Bajo La Luna Llena

Capítulo V

 

- Gra... Gracias dije con voz temblorosa.

- ¿Estas bien?

- Sí, solo un tropiezo. Sonreí para disimular. ¿Un raspón? creo que me destrocé la rodilla porque me duele mucho.

- ¿En serio? Porque tu cara dice otra cosa. Interroga el chico con cara de preocupación.

- Si no es nada solo perdí el equilibrio, respondí restándole importancia.

- Disculpa que me meta pero ¿para dónde vas?

-No es asunto tuyo. Le respondí de mala gana. Desde pequeña me han dicho que no hable con extraños. Que no confíe.

- Me llamo Alexander Dijo. - ¿Y tú?

- Sophie. Conteste - Un placer Alexander.

- Solo Alex.

-Alex pronuncie El asintió con la cabeza.

- Si no tengo mala memoria tú vives en la calle 22

- Sí vivo allí.

- ¿Segura?

- No, realmente no estoy segura. Balbucee. No sé dónde mierda estoy, no puedo diferenciar el norte del sur aquí.

Escuche como trataba de disimular su risa tosiendo y lo fulmine con la mirada.

- Tranquila. Yo te acompaño y me aseguro de que llegues a tu casa.

- ¡Gracias!

- Es por aquí.

Nos regresamos por donde había caminado anteriormente hasta llegar al Regent's Park luego cruzamos una calle y seguimos derecho. Primrose Hill era todo lo que una persona pudiera pedir para vivir tranquilamente, claro el chico que me acompaña no está nada mal, ojos azules, cabello rubio como el oro bajo el sol, un buen cuerpo mostraba aquella camiseta gris.

- ¿Venias con Karol? Pregunto

- Si ¿la conoces?

- Claro, la conozco y...

- Todos aquí me imagino se conocen no le dejé terminar.

- Si todos conocemos a los vecinos, bueno vi la escenita que armo Valeria y bueno. Nos es mala pero se pasa a veces.

- Ya veo. Dije rodando los ojos.

Paso la descapotable Ranger Rover roja, sin dudarlo ese era el carro de Karol, en el asiento del copiloto iba Valeria con su melena negra ondeando al viento, me observó rápidamente mientras su mirada se posaba en el chico rubio a unos pasos de distancia. Alex miró a su vez y Por cuestión de segundos sus miradas se encontraron.

- ¿Es tu novia? Las palabras brotaron de mi boca como su yo necesitará saberlo. Coño pensé ¿qué te pasa Sophie? ¿Por qué haces ese tipo de preguntas?

- ¿Quién? Pregunto.

Sabía a quién me refería había observado a la chica en el auto que lo miraba.

- ¿Valeria?, ¿es su nombre? es que miró de una forma. Le comenté. Que si las miradas matarán ya estaría muerto. Pensé.

- No, solo somos amigos

Caminamos hasta llegar a la señalización que indicaba Calle 22. Todo lo que veía a mí alrededor le iba haciendo screen mental, tipo Irving amigo de Phineas y Ferb en un capítulo donde encontraron la ciudad perdida de la Atlántida. Espero que no haya salido mi dedo en mis imágenes metales como le sucedió a él.

En la entrada de la casa estaba mi madre.

- Gracias por todo le dije al chico rubio. Crucé el portón metálico de la entrada y subí la cuesta hasta la casa. Evitando todo lo posible las molestas preguntas de Thania.

- ¿Dónde estabas? me tenías preocupada, Sophie Responde. ¿Quién es ese chico con quien llegaste?... Me en cerré de un portazo en mi habitación.

Me acosté en la cama, dejando atrás el mal rato que pase, cerré los ojos y allí estaban aquellos hermosos ojos azules. Ahora irrumpe en mis pensamientos.

Necesitaba relajarme tome una hoja un lápiz para garabatear un poco. Tracé una línea aquí, otra allá abajo, seguí con los finos trazos. Nunca había sido buena dibujando pero me ayudaba a calmarme. Tocaron la puerta y entro mi padre.

- La cena esta lista. Dijo Ricardo muy bonito.

- ¿Qué?

- Tu dibujo ¿de dónde lo has copiado?

- Son solo rayas.

- Esas rayas quedaron muy bien. -Dice, te apuras, lávate las manos.

-Si ya bajo. Observe el dibujo pero solo eran líneas lo gire a ver si le encontraba algún sentido porque Ricardo tuvo que a ver visto algo que sí ha llamado la atención. Allí estaba bajo aquellas rayas marcadas y tenues, allí estaba. Realmente es bueno debo admitirlo lo guarde, me lavé las manos, baje al comedor a cenar junto a mis padres.

Los días pasan uno tras otro, el sol se ocultaba o mejor dicho el poco sol que salía en Londres se ocultaba y dejaba paso a la oscuridad llenas de sombras.

Uno, dos, tres... Seis... Diez días han pasado desde que llegamos a la ciudad de Londres. Thania había comenzado a trabajar, no vi a Karol desde aquella mañana y tampoco es que haya salido mucho de mi nueva morada, pude ponerme al día con Ceci y Am. De J.C ni un SMS por WhatsApp, quizás era mejor así.

Me siento tan sola en la inmensidad de la casa, Ricardo no está salió a la estación central de bomberos a llevar sus documentos a ver si consigue algún cargo.

Baje a la cocina estoy decida darles una sorpresa a mis padres preparando la cena, abrí la nevera saque tomates, cebolla, ají, pimentón, cilantro, ajo, un poco de albahaca y carne molida del congelador. Coloqué una olla con agua en la estufa tome la sal le puse un poco al agua y la tapé. Me puse manos a la obra me sabia esta receta de memoria, Thania me la había enseñado. Corte los aliños, sofreí la carne puse la pasta en la olla revolví constantemente para q no se pegara. Recuerdo una vez que cocine pasta y por no moverla había salido una bola de pasta toda pegada. Baje la llama de la salsa al terminar de colocar los ingredientes restantes, una hora después - ¡lista la cena! Arreglé la mesa y coloque la comida en refractarios. Los coloque en la mesa.

Me recosté En el sofá de gamuza color chocolate en una esquina del livingroom, me puse los audífonos para oír música.

Las sombras invadía la habitación. No sé en qué momento me había dormido, sonaba el coro de giving it all a travez de los auriculares. Caminé al comedor y aún estaba la mesa cómo la había dejado; el reloj de la pared marcaba once con veinte. Era muy tarde mi corazón comenzó a palpitar más rápido, sentía como el miedo invadía cada parte cuerpo.




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