Bajo el poder de un mafioso

Capitulo 11

Bajé.

No podía quedarme esperando un minuto más, no dejaba de pensar en el señor A, necesitaba saber si él se encontraba bien.

Iba por los pasillos y todo parecía normal, no se escuchaba ruidos extraños ni balas por el lugar... Llegue a la escaleras y bajando note que la puerta de su despacho estaba abierta. Entre. Sí, entre cuidadosamente sin permiso, realmente necesitaba saber cómo estaba el señor A.

Miré por todos lados y no lo vi, aunque observé perfectamente el desorden que tenía en su escritorio, papeles tirados en el piso, copas de vino en miles de pedazos, lápices tirados y lo que me impactó más fue verlo tirado debajo de su escritorio hundido en alcohol.

Corrí hacia él.

—¿Qué te sucedió? —enseguida le quite la botella que tenía en su mano.

—La vida es una mierda, mejor dicho; mi vida es una mierda. —expreso seguro, hablaba tan claro que supe que no estaba borracho como pensé.—A ver...—apoye su brazo en mi hombro para ayudarlo a levantarse—Siéntate aquí.—le pedí, sentándolo en unos muebles muy cerca de su escritorio.

El señor A estaba triste y se le notaba aunque lágrimas él no mostraba, lo supe fue por su mirada que decaída se encontraba.

Suspire.

¡Odio ver a un hombre así! Se supone que los hombres no lloran, no sufren,  al menos eso es lo que le dice mi padre a mi hermano mayor. Pensé que el señor A era fuerte, seco y sin sentimientos pero al verlo tan deprimido supe que era un ser humano más...

—¿Por qué te expresas así tan feo de la vida? Nunca te note tan decaído, creí que tenías todo lo que siempre deseabas.—le dije para tratar de suavizarlo, quería que me contara su martirio.

Señor A.

La mire y enseguida observe lo pura que ella es... Nunca he conocido un Ángel, ni sé si son reales pero si los libros no mienten Renata puede ser lo más parecido a un Ángel que llegaré a conocer, la dulce voz con que me habla, la tierna mirada con que me ve, causa en mí un profundo amor.

“¡No puedo alejarla de mí!” —murmuré levantándome violento del sofá y ella me escuchó porque enseguida me preguntó molesta. —¿Piensas echarme de tu vida? —voltee a verla y me dolió, una lágrima no tardó en recorrer su mejilla. Su rojiza me mejilla. —¿Respóndeme? —me gritó para hacerme reaccionar, había quedado completamente en silencio pensando en su pregunta. Parpadee dos veces y tome enseguida su cintura apretándola contra la mía, estábamos muy cerca el uno del otro y podía escuchar perfectamente su corazón latir con mucha intensidad. Solo pensaba en hacerla mía pero su petición de “No puedes tocarme sin que yo te lo pida” Me detenía. —¡Jamás te alejaría de mí, eres mi vida! —le confesé conteniendo mis ganas de hacerla mía.

Renata.

“Soy su vida” Escuchar eso hizo estremecer a mi vagina, jamás había escuchado decir eso en un hombre y menos por mí, mi corazón late fuerte, siento un miedo en mí pero mis ganas de besarlo son más fuerte y no las contuve pues enseguida me acerque a él e incline mi cabeza, cerrando los ojos para estamparle un profundo beso... Estaba a punto pero él suavemente colocó su dedo en mi boca para detenerme, me sorprendí hasta que susurró. —¡Debes pedirme que te toque!—Mi mente estalló al ver que el señor A recordó mi petición, sonreí y entre susurros le respondí. —¡Bésame! ¡Por favor, bésame como si no hubiera mañana! ¡Bésame y hazme tuya en todas las posiciones del mundo! — Y en cuestión de minutos ese hombre devoró mis labios mientras con sus masculinas manos apretaba mi trasero... Su pene erecto enseguida se colocó y no dude de bajarle el pantalón—¡Dios, es grande! —susurré impresionada al ver el tamaño de su miembro. Él sonrió y luego me desvistió. Su sofá fue testigo de nuestro amor, el señor A me hizo suya hasta no poder más... Su miembro entraba y salía con mucha suavidad de mi vagina bañada de satisfacción, nunca antes nadie me lo había hecho así, debo confesar.

Gemí. Claro que gemí, luego de varios minutos haciendo el amor por fin ese león se vino encima de mí, su esperma cayó directo en mis bubis.

Suspire cansada.

Ambos estábamos desnudos abrazados en el sofá, me sentía rara, creo que era vergüenza el sentimiento que causaba eso en mí.

¿Será que hice bien? 



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En el texto hay: mafia, drama, amor

Editado: 02.07.2023

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