Bailando Hacia Ti (colección: Caleidoscopio de Emociones #1)

Prólogo

── López.

Volteo hacia Mario, quien estaba algo insistente con su laptop que siempre tiene llena de basura, jamás he entendido como lo hace, pero siempre se las arregla para tenerla en la peor de las condiciones.

── ¿Qué es lo que pasa ahora? ──Cuestiono con algo de burla.

── Que le dije a Frank el de informática que venga, pero no ha podido venir porque lo tienen secuestrado.

Reí sin poder evitarlo.

── ¿A qué te refieres con secuestrado?

── Aparentemente una compañera suya lo está reteniendo, le puso algún videojuego o algo y parece no poder parar.

── ¿Una chica jugando videojuegos? ──Volví a cuestionar, algo incrédulo.

A ver, sé que no era nada del otro mundo, pero siendo totalmente honesto, aquello no era muy común en una chica.

── Parece ser.

En eso entra un chico, a quien rápidamente reconocí como Frank, venía abrazando su propia laptop y se veía agotado.

── He sido humillado. ──Se quejó mientras se sienta al lado de Mario.

Mario no lo piensa y le entrega su laptop.

── Luego te quejas, primero sálvame. Mi pobre proyecto está en juego.

── Menos mal no me junté contigo para eso. ──Dije── De haberlo hecho, viviría con el miedo constante a quedarme sin calificación por tu culpa.

Mario me mira mal.

── Cierra la boca, López. ──Entonces miró a Frank── Tengo tanta suerte de conocerte, me salvas la vida.

── No cantes victoria. ──Advirtió── Si sigues tratando a la laptop de esta manera, morirá.

Mi amigo hace una mueca.

Pero por alguna razón, mi mente divagaba en la chica que estaba jugando videojuegos, algo me decía que preguntara e indagara un poco más sobre ella. Es sorprendente cómo ese simple detalle capte tanto mi atención, pero lo hizo.

── Y esa chica… ──Me encuentro hablando── ¿Te humilló?

Frank me mira, entorna sus ojos y se ve visiblemente sorprendido al recordar todo lo sucedido.

── Terriblemente, jamás pensé que una chica me daría una paliza de esa manera, pero así fue. Siento que he perdido parte de mi dignidad. ──Se estremece al recordarlo── ¡Les ganó a todos!

── ¿Qué estaban jugando?

── Counter Strike. ──Alzo ambas cejas ante aquello, ni yo entendía porque me emociono de esta manera── Tiene tanta precisión, que no puede verte porque te da directo en la cabeza.

Acomodo mis lentes, no porque se me estuvieran cayendo o algo, sino porque quise ocultar un sonrojo que seguramente se estaba extendiendo. Podía sentir el calor expandirse por todo mi rostro, es de lo más molesto tener este defecto.

Un defecto que Mario no tarda en notar.

── Parece que a López le gusta escuchar lo que dices. ──Dice con clara burla.

El sonrojo empeoró.

── Solo me sorprende. ──Intento defenderme.

Frank entrecierra los ojos a mi dirección.

── ¿Y qué dirías si te digo que a ella le encanta los juegos de God Of War? ──Pregunta── Aquí tengo un emulador del segundo juego, ella disfrutó cada momento.

Las palabras salieron de mi boca sin que las pudiera contener.

── Creo que me enamoré.

Me mordí la lengua con fuerza, la vergüenza que sentí al pronunciar esas palabras no tuvo nombre. Mario y Frank se rieron a carcajadas al escucharme, claramente disfrutaban de mi enorme vergüenza.

No podía evitarlo, en mi mente no dejaba de reproducir una imagen de una chica jugando ese tipo de juegos, me parecía de lo más fascinante y atractivo. No la conocía y ya quería verla jugar.

Mario no me dejaba en paz, decía que soy bastante enamoradizo e ingenuo para la vida, yo no lo veía de esa manera. En mi vida solo he tenido una novia y solo fue por un mes, nunca tuve ninguna intimidad con ella ni con nadie, a pesar de que en más de una ocasión los idiotas que se suponen que son mis amigos me empujaban hacia una chica.

Pero nunca me atrevería a hacer nada, no me gusta faltar al respeto o incomodar.

Supongo que simplemente no tenía prisa, esperaba a la chica indicada.

Frank se levanta al terminar y se dirige a mí.

── Ven, te muestro.

Confundido, le obedezco.

Le sigo hasta la entrada de mi salón, y él me señala una chica que va saliendo del salón de informática.

Informática.

De solo imaginarla reparando un mínimo circuito me aceleró aún más el corazón.

── Ella es Rebeca, es mi compañera. ──Dice en voz baja para que la chica no nos escuchara.

Decir que quedé impactado, fue decir poco.

Es hermosa, tiene un cabello negro largo y luce muy suave, era pequeña y delgada, se veía que es alguien atlética, iba vestida de una forma sencilla y sin ninguna capa de maquillaje, y eso fue algo que me fascinó aún más, porque su belleza natural me pareció de lo más encantador. Camina de una forma cabizbaja, como si buscara desparecer y pasar lo más desapercibida posible, es bastante notable lo tímida que es, su forma de encogerse lo demuestra claramente.




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