Balance (trilogía Mørke lys I)

Capítulo 6

Dániel Blackmad

Mientras que se preparara llame al club para que se aseguraran que tenía una cancha para nosotros solos, así nadie nos molestaría.

Anoche mi padre me hizo imposible salir con Alisson, en cierto modo creo que lo hizo a propósito, se inventó una excusa de que teníamos que "patrullar" la zona, porque según él había algo extraño, pero llegamos a casa a las 10 y no conseguimos nada.

Pensé que Alisson me daría una cachetada cuando abrí la puerta, pero intento ser lo más indiferente, como si no le afectara.

Detuve mis pensamientos cuando la escuché bajar, tenía un moño a lo alto de la cabeza y me di cuenta que lo tenía lizo ¿se había arreglado bien anoche? Me sentía como un idiota.

Llevaba una falda y una franela negra, medias altas y tenis, estoy seguro que, si fuese blanco todo, sería un perfecto uniforme del tenis.

—Estas hermosa —Le digo y se ruborizo.

—Lo que sea, vayámonos —dice y la sigo fuera de la casa.

—¿Qué tal si vamos en mi carro? —le pregunto.

—Bien —está de acuerdo y me sigue, le abro la puerta del copiloto y subo del otro lado.

—No te vez del tipo que juega tenis —dice y me rió, desde que estaba pequeño teníamos el club y sabia de muchos deportes.

—¿De qué tipo me veo? —le pregunto aun riendo.

—Pues no sé, como el capitán del equipo de fútbol americano, o de esos basquetbolistas.

—Vamos esa gente mayormente son idiotas —le digo.

—Lo sé —dice y se echa a reír cuando ve mi cara de ofendido.

—¿En serio piensas que soy un idiota? —le pregunto serio.

—No me ha demostrado lo contrario —dice rodando los ojos.

—Me disculpe por lo que paso anoche.

—Olvídalo —dice y se queda viendo el paisaje hasta que llegamos.

Cuando llegamos no espero que le abriera la puerta y nos fuimos a la cancha, había quedado un poco incomoda luego de la charla en el auto así que no iba a presionarla.

—¿Lista para perder? —le pregunto cuando ya estamos en posición para empezar a jugar y se ríe.

—Ya veremos —dice y empezamos el juego, la verdad es que no ponía un gran esfuerzo en darle a la pelota, si lo hacia la mandaría hacia otro lado. Ella sabía jugar, se movía bien.

—Oh venga ¿Quién iba a perder? —dice cuando ya habíamos jugado la última ronda, estábamos empatado y esta era la definitiva, la lance, pero se movió rápido y la devolvió, así estuvimos un rato y yo no quería que se acabara tan rápido, estaba tan hermosa un poco sudada y ruborizada por el sol.

—¡Toma eso! —dice y me percaté que había ganado mientras que yo fantaseaba con ella como un imbécil, la vi haciendo un pequeño baile de la victoria y me empecé a reír.

Sería mi muerte.

—Vamos, ganadora, a alimentarnos —le digo y pase a su lado con cuidado a no tocarla.

Fuimos a la cafetería del club y pedimos, nos sentamos uno al frente del otro y si nos movíamos nuestras piernas se rozarían, así que andaba casi que inmóvil.

—Entonces Alisson Brennan, háblame de ti.

—¿Qué quieres saber, Dániel Blackmad? —dice siguiéndome el juego.

—Háblame de tu familia —dije y se tensó un poco.

—Nada especial. Mis padres están juntos, tengo 3 hermanos, Collins, Connor y Adam y siempre hemos sido unidos —dice rápidamente.

—¿Y por qué los dejaste para venirte hasta acá? —le pregunto.

—Ya lo he dicho —dice rodando los ojos— Solo quería un descanso de todo, me gusta conocer nuevos lugares.

—Bien, eso es genial ¿Cuántos años tienes? —le pregunto.

—Tengo 20.

—Muy joven para vivir sola —digo.

—No me importa, estoy bien así —dice y en eso llego nuestra comida, y deje pasarlo, cuando la camarera se fue, ella volvió hablar— ¿Y tú, Dániel? Háblame de ti.

—No hay mucho que contar, nací y crecí aquí, tengo 22 años, este año probablemente me gradue como contador y pienso abrir otro club cerca —le digo sincero— ¿Tu que estas estudiando?

—Medicina.

—¿En qué te especializas?

—General, nunca pude elegir —dice riendo nerviosa.

—Bien, ¿y tienes novio, Srta. Brennan? —le pregunto serio y ella suelta una gran carcajada, pero la miro serio.

—No tengo novio, nunca he tenido novio —dice y se ve un poco avergonzada.

—¿Cómo es posible que no hayas tenido un novio? —le pregunto de verdad intrigado, ¿cómo es que nadie estuvo con ella? Era demasiado hermosa.

—No lo se, supongo que nunca nadie se interesó por mi antes —murmuro y antes que tuviera la oportunidad de formular otra pregunta me interrumpió— ¿Podemos cambiar de tema? ¿Por favor?

—Solo con una condición —digo y me queda viendo—Que me digas donde diablos aprendiste a jugar tenis —le digo y eso hace que la tensión se vaya.

—Cuando era pequeña fui a varios cursos, me mantenía distraída.

—No me parece que una chica me haya ganado en el tenis, un deporte que practico desde niño —digo fingiendo molestia y ella se ríe.

—Venga, sobrevivirás —dice con una sonrisa, luego de eso nos limitamos a comer, el silencio siguió hasta que subimos al auto.

—¿No has quedado con Key hoy? —le pregunto.

—No, llevamos un mes entero viendo series en las tardes en mi casa, pero solo los días de semana.

—Ah, o sea que hoy estas libre —digo haciéndola reír.

—Estar con Key no me molesta, me gusta su compañía.

—Claro vive con ella a ver qué te parece —digo y nos hace reír, amo a mi hermana, pero a veces es demasiado extrovertida.

Estaciono y nos bajamos, ya eran las 4 cuando llegamos, estuvimos un gran rato en la cancha.

—¿Te gustaría pasar? —pregunta insegura— digo, tengo una consola de juegos, podríamos jugar un rato.

—De acuerdo —digo y la sigo, no estaba lista para dejarla ir.

Sentía unas esas ganas abrumadoras de tocarla, como si algo me llamara a eso, pero no creo que deba hacerlo, es solo una humana, si eso pasa, entonces la tendría que meter en mi vida y no sé cómo se lo tomaría, me mantendré alejado hasta que sepa que hacer... o eso tenía pensado.




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