Al salir del lugar, él se quita su chaqueta y me la coloca encima, cubriéndome lo mejor que puede. Lo miro levantando una ceja de forma interrogante ante aquel gesto.
──Si tienes sutura, debes estar bien abrigada. ──me explica. Coloca un brazo sobre mis hombros antes de comenzar a caminar.
──Gracias.
Hubo un momento de silencio que me pareció de lo más extraño, debido a que él no suele permitir esos espacios vacíos. Al verlo de reojo, su expresión seria me alerta, porque está claro que quiere decirme algo delicado.
──Rebeca.
Ay, Dios.
Solo ha dicho mi nombre y ya me siento regañada.
──¿Sí?
──¿Por qué lo intentaste? ──pregunta de forma suave y calmada──. Si no quieres contarme, solo dímelo y lo entenderé.
No hace falta preguntar a qué se refiere.
Bajo la mirada algo avergonzada. ¿Me juzgará si se lo cuento?
Siempre he visto mis sentimientos como algo de menor importancia para los demás, y puede que no sea así, pero ya es una ansiedad que no puedo controlar. Solo que con él… curiosamente no está tan latente, por lo que pude abrirme un poco más.
──Estaba desesperada ──admito en voz baja.
──¿Tan desesperada como para creer que esa era la única salida?
Suspiro.
──Yo… lo lamento. ──Me pego más a él──. Estaba discutiendo con papá.
──¿Sobre qué?
──Bueno, muchas cosas, pero… ──De solo recordar como quería volver a hacerme lo del celular… bajo la mirada.
──Si te sientes incómoda hablando de esto podemos parar.
Sacudo la cabeza.
──Está bien, no te preocupes. ──Me mira con desconfianza al decir eso, a lo que le sonrío──. Es solo… que sentí que no pude más, me sentía asfixiada, no me escuchaba, me sentía completamente sola y solo quise dejar de existir. Puede que suene tonto, pero…
Se detiene al escucharme.
──No digas eso, no es nada tonto. ──Me abraza con fuerza, como si quisiera esconderme del mundo entre sus brazos──. Nunca digas que es algo tonto. Pero… si esto se repite, prefiero que me llames a que vuelvas a intentarlo, por favor.
──No quiero molestarte.
Besa con suavidad el área inflamada de mi mejilla.
──Jamás me molestarías ──me asegura──. Sé que decir todo esto es nuevo para ti, por lo que agradezco que me hayas contado un poco más para poder entenderte.
──Gracias por escucharme ──digo con sinceridad──. Eres… la primera persona que no me interrumpe.
Carraspeo cuando siento que mi voz se rompe.
──Entonces sabrás que siempre estaré para escucharte.
──Claro.
Retomamos el camino y él observa con atención un arbusto cercano, pensé que haría lo mismo de siempre de tomar una flor. Pero no. Me mira en su lugar.
──¿Qué flores te gustan?
Alzo las cejas ante esa pregunta.
──Sinceramente, adoro las flores de cerezo ──cuento──. Pero no se consiguen por aquí obviamente, por lo que… adoro la que sea que tenga morado.
──¿Morado?
──Ese es… mi color favorito, al menos en flores. ──Me aferro a su brazo con clara pena.
──¿Y cuál es el favorito?
──El rosa, amo el rosa.
──Entendido. ──Besa mi cabeza.
Dios, ¿entendido qué? Cristian es loco cuando de darme cosas se trata.
Me deja en casa, con la promesa de llamarlo si lo necesito. Algo que me enternece.
Entonces observo la escena que me espera.
Michael tiene un forúnculo en la pierna justo llegando al tobillo, bastante avanzado y se ve doloroso, no es que sintiera lástima o algo parecido por él. Lo que más me sorprende es ver a papá.
Tiene en su mano diferentes cremas y medicamentos para tratarlo, junto a indicaciones de un médico. Arrugo mi frente al ver todo eso.
¿Habían ido a una consulta?
Me acerco en silencio, tragando cualquier emoción amarga que siento en ese momento, observándolos fijamente.
Mamá es la primera en notarme.
──Estás bastante inflamada ──dice, preocupada──. ¿Sí te sacaron la cordal?
Asiento a duras penas y se la muestro como prueba, a pesar de que ella no me está poniendo en duda. Simplemente es la costumbre. Me siento a su lado mientras ella observa el diente.
──Dile a ese chico que gracias. ──Mamá me sonríe, le correspondo el gesto.
──Ya por fin dejará de lloriquear ──habla Michael en tono de burla──. Casi no podía dormir en las noches.
Ja, pobre. Él fue el más afectado sin duda.
Papá no dijo nada, noto como mamá aprieta los labios con molestia, solo que respira y me mira. Es claro que intenta ignorarlo.