Bajo el mismo techo

Ácúerdo

Las semanas siguientes al incidente con el nuevo estudiante habían sido sorprendentes para Lucas. Aunque todavía no confiaba del todo en Tomy, debía admitir que el chico había hecho un esfuerzo genuino por cambiar. Sin embargo, había una cosa que no había cambiado: ambos seguían interesados en Sofía.

Un día, después de clase, Lucas estaba hablando con Sofía en la biblioteca. Discutían sobre un proyecto de biología cuando Tomy apareció, con su habitual sonrisa confiada.

—Hola, Sofía. Hola, Lucas —saludó Tomy, tomando asiento junto a ellos—. ¿Qué tal va el proyecto?

Sofía sonrió amablemente a Tomy.

—Va bien, solo necesitamos algunas referencias más.

Tomy asintió y, sin perder tiempo, sacó de su mochila un libro de biología avanzada.

—Quizás esto les ayude. Es de mi hermano mayor; él también hizo este proyecto hace un par de años.

Lucas sintió una punzada de irritación. Aunque apreciaba la ayuda, no podía ignorar el hecho de que Tomy parecía estar usando cualquier oportunidad para acercarse a Sofía. Y Sofía, por su parte, parecía cada vez más interesada en él.

—Gracias, Tomy. Eso será de gran ayuda —dijo Sofía, tomando el libro.

Lucas observó la interacción, sintiendo que algo se deslizaba entre sus dedos. Decidió no decir nada en ese momento, pero sabía que tendría que hablar con Tomy pronto.

Esa tarde, mientras caminaban hacia sus casas, Lucas finalmente rompió el silencio.

—Tomy, tenemos que hablar.

Tomy levantó una ceja, curioso.

—¿Sobre qué?

—Sobre Sofía. No me gusta cómo intentas impresionarla todo el tiempo. Sabes que me gusta, y parece que estás haciendo todo lo posible para ganar su atención.

Tomy se detuvo y se volvió hacia Lucas, su expresión seria.

—¿Y qué quieres que haga, Lucas? ¿Que me haga a un lado solo porque a ti también te gusta?

Lucas apretó los dientes, tratando de controlar su frustración.

—No te estoy pidiendo eso. Solo... quiero que seamos honestos. Si vamos a competir por ella, que sea de manera justa.

Tomy asintió lentamente, entendiendo la situación.

—De acuerdo. Competiremos, pero con una condición: que ella sea quien decida. Nada de presionarla ni de manipularla.

Lucas estuvo de acuerdo.

—Hecho. Que gane el mejor.

Los dos chicos se dieron la mano, sabiendo que, aunque habían formado una alianza inesperada, ahora también eran rivales en el terreno del corazón. Lo que ocurriera a continuación dependería de Sofía y de cómo cada uno de ellos manejara la situación.



#6162 en Novela romántica
#2007 en Fantasía

En el texto hay: amorrrrr, tristes

Editado: 08.08.2024

Añadir a la biblioteca


Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.