en el rostro, yo estaba intentando volver a respirar con normalidad, ni siquiera los entrenamientos de ballet me dejaban tan exhausta.

Me había mentido cuando dijo uno más, no fue solo uno, ¡perdí la cuenta! Me dejó agotada y él lo estaba disfrutando.

Siendo honesta conmigo, no podía quejarme, me había complacido de todas las maneras posibles, parecía decidido a que yo perdiera la cabeza y lo consiguió. Me había prometido no hacerle maldades, pero parte de mí quiere volver a hacerlas para que pueda vengarse como quiera.

Cuando terminó de limpiarme, comenzó a masajear mis piernas, yo cerré los ojos ante el cansancio.

── ¿Me excedí? ──Le escucho preguntar.

¿Tiene el descaro de preguntar?

Pero debo admitirlo.

── No. ──Confesé── Solo estoy agotada.

── ¿No te lastimé?

── Para nada. ──Suspiré, recordando cada cosa que hizo y eso me hizo temblar── Fuiste el mejor.

── Soy el mejor.

Abrí los ojos y le vi con una sonrisa.

── No seas un pervertido.

── ¿En qué momento puedo serlo si no es ahora? ──Preguntó con total confusión.

Me reí.

Sus manos descendieron hasta tocar mis pantorrillas, me tense al sentir como rozaba mis cicatrices ya totalmente curadas, puesto a que no había vuelto a hacer algo como eso.

── ¿Cómo te has sentido con esto? ──Me pregunta.

── Bien.

── ¿No has querido volverlo a hacer?

No quería mentirle.

── Sí, y mucho. ──Le ofrecí una mirada de disculpa ante su tristeza── Lo lamento.

── No te disculpes, prefiero que seas honesta.

── No lo he hecho en ninguna otra parte. ──Le digo para tranquilizarle.

── Te creo. ──Me sonríe── Además, tampoco es que lo puedas ocultar, he visto cada parte de tu cuerpo.

── Eres un idiota. ──Balbuceo, haciéndolo reír.

Mi celular suena y Cristian lo toma para pasármelo.

Pero estaba tan agotada que contesté la llamada sin ver quien era y la puse en altavoz para no tener que sostenerlo contra mi oreja, dejo el celular sobre mi pecho mientras cierro los ojos de nuevo.

── ¿Sí?

── Hola, Rebeca, felicidades por tu graduación. ──Era la abuela.

── Gracias, mami.

A pesar de que me sentí algo incomoda por estar desnuda, estaba tan agotada que no le di demasiada importancia.

── Queremos invitarte a una pequeña fiesta que estamos haciendo.

Mi corazón se aceleró.

¿Estaban haciendo una fiesta para mí?

Recordé las palabras de mamá cuando me dijo que lo iba a compensar, me sentí mal por ser tan dura con ella cuando de verdad iba a cumplir con esa promesa.

── ¿De verdad? ──Abrí los ojos, incapaz de contener mi emoción.

── Sí, estamos celebrando que tu tía aprobó el semestre. Ya sabes, medicina es muy difícil y ella pensó que no lo lograría, por lo que queremos sorprenderla y felicitarla.

Cristian detuvo sus manos al escuchar eso.

Sentí un enorme vacío en el pecho acompañado con la decepción. Quería hacer una mueca, pero no quería que me arruinaran el buen humor que había trabajado en tener.

¿Por qué creí que esa fiesta era para mí?

── Claro, iremos. ──Dije, sintiendo un nudo en la garganta.

── Genial. ──Dijo animadamente── Estamos preparando todo por aquí, también invitando a algunos familiares, ¿crees que puedas aportar con algo?

Miré a Cristian, él solo se limitó a asentir.

── Claro. ──Digo.

── Vale, los esperamos. Obviamente Cristian está invitado.

Al colgar, ni Cristian ni yo dijimos otra palabra, solo nos limitamos a arreglarnos para ir.

Tuve que respirar hondo un par de veces para que aquello no me doliera.

Habíamos comprado un par de cosas para llevar y así aportar. En todo el camino solo podía pensar en calmarme, no quiero arruinar el ambiente ni ponerme de nuevo mal, había comenzado a encontrar agotador sentirme mal cuando me hacían daño.

Pero pareciera que esto no iba a terminar, pues cuando llegamos, la puerta estaba cerrada.

Fruncí el ceño ante eso, no habíamos tardado tanto en llegar, ¿o sí?

Tomé mi celular y comencé a llamarlos, pero nadie contestaba, Cristian estaba viendo a los alrededores para verificar que no hubiese alguien que pudiera abrirnos la puerta. Tuvimos así alrededor de unos diez minutos, pero nadie abría la puerta o contestaba mis llamadas.

Entonces vi que estaban subiendo fotos.

Se habían ido todos a comer en un restaurante.




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.