Bajo La Luna Llena

Capítulo VI

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- Mamaaaaá, mamaaá... - Mamiii. No dejaba de gritar. Las lágrimas rodaban por mis mejillas, un dolor se apodero de mi pecho ella no volvió a hablar abracé mis piernas ocultando mi rostro entre ellas. Las lágrimas fluían de mis ojos a borbotones, tenía un gran nudo que oprimía mi pecho, no podía respirar trate de calmarme pero era imposible. Comencé a escuchar ruidos que provenían de abajo. Me quede en silencio.

- Shhh que no hagas ruido escuche

Sophie que no te encuentren recordé, fue lo último que le escuché a Thania regrese a su habitación y entre en el closet lo cerré detrás de mí, me deslice por detrás de la ropa y entre a un pequeño espacio por detrás de una viga de concreto. Mis dientes castañeaban estaba aterrada, mordí la mano para no hacer ruido; suavemente se deslizó la puerta del armario mientras yo me apretaba fuertemente contra la pared cómo si pudiera fundirme con ella. Movieron la ropa de un lado a otro.

-No está aquí. Escuche

- Maldición... - ¿Dónde se metió la mocosa esa?

- Quizás en casa de alguna amiga.

- Esperamos a que regrese la atrapamos y se la llevamos al jefe. Salieron de la habitación escuche las pisadas que se alejaban, espere un rato hasta no escuchar nada más que mi leve respiración.

- ¿Que voy a hacer? ¿Qué voy a hacer? Susurré. Tengo que salir de aquí. - ¿Cómo salgo? Salí de la habitación de mis padres, tratando de no hacer ruido caminé hasta mi cuarto; entré tome un abrigo me puse unos zapatos deportivos tomé el monedero que por desgracia estaba abierto y cayeron unas monedas al suelo resonando por toda la casa. Lo guarde en un bolsillo del abrigo.

- Está arriba, grito uno de los hombres.

Salí a la terraza que había en mi habitación que era lo más cerca a la entrada principal.

- ¿Por dónde? ¿Por dónde? Me repetía. Vi una enredadera y me trepe por donde estaba sostenida a la pared en una especie de entramado puse un pie luego el otro, cuando baje al siguiente tramo este cedió por el peso precipitándome al suelo chocando mi espalda contra él. El dolor recorrió mi columna vertebral, pero la dosis alta de adrenalina que corría por mi cuerpo me permitió levantarme.

- Allí está, allí está síguela. Estaba en el balcón un hombre de uno 30 años aproximadamente de piel blanca y cabello oscuro. Me levante y el otro hombre con piel oscura salía por la puerta principal. Salí corriendo, pasé rápidamente el portón enrejado de la casa, di vuelta en el siguiente cruce y luego en el siguiente. Gire para ver, no había nada más que oscuridad di media vuelta y allí estaba frente a mi aquel hombre de piel oscura

- Aquí estas dijo.

- No vas a escapar escuche tras de mí. - Charles atrápala.

- El moreno se acercaba a mí a paso lento con toda confianza. La adrenalina seguía con su efecto sobre mi cuerpo e impidió que el miedo me paralizara corrí a mi izquierda tan rápido como pude.

- Demonios grito.

- Rápido ve por ella

Sabía que debía seguir corriendo tenía que ocultarme en algún sitio, ya no podía más sentía que me faltaba el aliento, vi las gradas de las canchas más allá el área de picnic del Regent's Park que colindaba con el lago.

Entre los árboles allí podría esconderme pensé. Observe a mi alrededor a ver si me seguían pero no pude ver a nadie, me adentre en el pequeño bosque sin seguir el sendero delimitado caminé y camine vi un árbol no muy alto con ramas bajas para treparlo y sentarme en alguna que fuese fuerte trate de subirlo pero no lo logre, nunca lo había podido hacer lo más cercano a escalar fue cuando intente subir a un pequeño naranjo sin éxito en el cual me caí arriba del brazo y me lo rompí. No me voy a arriesgar agarre una rama limpié la base del tronco y me senté allí, ocultándome entre la oscuridad de la noche.

El frío era insoportable la luna llena se podía ver en lo alto del cielo, aquella luna llena que de pequeña cuando veía el cielo estaba allí, la que me seguía cuando caminaba; aquella luna llena que donde estuviera seguía siendo la misma. Metí mis manos frías dentro de las mangas del abrigo, abrase mis piernas para guardar el calor lo más posible. Mi mente vagaba en lo que había sucedido, no entiendo; porque me quieren esos tipos ¿con quién me llevarían? ¿Mis padres los tendrían prisioneros? De algo si estoy segura no puedo volver a mi casa. No tengo a nadie, sólo a ellos dos.

La luz del sol acariciaba las ramas de los arboles me levante y el cuerpo me dolía, por estar en una misma posición tanto tiempo. Me estire y cada articulación rechinaba cómo una vieja bisagra. A poco más de 100 metros podía ver el lago y sus aguas brillando bajo el reflejo del crepúsculo.

- Tengo que salir de aquí, tengo que esconderme. Dije - Tengo que regresar al centro allí me ayudará alguien. Observe a mi alrededor y no vi movimiento alguno, solo el movimiento de las hojas de los árboles por el viento.

- Sophi... Sophie... Sophi...

- Sophie

- Sophie

Escuchaba como mi nombre era mencionado por distintas voces. Hubo una que rompió mi corazón. Era sin dudarlo mi mamá, era ella reconocería su voz donde fuera. Cuando reaccione me encontraba corriendo justo en la dirección de la que venían las voces. Entre la multitud estaban ellos Ricardo y Thania y un dolor agudo se abrió paso en mi pecho al recordar que habían desaparecido la noche anterior los abrase a ambos mis mejillas estaban llenas de lágrimas.

- ¿Hija que pasó?, ¿Por qué no estabas en casa? Dijo Thania frenética - Nos preocupamos a ver que era tan tarde y no llegabas.

- Gracias a Dios que los vecinos nos tendieron una mano amiga. Dijo Ricardo observando a su alrededor.

- ¡Gracias a Dios! los vecinos nos tendieron una mano amiga. Dijo Ricardo observando a su alrededor.

Sentía como las mirabas se clavaban sobre mí. Observe disimuladamente, allí estaba Karol y su madre, estaban varias personas más, algunos policías, me sorprendió al chico de ojos azules entre toda esa gente. Estaba justo frente a mí mirándome con una expresión que no pude descifrar. Todos se veían preocupados, algunos desilusionados, quizás esperaban encontrar un cadáver o partes de mi cuerpo mutilado y esparcidos por la zona.




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