Bajo el poder de un mafioso

Capítulo 24

Renata.

¿Cómo lograre tener todo listo para la boda en dos días? —me pregunté a mi misma mientras caminaba estresada por toda la habitación. Me siento en ese día cuando Hellen me dijo que tenía que tener la mansión limpia en un día.

¡Dios mío! ¿Por qué te empeñas en casarme? No digo que no quiera casarme con el señor A pero ¿Por qué justo ahora?

¡Maldición!

Tocan mi puerta.

Suspire.

–¡Adelante! –grité.

Hellen entro con una enorme sonrisa y con alguien a su lado.

–Hola ¿Cómo estás? –me preguntó muy amigable.

–¿Cómo estoy? Estoy a punto de enloquecer, Andrés me dejo organizando nuestra boda. No es que no me quiera casar con él. Repito no es que no quiero pero... Todo está sucediendo muy rápido y además ni sé organiza mi cuarto, menos una boda–hable muy rápido notando mi desesperación.

–Debes calmarte. –Hellen aconsejó–Aquí te traje a Alison, ella te ayudara en todo. –expresó marchándose y  mi rostro una sonrisa se reflejo. Hellen había salvado mi vida ¡Dios!—¿Entonces, sabes cómo organizar un evento? ¿Sí o no? —le pregunte enseguida  a Alison.

La chica estaba muda e inmóvil mirándome fijamente, trataba de saber que pensaba pero era imposible  su mirada solo reflejaba un vacio. Un profundo vacio y no sabía de qué.

Joder.

¿Qué mierda le pasa a esta mujer? ¿Por qué no me responde?  Pensé que todos los empleados  aquí eran eficientes pero con esta comprobé que no. No todos son así.

Gire mis ojos, odio cuando no me prestan atención.

—Pregunte... ¿Qué si sabes organizar eventos? —Repetí molesta, espero que haya escuchado bien, pues no pienso volvérselo a repetir.

—¡Oh! ¡Señora! —Su ironía se noto en cada palabra pero más en el “Oh” —Por supuesto que sí—puntualizó—He ayudado a miles de novias a organizar su más deseado día, no se preocupe deje todo en mis manos. Le hare una boda maravillosa—expreso amigable y sonreí. La mala vibra que me había transmitió se desvaneció, la chica me comenzó a caer súper bien.

Me quedé impactada viéndola y escuchando todo lo que me dijo.

Me relaje un poco y deje todo en sus manos como me aconsejó. Confié en ella.

Luego fui en busca de Andrés, habían pasado muchas horas desde la última vez que lo vi.

Baje las escaleras y vi que estaba en su despacho discutiendo con Hellen.

“–¿Tú sabías que Sabrina me engañaba? –le pregunta Andrés totalmente ebrio a Hellen.

Ella rio a carcajadas.

–No seas idiota. Ya deja de beber–se acercó a él quitándole la batalla que estaba en su mano.”

Fue cuando entré.

–¿Todo bien por aquí? –pregunté mirándolos a ambos. Andrés se levanto y nervioso se coloco enseguida por mi presencia.

–¡Hola! –Dijo con voz suave–¿Cómo vas con los preparativos? –me preguntó sonriéndome.

–Bien. Deje a la chica que Hellen me llevo organizando todo, la verdad prefiero hacer otra cosa mientras planificar mi boda no me emociona del todo. –camine hacia él.

Hellen lo miró advirtiéndole algo con la mirada y luego se marchó.

Andrés se acercó a mí oliendo a vikingo, beso mi frente y tomo mi mano llevándome hasta el sofá. Nos sentamos ahí.

–¿Quieres hablar sobre lo de ayer? – le pregunte, no habíamos tocado el tema. Antes de salir de las ruinas me pidió que no habláramos de esto jamás.

Él bajo su mirada.

–La verdad no.

–Pero estás dolido, te escuche cuando le reclamabas a Hellen si ella sabía lo que Sabrina te hacía. –Tome su mentón para alzar su mirada– No quiero presionarte pero deberías desahogarte conmigo.–le consejo.

Andrés suspiró.

–Sabrina jamás me quiso, jugo conmigo... Quería quitarme mi fortuna y luego asesinarme–una lagrima derramo–Y... lo que más me duele es que el bebé que esperaba no era mío sino de  Sebastián, su hermanastro–expresó haciéndose el fuerte.

–Te debes sentir traicionado y triste  se lo mucho que la amabas–tome sus mejillas–Pero no debes sentirte mal porque tú hiciste las cosas bien y eso habla muy bien de ti, ánimo ahora estás conmigo y te prometo que seremos muy feliz. –Dije y lo besé.

Él me correspondió el beso, nuestras lenguas se engancharon perfectamente al ritmo de los compas... El calor vino a nosotros y enseguida mi camisa me quite, lo ayude a quitarse el pantalón y en menos de un segundo nuestras piel estaban unidas. Hicimos el amor nuevamente en el sofá, el entró perfectamente en mi vagina sin lastimarme, acaricio mis pezones y mis nalgas haciéndome alcanzar mi punto G...

Gemí.

Gemí. Como nunca y fue celestial.

–Te amo–susurré.

–Te amo más–me respondió con el mismo susurró a mi oído mientras terminábamos de hacer el amor.

Confesiones. Sexo. Frustración. Películas, resumen un día perfecto al lado de mi amor.

Señor A.

Después de ese increíble sexo con mi casi esposa. Me fui a descansar pero a los minutos me desperté,  tenía unos pendientes y sino los hago Hellen vendría a fastidiarme, por ello estoy en mi despacho y ¡Maldición!

Papeles y más papeles, soy un puto narcotraficante ¿De verdad es necesario todo esto?

Estaba frustrado, tenía tantas horas firmando y acomodando documentos que ya me estaba cansado y luego mi móvil sonó alterando cada nervió en mi cuerpo, era un número desconocido.

“¿Aló?” —Contesté con mi voz indiferente.

“Espero estar  invitada en tú boda”—contestó una chica pero no reconocí su voz.

“¿Quién habla? “—Me coloqué totalmente serio en la ventana.

“¿Tan rápido me olvidaste, mi señor A? “—expreso y al instante supe quién era.

“Charlotte.”

“Hola Andrés, me acabo de enterar de tú boda y quiero felicitarte, espero que a esta no la dejes embarcada en el altar”

“No te preocupes que no lo haré. A ella si la amo de verdad” —Le comente frio e hiriente.

“Bien. Me alegro que por fin puedas sentir amor por alguien más que no seas tú” —expresó Charlotte y sus celos los sentí perfectamente en cada una de las palabras que soltó.



#866 en Novela romántica
#322 en Chick lit

En el texto hay: mafia, drama, amor

Editado: 02.07.2023

Añadir a la biblioteca


Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.