Bajo el agua

Capítulo 4

El castillo que no era castillo

 

La recámara que mi hermano me daba era acogedora (en el buen sentido) de colores azules y blancos, con una cama matrimonial blanca y cojines del mismo color, con conchas y estrellas de mar falsas pegadas en las paredes al igual que unas mesitas para dormir a los costados con una lámpara en cada uno y por su fuera poco había una especie de caja negra pegada o adherida en la pared, justo al frente de la cama, alado de la puerta.

Solté un suspiro y me tire en la que es mi nueva cama como peso muerto y quedar boca bajo.

Tenían qué estar de broma cuando me dijeron: "no puedes salir a nadar tales horas del día" o "mantén distancia de los pescadores". Distancia mis cojones. Amaba nadar, pero sabiendo que tendría que quedarme quien sabe cuánto en esta isla con olor a pescado muerto,sudor humano, especias extrañas y quien sabe que más, tendría que aceptar que tengo que tener más cuidado que antes. Y lo de la zona de pescadores.... Bueno ya tenía claro por donde no había que nadar.

Aunque aún me preguntaba el porque de mi hermano o la razón por la que me había abandonado el mismo día en que habían atacado el castillo las sirenas y tritones renegados, aquellos que no tenían corazón y se alimentaban de los de su misma especie -y de cualquier ser vivo- pero... ¿Porqué? Muy en el fondo sentí dolor en el pecho al pensar en que mi hermano menor me dejo cuando lo necesite, cuando el reino necesito de su Principe y princesa con poderes y que solamente se encontrará su princesa para ayudarlos.

Al pensar en eso sentí dolor y unas ganas de golpear algo y romperlo en mil pedazos.

-toc toc - la puerta se abrió un poco y la cabeza de mi hermano se asomó un poco. -¿puedo pasar?

<<Como sí pudiera decir que no>> pensé.

El entro a la habitación y cerro la puerta tras el tranquilamente, después camino hasta la cama y se tiró tal y como lo había hecho yo hace unos momentos. Ambos nos giramos un poco y quedamos frente a frente.

El no había cambiado en estos últimos 2 años, y seguía siendo extremadamente parecido a mi, sus ojos grises me miraban con ternura, pero no podía predecir si los míos estaban igual de tiernos que los suyos.

-Lena -me hablo en nuestra lengua- sigues enojada con migo, y lo entiendo, pero no debes estar así para siempre ¿verdad? Así qué vengo a hacer las pases contigo. -suspiro y se levantó de la cama y con cada mano alzo 2 de sus dedos y una la colóco sobre su frente y la otra sobré su corazón- Xenan Caelena Quitre Zamarita....

-¿Y esos apellidos?

-Necesitaba una identificación y me parecieron una buena opción. Te diré lo demás alrato. -tomo airé y continuo- perdóname por haber actuado de manera infantil y tonta, por no haberte apoyado y dejarte sola en un momento de crisis.

Ese fue un duro golpe, mi hermano Christian sabía perfectamente que ese símbolo me prohibía negar la disculpa, los dedos en la frente significaban: de mis decisiones me arrepiento y los dedos en el corazón: con el corazón. De mis decisiones me arrepiento con el corazón.

-Con mi mente te perdono -respondí en nuestra lengua- y con el corazón.

Su sonrisa fue tan amplia y llena de alegría, aunque me cueste admitirlo admiraba a mi hermano por no haber sido tan.... Tan... Tan..... Bueno pues como algunos de nuestra especie Frío. Dejo de hacer la seña y corrio hacia donde estaba yo y con su fuerza de tritón me abrazo y cargo dándome vueltas para luego dejarme en el piso.

-Es más fácil hacerlo bajo el agua.

-Ahora si me podrías decir todo acerca de nuestra... -hice comillas con los dedos- "identidad"

-Pero sonríe.

Abrí mis ojos con tanta fuerza y asombro al saber que mi hermano me pedía que sonriera. Era la futura reina del polo norte y del clan del invierno . No podía. Estire mis mejillas hacía los lados haciendo mi mayor esfuerzo para intentar una sonrisa. Pero lo único que conseguí fue la risa de mi hermano.

-Fue un gran intento -dijo- te diré. -tomo airé- Cuando llegue aquí necesitaba una identidad para poder hacer gastos, abrir la tienda y aparentar una vida normal común y corriente, entonces con ayuda de un amigo de Estiba logre crear una identificación para ti y para mi.

-¿Ya sabias que me iba a quedar?

-Lo presenti, los apellidos los escogí al ser los más extraños en el mundo. Digamos que así es una forma mejor de decir que por el paso del tiempo y no envejecemos preocuparía a mucha gente. Entonces pequeña Quitre Zamarita espero que me perdones, por crearte una identidad humana. Necesitaba familia y eras mi mejor opción porque no podía poner a nuestros padres ya que en trabajo tendría que poner "reyes del polo norte" jajaja ni loco.




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