Bajo el Muérdago

Capitulo VI

Aitana

Las preguntas de mi niña me dejan en un estado de shock total. ¿Cómo se le ocurre hacer esas preguntas? ¡Es solo una niña a punto de cumplir seis años! Miro a Jimmy, quien la mira con una gran sonrisa, pero ella mantiene su seriedad.

—¿Aceptarías que fuera tu papa? Yo no tendría problema con serlo, ¡tendrías a alguien con quien jugar! Creo que mi hija y tú se llevarían de maravilla, ya sabes, ella tiene un arsenal de muñecas. —mi niña sonríe de oreja a oreja—. Pero para que eso suceda, tendrías que convencer a tu mami.

Ella me mira con una gran sonrisa, y yo estoy más sorprendida ante la confesión de él. No pensé que también tuviera una hija. Y eso significa que está casado. No puede ser. Me he besado con un hombre casado. Pero tampoco pensé que el quisiera ser padre de una niña que no es suya. Quisiera gritarle de todo, pero me controlo solo porque mi hija está presente.

—¿Te vas a casar con él, mami? Quiero que él sea mi papa. —dice, sonriéndome más.

Intento darle una sonrisa para que no se de cuenta que estoy molesta.

—Cariño, creo que te estás precipitando. Esa decisión no es tan fácil. —hablo, viéndola con asombro.

—¡Sí, lo es, mami! ¡Él será mi papa! Además, tendré una hermanita. —su sonrisa me da felicidad, pero no estoy segura de que algo así pueda suceder.

—¿Por qué están aquí? —pregunto, mirando a Jos, necesito cambiar de tema.

—Bueno, tu hija insistió en venir, porque quiere salir a comprar algo. —Jos me mira con preocupación, indicándome que no me gustará lo que quiere comprar.

—Sí, ¡qué tonta soy, mami! Olvidé para qué estamos aquí. Quiero que compremos un árbol de Navidad, con muchas luces y una estrella en la punta. Es que todas mis compañeras de la escuela tienen uno, ¡y quiero el más grande de todos! —dice con una sonrisa.

Temía este momento. El día que mi niña me pidiera eso. Es algo que a muchos niños les gusta, pero yo no quiero. Decorar es un recuerdo doloroso para mí. Mi mirada pasa de Joselyn a Jimmy. Este último no dice nada, solo me mira expectante.

—Pero si no quieres, está bien, mami. Sé que no te gusta mucho la Navidad, pero mira, la Navidad es muy linda. Me encantan las luces y los arbolitos. —escucharla me parte el alma.

Creo que estoy siendo egoísta, solo pensando en mi dolor y no en mi niña. Con la sonrisa que me da, está claro que ama la Navidad tanto como yo alguna vez lo hice.

—Princesa, no presiones a tu mami. ¿Por qué no le pides otra cosa? —dice Jimmy, sonriéndole.

—Perdón, mami. No quiero un árbol. Entonces, voy a querer un papa. Y él será mi papa. —afirma con seguridad, mirando a Jimmy.

No puedo evitar sonreír. Me agacho para quedar a su altura, abro los brazos y ambas nos fundimos en un fuerte abrazo. Mi niña sabe mucho, pero esa parte de que Jimmy sea su papi estará difícil. Más fácil termino comprándole su árbol.

—¿Qué tal si salimos a comer algo? Yo invito. —habla Jimmy, y lo miro. Está sonriendo.

—¡Siiiiiii, vámonos! Así hablamos y tratamos de convencer a mami, para ver desde cuándo puedes ser mi papi. —Aury sonríe con emoción y le agarra la mano a Jimmy, empezando a llevárselo arrastras. Él no se queja, solo sonríe y camina junto a ella.

¿Qué haré con ella? Es obvio que es una niña y no sabe nada de la vida. Las cosas no funcionan así, no puedes decidir de la nada que una persona sea tuya, como ser tu papa.

—Te lo dije, Aury quiere un papa. Y por lo que vi, ya tiene el candidato. —susurra Joselyn con una sonrisa—. Y no digas que no, los vi a punto de besarse, otra vez. —su sonrisa se agranda y se aleja de mí sin esperar respuesta.

¿Se volvió loca? ¿Cómo se le ocurre pensar que él sea su papa? Además, no lo conozco. Bueno, éramos amigos/novios cuando éramos niños, pero todo cambia en la adultez, y la verdad no me siento preparada para tener una relación. Y los besos no significan nada, tampoco las notas que dejaba. Es normal sentirse bien con esos detalles, nada más.

Después de dos horas de almuerzo, en el trayecto a la empresa, mi hija se había quedado dormida, y Jos se fue a casa con ella. Una niña que no paraba de hablar con Jimmy. Parecía una adulta con él, le hizo tantas preguntas que me dejó con la boca abierta. Cada pregunta me sorprendía, y para colmo, él respondió de manera muy casual y sin dejar de sonreírle.

¿Estás casado? ¿Cómo se llama tu hija? ¿Cuántos años tiene? ¿No tiene mamá? ¿Cuándo te vas a casar con mami? ¿Vas a ser mi papi? Fueron algunas de todas las preguntas que le hizo, y él respondió a cada una de ellas. No podía creer que mi hija hablara tanto y fuera tan curiosa.

Una de las respuestas me tranquilizó. Fue saber que está divorciado. Obviamente, esa era mi preocupación principal, porque me había besado con él, y no hubiera sido agradable enterarme de que estaba casado. No es que esté emocionada porque esté soltero, es solo que es normal sentirse aliviada. Solo por eso, nada más.

Jimmy nos narró algo de su vida. Dijo que lleva cinco años divorciado porque su esposa se fue con otro, los abandonó, y él se dedicó plenamente a su hija de siete años. No entiendo cómo puede haber mujeres que abandonen a su familia. Eso es inaceptable. Iba a preguntarle por qué apareció ahora en mi vida, por qué se convirtió en mi socio, pero ya habíamos llegado, y decidí callarme y preguntar en otro momento.




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.