Bailando Hacia Ti

Capítulo XIV

Cristian

Apenas entro a mi salón luego de dejarla en el suyo, Mario me intercepta.

── Te ves… relajado. ──Aprieto los labios── Ja, ¿dejaste de ser virgen?

Han pasado días desde esa noche, Mario había faltado y apenas me estaba viendo hoy. ¿Cómo puede darse cuenta de eso tan rápido?

Volteo cuando el sonrojo me domina.

── Cállate ya. ──Gruño en voz baja.

Inevitablemente, recuerdos de esa noche vienen a mi mente, la verdad es que esa noche fue… maravillosa. Jamás creí que hacer eso con alguien me volvería tan loco, siempre he respetado y puesto un límite, pero suelo tirar todo eso en la basura cuando entra mi Ballerina a escena. Podría ver a Rebeca sin nada puesto y jamás cansarme.

Siento que soy el más suertudo de todos, definitivamente.

Mario comienza a reír con fuerza.

── Estoy tan orgulloso. ──Dice mientras me sacude con fuerza── ¿Cuándo me la vas a presentar? Debe ser una gran chica si te tiene así.

Lo veo con mala cara.

── Ni loco, ni la veas.

Mario se ofende.

── ¿Crees que haría algo con ella? ──Alzo una ceja y él suelta otra risa── Vamos no seas así, sabes que te respeto demasiado, tu chica es intocable.

Suspiro.

Por mucho que me conmueva, parte de mí sigue con la inquietud. No por Mario, sino por experiencias pasadas.

Apenas dejo mi bolso en mi silla, Rafael me golpea la cabeza.

── Hey, Cristian.

Suspiro para tener paciencia.

── Hey. ──Saludo de igual manera── ¿Cómo estás?

── Pues muy bien, anoche Mario me estuvo enseñando un par de cosas. Lástima que no fuiste, hiciste… falta.

Ajá.

── Lo lamento, estaba ocupado.

── Sí que lo estaba. ──Dice Mario entre risas.

Lo veo con dagas en mis ojos, pero no soy capaz de responder. La razón por la que no fui, es porque estaba con Rebeca.

Rafael me observa con atención.

── Bueno, pudimos pasarla bien sin ti. ──Insiste en el tema── Mario suele ser más divertido cuando no estás.

Casi quiero reír al ver cómo intenta ponerme celoso.

Mario se inquieta, pero no por la misma razón.

── No hice tonterías. ──Me dice con seriedad── Solo…

── Conquistó a una chica preciosa, debiste verla. ──Dice Simón.

No es difícil de creer.

── Hablando de chicas. ──Dice Rafael mientras se sienta en mi mesa y yo solo le veo sin decir nada── Supe que tienes novia, eh.

Veo a Mario sin disimular ni un poco y él enrojece.

La verdad es que Mario es patético guardando secretos, los termina revelando todos tarde o temprano.

La razón por la que no quise revelar que Rebeca y yo somos novios, es porque mis compañeros suelen ser idiotas casi el noventa por ciento de las veces. No quiero que la molesten, además de que…

No, no creo que eso afecte. Han pasado años.

── Pues sí, tengo novia. ──Digo mientras me siento.

── ¿Qué estudia?

── ¿Mario no te lo dijo ya?

Rafael ríe.

── Si lo hizo, pero no quería que te molestaras. ──Mario me mira con claro arrepentimiento, le sonrío para calmarlo── Una informática, eh. Debe ser linda, no hay muchas chicas allí.

Me tenso ligeramente.

Mario se acerca y toma el hombro de Rafael.

── Respeta, es su chica. ──Pide con seriedad── Al ser novia de López, la hace intocable, ¿lo sabes?

Mi mirada se torna en una agradecida al escucharlo, que el más mujeriego del grupo diga eso, me reconforta.

Con solo decir eso, puedo ver como los otros dos dejan el tema de inmediato. Rafael se va diciendo de que tengo un guarda espaldas o algo así, pero no quise prestarle mucha atención.

Suena el timbre, anunciando el inicio de las clases.

Solo que cuando comenzaron, Mario no me dejaba ni pensar.

── ¿Te fue de ayuda lo que te recomendé? ──Le vuelvo a poner mala cara── No seas así, hombre. Es la primera novia desde que te conozco, estoy feliz por ti, pero quiero detalles.

── No pienso contarte nada, no faltaré a su privacidad.

Mario rueda los ojos.

── Si me dices, te doy un condón para que te diviertas en el salón que me has robado. ──Enrojezco── Sí, descarado. ¿Crees que no lo he notado? Ese era mi salón para llevar a las chicas y ya no puedo hacerlo desde que me lo robaste.

── Ese salón no es tuyo. ──Gruño en voz baja.

La verdad es que es chistoso ver cómo Mario al verme entrar allí con ella un día, no lo ha vuelto a usar. Por mucho que se queje, respeta mi privacidad.




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