Bailando Hacia Ti (colección: Cde #1)

Capítulo XXIV

──Hola, Mason. ¿Cómo has estado? ──Escucho a Cristian hablar, seguido de apoyar su barbilla sobre mi cabeza──. Con gusto iremos ambos para ayudarte.

──Oh bueno, como ella es la que tiene más conocimientos…

──Eso no lo discuto, pero si es algún problema de la parte del Hardware, puedo ayudarla perfectamente, tengo mucho conocimiento en esa área. Estaré encantado de poder ayudarte.

Mason hace una ligera mueca.

──No quisiera molestarte ──le responde──. Por lo que veo, trabajas por los dos.

Justo donde me duele.

──¿No es ese mi deber? Debo darle a mi señora lo que necesita.

Mi corazón se acelera.

Mi señora.

La verdad es que eso suena muy bien.

Veo a May, que observa sorprendida a Mason y a Cristian.

Recuerdo que aún tengo mi mano en la de Mason, por lo que intento apartar mi mano por segunda vez, sin éxito.

Alzo las cejas con sorpresa al ver cómo Mason con todo el descaro empieza a acariciar mi mano, sin dejar de ver a Cristian. Está retándolo, pero, ¿por qué? Por mi mente no cabe la idea de que Mason esté interesado en mí. No hablamos lo suficiente como para considerarlo mi amigo o un compañero, además de que se toma ciertas cercanías que me incomodan.

Siento cómo las manos de Cristian en mis hombros se tensan.

──¡Hola, chicos! ──Todos saltamos del susto ante la voz de Mario. Al verlo, no puedo negar que siento miedo al ver como su mirada oscurece al notar la mano de Mason reteniendo la mía──. Suéltala, cuento tres y llevo dos.

Mason me suelta de inmediato.

──Lo lamento…

──Te tienes que disculpar con ella ──le dice Mario con una seriedad que me inquieta, estoy acostumbrada a su tono bromista──. No sé si no lo notas, pero ella es la novia de mi mejor amigo. Respétala.

May sonríe con cierto cariño, llamando mi atención. Como si…

Mis pensamientos se detienen al ver como Mason se levanta y asiente.

──Lo lamento, Rebeca. ──Sonrío un poco──. Supongo que… mmm, nos vemos.

Se marcha algo cohibido. Cristian se sienta a mi lado y toma la mano que Mason tenía retenida.

──No hacía falta asustarlo, Mario ──le reprende.

──Oh, era totalmente necesario, López. Lástima que no pude presentarme.

Cristian sonríe al escucharlo decir eso.

──¿Cómo has estado, Mario? ──pregunta May con una vocecita, mi presentimiento crece.

Mario se sienta a su lado.

──Muy bien, ¿y tú? ──Le sonríe de forma amable.

Allí mis ilusiones mueren, Mario parece no verla de esa manera.

──Bien. ──responde, y nos observa──. Bueno, tengo que irme, debo ir al taller de costura.

──¿Me contarás cómo te fue? ──le pregunto.

──Claro, te escribo para ir a visitarte. ──Entonces se detiene, para verme un poco más seria──. Necesitas ponerle un alto a ese chico, Rebeca. Debe respetarte tengas novio o no.

──Vale. ──musito, ella besa mi cabeza con cariño y se va.

Apenas la vemos alejarse por la calle, Mario habla.

──Toda una muñeca hasta que abre la boca.

Cristian lo patea por debajo de la mesa y Mario ríe. Parece ser que lo que me dijo Cristian es cierto, solo lo hace para molestarlo, es una pena…

Hablamos un rato solamente, porque llaman a Mario por el celular.

──Es Rafael ──avisa a Cristian──. Cumplo con preguntar, quiere saber si quieres salir…

──No, gracias. ──Cristian arruga la nariz──. No me gustan esas salidas.

Mario asiente.

──No quiere, yo sí. Nos vemos allá. ──dice al celular y se levanta, observando a mi pelirrojo──. No haré locuras, nos vemos en clases. ──Cristian asiente levemente, entonces Mario se dirige a mí──. Adiós, Rebeca. Te sienta bien ese corte.

Cristian le gruñe ante su tono pícaro, haciéndolo reír. Mario sacude mi cabello antes de alejarse, me limito a despedirme con la mano.

También nos vamos de allí, y en el camino no me dejo de preguntar en qué estará pensando, porque está callado y pensativo. ¿Le habrá molestado verme tomada de la mano con Mason?

Al llegar al apartamento, lo primero que hago es limpiar para calmar los nervios que sentí temprano y Cristian por su parte se fue a cocinar. Mis pensamientos divagan en Mason y las palabras de May mientras arreglo la habitación.

Yo no estoy acostumbrada a tener la atención de los chicos, mucho menos rechazarlos directamente. ¿Cómo se supone que voy a hacerlo?

Comienzo a sentir calor y al ver mi vestimenta lo entiendo, me había puesto a limpiar con lo que tenía puesto en la calle. Suspiro y comienzo a quitármela.

──Rebeca ya está lista la… Oh. ──Volteo, nerviosa al ver su mirada sobre mí.




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