Mala pasada
levaba unos jeans y una blusa color rosa puesta, me sentía extraña, nunca había utilizado unas de estas cosas en mi vida y por sí fuera poco me sentía como un cubo de hielo a medio descongelar. Quería meterme a nadar en la fresca agua del océano, tenían razón Estibaliz y Christian cuando dijeron que aquí hacia demasiado calor algunos días del año y que por más que intentarán cambiar el clima era como una misión imposible.
No había tardado tanto en llegar a la casa 45 de la calle Müller, era una casa bastante pintoresca de color amarillo y bastante más pequeña que la casa de mi hermano, de hecho podía jurar que cabía dentro de la mansión.
Suspire. No había dormido bien y estaba siendo obligada a ir a ayudar a un humano con sus "problemitas" que involucraban a mi especie en todo este asunto. Toque la puerta y se escucho que desde adentro una voz femenina gritaba: "voy en un momento" y el bajar veloz de una escalera.
La puerta se abrió y una mujer de ojos marrón al igual que sus ojos me sonreía desde la entrada.-Hola!! Buenos días,Que necesitas vecina?
-Estoy buscando a Emiliano.-dije rápidamente.
La mujer se volteó un poco y grito a sus espaldas:-Hijo!! Una chica guapa te busca en la entrada!!-después el bajar de las escaleras otra ves mientras la cabellera de el se asomaba por la puerta de la entrada- Saldré un rato mama- Añadió Emiliano y después dejo con la palabra en la boca a su madre y cerro la puerta.
-Perdona a mi madre, suele ser muy extrovertida.
No dije nada y comencé a caminar en dirección a la playa, y el caminando a mi lado.
Pasado un rato de haber caminado y estar en completo silencio -cosa que agradecí- llegamos a la playa, al menos no había tanta gente y no me aturdió.
El corrió y se plantó frente a mi con las manos en los costados y dando bocanadas de aire.-Juro que vi ayer que tenías los ojos grises cuando estábamos en tu casa.
Oh oh, maldita sea olvide ese pequeño detalle.
- Y ahora están azules-añadió- pero en el hospital también estaban azules.
Ostras Ostras Ostras, x favor señora Luna quitarle la curiosidad a los humanos y que me dejen tranquila.
-¿y?
-Pienso que tienes una mirada muy linda y muy inocente.
Inocente mis escamas.
Nos adentramos en la playa y me senté a una distancia prudente del océano sobre la tibia arena. Y comencé a ver el movimiento relajado del océano, y como se formaban pequeñas olas imposibles de surfear por el pequeño tamaño que poseían.
Pude sentir cuando el se sentó a mi lado y apretaba la quijada resistiendo la tentación de estar con las olas y océano, no era el único que quería ingresar al océano y sentir la agua salada en cada rincón de tu cuerpo. Apenas había pasado menos de una semana y ya quería regresar a mi reinó.
-Esta muy tranquilo el ambiente.
Gire mi cabeza para mirarlo un poco y vi como sonreía al ver el océano meserse lentamente.
-Lamento que tengas que hacer esto- dice con algo de sufrimiento- no es mi intención que mi cuerpo quiera evolucionar.
<<Tampoco mía>> pensé.
-No te preocupes por eso-fueron las única palabras que articulé.
-Eres muy reservada
Asentí con la cabeza.
-Bastante.
Se levantó de la arena y se sacudió rápidamente, acto seguido me tendió la mano y jure que no sabía lo que eso significaba.¿ Que hacer cuando un humano te tiende la mano?. La verdad no tengo idea. El al ver que me quede viendo su mano como una almeja marina tomo velozmente mi mano izquierda y me levantó de la arena.
-Sería mejor que nos apartáramos del océano para evitar tentaciones.
-Buena Idea.
-¿te parece si te compro un café y recorremos el pueblo?
Eso sonó tentador.
-Me parece.
Solamente sentí como me empezó a alejar de mi hogar y lo único que pude hacer fue mirar hacía atrás y mirarlo.
<<Te veo al rato>> le dije al océano.
Al ser una sirena de hielo estar fuera del frío era el puro infierno, llevábamos horas caminando y ya habíamos recorrido más de la mitad del pueblo. Era bastante colorido!!! Mis ojos me dolían de ver tantos colores y la luz del sol en cada vuelta y calle que recorríamos, ¡me mataba!