Harper
Me prometí que este verano sería sólo para mí.
Nada de chicos. Nada de complicaciones.
Sólo arte, sol, pizza y tiempo para pensar. Bueno, más bien para no pensar. Nueva York me estaba asfixiando: mi ex, mi carrera, mi madre con sus críticas, mi propia cabeza. Así que tomé un vuelo a Italia con Emma, mi mejor amiga, y decidí no mirar atrás.
Pero Italia no era lo que esperaba. Era más. Más intensa, más bella, más caótica.
Y él… él era lo último que necesitaba y lo único que no podía evitar mirar.
***
Luca
Las estadounidenses siempre llegan con los ojos bien abiertos y el corazón blindado.
Dicen que vienen a encontrarse a sí mismas. Que están “descubriendo Europa”. Pero la mayoría se quedan en las fotos y los clichés.
Harper no era diferente. Al menos al principio.
Tenía ese aire de “no te acerques”, ese sarcasmo afilado como cuchillo recién afilado. Y aún así, algo en ella me hizo querer quedarme.
Tal vez porque en medio de este verano perfecto… por primera vez, no quise sólo una historia pasajera.
Quise algo real.
Incluso si eso significaba chocar de frente con alguien como ella.