Bajo la llave de la ilusión

Capítulo 4- 22 de octubre del 2021, valor

La idea rebelde parecía estar quieta, y con ello mi mente en completa paz, algo que me dejaba trabajar, me permitía seguir escribiendo, dando vida a nuevas escenas dentro de distintas historias, y entonces, de la nada, siendo fiel a su imprudencia, a su rebeldía, aprovechó de nuevo el hecho de que la seguridad le había retirado la atención unos momentos. Con el tiempo, creí que habíamos creado un buen lazo de amistad, creí que éramos amigos, y que yo podía darme el lujo de desistir vigilarlo por un tiempo, pero me equivoqué, de nueva cuenta mi alta fe en las personas y en todo sí, terminó apuñalándome por la espalda, él se rebeló apenas estuvo libre de custodia, alzó una enorme rebelión, de emociones, de sensaciones e ideas que inundaron todo mi subconsciente, y luego volvieron a bajar por toda mi médula espinal, sintiendo que algo descendía por mis piernas, algo complicaba mi respiración, algo revoloteaba en mi estómago, y algo golpeaba las paredes de mi corazón como un tambor. 

Tomaron posesión de todo y yo perdí el control, traté de recuperarlo, pero me fue imposible, mis mayores defensas habían sido capturadas y sometidas, estaba indefenso, no podía luchar yo solo contra todo lo que algún día dirigí y respondía a mis órdenes, pues conocía mejor que nadie el alcance de su poder y fuerza, estaba perdido.

Él, no tenía intenciones de destruirme, solo quería que yo terminara lo que algún día empecé, según palabras suyas, solo quería lo mejor para mí, quería que aprendiera una lección, para que yo pudiera avanzar, en ese momento me reí en su cara, en esos instantes sus palabras me sonaban tan irónicas, tan absurdas y burlescas, lo único que daba cabida a razón era que quería hacerme pedazos, pero jamás abrí un espacio en mi razón para creer que quería ayudarme.

Él convocó a una reunión, en plena tarde sumamente soleada, en medio de la nada, en medio del desastre que provocó, no tuve opción más que acceder a su petición, y asistí a la reunión, con tan solo dos fuerzas respaldándome, y él con todo un ejército, con todo y mi ejército. Me comprometí a no armar ningún alboroto y escuchar lo que tenía que decir. Él demandaba que la carta que algún día escribí para Christopher, debía ser entregada cuanto antes, que el tenerla y retenerla conmigo era algo, y sería algo que no me permitiría avanzar, que cuando escribes algo para alguien dejas de ser el dueño de las líneas, que soy el autor, y siempre voy a serlo independientemente de quién tenga esas líneas en su poder, pero que no era el dueño, esa carta lo tenía, y yo debía hacérselo saber, debía poner esa carta en sus manos. Apenas escuché su demanda todos mis niveles de terror se alzaron, yo no podía hacer eso, no tenía el valor para hacerlo. Él se acercó a mí, me tomó las manos y me dijo directamente a los ojos que era mi amigo, que si hacía lo que hacía era porque estaba buscando salvarme, ayudarme a ser valiente, a respetarme a mí mismo, a ser fiel a mí mismo y a no temer más. Me dijo que siempre he sido capaz de vencer los miedos, toda mi vida me he subestimado, que siempre soy capaz de afrontar cualquier cosa que se me cruce en el camino, pero que por una extraña razón, siempre le he dado la vuelta a esto, evadiendo el miedo, y no haciéndole frente, que el cielo mismo sabía que no podría hacerlo, y que por ello estaba ahí, que por ello se estrelló aquel día en mi subconsciente, que por ello armaba toda esa revuelta, tenía una misión que cumplir para conmigo, y se le acababa el tiempo, debía regresar de donde fue enviado, pero no podía irse antes de cumplir su labor para conmigo, una vez que yo lo hiciera, él se iría, y el poder y dominio de mi mente me sería devuelto. 

No sabía qué hacer, estaba muy confundido, y nervioso ni se diga, una parte de mí sentía un enorme temor, pero otra, me llenaba de valor, me aseguraba que podría marchar a mi lado y volverme fuerte; me aseguraba que no me acobardaría, y podría completar la tarea. Ese día no me pude concentrar en mis clases al cien por ciento, no podía pensar en otra cosa más que en eso. Acudí con mis consejeros oficiales, tenía la certeza de que ellos me hablarían con absoluta verdad, y yo tendría una imagen más clara de lo que habría de hacer. Para mi fortuna y a la vez desgracia ellos apoyaron su posición y aprobaban sus demandas, y el pensamiento de ellos, afecta en el mío, así que no me quedaba de otra, tenía que hacer lo que me pedía, así que me di a la tarea de escribir unas líneas más para explicarle en cierta manera, la razón por la que escribí la otra.

 

Para Christopher 

Para ser sincero, ni siquiera sé cómo iniciar esto, y es raro, ya que normalmente tengo mucho que decir, más sin embargo en muchas ocasiones el viento se lleva más de lo que trae, en el cielo hay más nubosidad que claridad, lo que por consiguiente muchas veces te obligará a caminar a ciegas, a saltar sin previa noción del impacto, a volar sin previo conocimiento de la dirección del aire, a caminar siguiendo un rugido silencioso, a esperar un llanto de esperanza, que nos recuerde que somos belleza, caminando en desastre. 

Hace casi exactamente un año (un día de diferencia 17/10/2020), yo te escribí una carta, el por qué no es claro ni siquiera para mí, de manera que agradecería que no preguntaras; aunque puedo darte la respuesta más acertada que me es posible crear. Desde que pude hacerlo, a mí me ha gustado escribir, me ha gustado plasmar mis ideas, pensamientos, tristezas, emociones, en fin, hasta locuras, muchas de las cuales intento traer a la vida, algunas son un tanto difíciles de alcanzar, pero una voz loca en mi cabeza una vez que me dijo que nada es imposible, si se tiene forma de alcanzar, ¿que estoy loco?, sí, ya lo sé. El punto es que siempre he sido muy allegado al papel, es prácticamente mi mejor amigo, la historia de mi vida, cada momento de felicidad, de llanto e incluso de depresión, está grabado en un pedazo de pergamino, una hoja de papel, conoce el quién soy.       




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