Había tres mujeres en el recibidor dos aparentemente de la edad de mi madre y la tercera mucho más joven que las otras, vestían muy elegantes y parecían muy educadas por su forma de hablar.
- Amor dijo mi madre refiriéndose a Ricardo - ellas son una vecinas. Milena y su Hija y ella es Leticia, Él es Ricardo Mi esposo y ella Sophie mi hija.
-Es un placer conocerlas dijo mi padre. -Disculpen...
- No tiene de que disculparse... dijo Milena mostrando una sonrisa y moviendo las manos en señal de negación...le entendemos a la perfección.
- ¿Realmente no podían esperar hasta mañana? dije frunciendo el ceño... - Realmente estamos cansados como para estar atendiendo a extraños.
- Sophie estos extraños como los llamas están siendo totalmente educados al venir a darnos la bienvenida. Dijo Thania.
- No te das cuenta mamá, dije apretando fuertemente los puños - es por chisme, pura curiosidad, no pudieron esperar a ver qué muertos de hambre se habían mudado a su lujosa urbanización.
-Sophie es suficiente dijo Ricardo elevando el tono de voz una octava.
Es extraño escuchar a mi padre levantar la voz o proferir algún regaño, él siempre es tolerante y muy comprensivo, pero creo que esta vez me excediendo un poquito.
-Adolescentes dijo creo que era Milena la Rubia. -Karol es así cuando se enoja dándole una mirada rápida a la chica que las acompañaba.
-¡Mamá! exclama la chica mirándola fijamente con los labios apretados.
Me aleje de la sala por mi parte prefiero seguir curioseando por la casa. Me aleje de allí sin que me observasen pero el peso de las miradas cayeron sobre mi rápidamente salí de allí, subir por las escaleras que estaban en el recibidor al piso superior de la casa, tenía que salir de allí no estaba de ánimos para rendirle reverencias a extraños.
Me puse a pasar el rato curioseando. Hay cinco habitaciones uno con vista a la parte de atrás de la casa habían cosas de mi padre en la cama de seguro este es el que había elegido para ellos. De las otras cuatro había uno que llamo mi atención al fondo de la habitación se encontraba una puerta corrediza de vidrio ahumado que conducía a un balcón techado no muy grande, tenía un baño privado con cerámica azul y puertas de vidrios con hadas talladas en ellas. Al salir tropecé con unas cajas con mi nombre garabateado. Al parecer ya eligió cual sería mi habitación murmure soltando una pequeña risa.
Tome el par de cajas de una en una hasta llevarlas a la habitación, comencé a desempacar mis cosas y colocándola en su nuevo lugar, no había vuelta atrás solo me quedaba más que resignarme.
- ¿Sophie que fue eso allá? ¿Por qué ese mal comportamiento? Recriminó Thania.
- Simple porque yo no quiero estar aquí. Le dije.
- Y eso quiere decir que por que tú no quieras vivir aquí nos tenemos que aguantar tus groserías. Esas personas no merecían esto Sophie. Ellos fueron muy amables de darnos la bienvenida, no muchos hacen lo que ellas, así que espero que no vuelva ocurrir o lo vas a lamentar.
- Si mamá. Suspiré.
-¡Si mamá! Hazlo nuevamente. Dijo firmemente Ya estas grande para pataletas.
Baje a la sala subí las dos maletas que traía, me quede en la habitación desempacando las cosas iba de un lado a otro sacando y guardando las cosas dándole un nuevo lugar.
-Guao trabajas rápido dijo Ricardo desde la puerta. -Deberías ir a ayudarnos.
- En un rato voy. Le afirme.
-Aquí te traje algo de comer, debes estar hambrienta Thania me dijo que no has comido desde temprano.
-Si tengo un poco de hambre extendió su mano con el plato que tenía una porción de lasaña y una cajita de jugo que traía en la otra.
-¿Qué tal tu habitación? pregunto con los ojos llenos de curiosidad ¿Te gusta?
-Si esta espectacular me encanta, hasta balcón tiene. Le dije sin darme cuenta mi cara mostraba una gran sonrisa.
- Después de todo como que si te gusto el cambio. Comentó.
- Un poco, aún estoy muy triste por dejar todo allá, aun guardaba la esperanza de quedarme.
-En un mes ya todo era igual. Sonrió y salió de la habitación.
Me senté arriba de la cama, el colchón estaba desnudo con ropa doblada sobre él, zapatos esparcidos por el suelo, algunas cosas en las cajas esperando ser guardados en su nuevo sitio. Tal vez la vida sea injusta pero son pruebas para demostrar nuestra fortaleza dijo una voz en el interior de mi mente. Devore aquella comida rápidamente, estaba de un bueno o seria el hambre.
Termine de acomodar la ropa, los bolsos, el maquillaje y con especial cuidado mis mejores amigos mis amados zapatos dentro del closet. Apile las cajas una dentro de las otra y las baje junto con el plato. Ya habían acomodado los muebles en la sala, y había ya mucho más orden, mis padres estaban en la cocina guardando los vasos, platos y demás utensilios de cocina en los gabinetes.
- Qué buena idea tuviste amor dijo Thania
- Así no perdemos tiempo buscando cada cosa. Respondió Ricardo.
- Cuanto amor hay en el ambiente dije con ironía.