Balance (trilogía Mørke lys I)

Capítulo 40

Dániel

—Contactame en cualquier momento ¿si? por favor —le repito a Alisson.

—Amor, ya te he dicho que estaré bien, no te preocupes, en serio —dice esta abrazándome— te necesitan en el palacio, ve. 

—Te amo. 

—Y yo a ti, corazón —responde y la atraigo para un beso. 

—Llevan media hora despidiéndose, no sean pesados —dice Thomas molesto, le doy un ultimo beso a Ali. 

Iba a ir corriendo con Thomas, Mike, Jonh y Hunter, según Thomas era la ocasión perfecta para hacer una competencia, y no me quejaba, con algo teníamos que distraernos, aunque Mike nos llamo pesados igual participaría. 

—¿Listos para perder? —Dice Hunter. 

—Ahora —Dice Jonh y todo empezamos a correr.

Íbamos a par todos, nuestra familia era de las mas antiguas y poderosas de nuestra clase así nosotros teníamos mucha velocidad, Hunter tomo la delantera por unos minutos para luego ser tomada por MIke, estuvieron así hasta que me di cuenta que estábamos por llegar y acelere mi ritmo, sobrepasándolos a todos rápidamente. 

—Eso es trampa —protesta Mike. 

—Es hacker —dice Thomas mirándome mal pero yo solo me río de sus caras, los hice pensar de que me iban a ganar. 

—Andando, ya vamos tarde —dice Hunter negando y lanzándome una mala mirada. 

Seguimos al palacio y pasamos hasta que nos encontramos con el Rey. 

—Chicos, tendremos una conferencia con el consejo hoy con respecto a lo que paso ayer, ya su padre esta en el salón, pasen. 

Llegamos al dichoso salón donde estaban los 5 radgiver y 24 sucesores o radgiver menores, era lo que quedaba del consejo. 

—Buen día, familia Blackmad —saluda un de ellos, un mork— supongo que ya saben por que fueron citados aquí hoy. 

—Ayer hemos sido atacados —dice mi padre duramente— no fue un ataque cualquiera, fue una emboscada —dice y noto algunos riendo. 

—Venga Arturo, ¿de verdad piensas eso? se sabe que los Demon trabajan solos, nunca han sido controlados como para hacer una emboscada. 

—No tengo por que mentirle, Stephan, han sido más de 20 los que han atacado, logramos contenerlos pero no quiero seguir arriesgando a mi familia. 

—Sinceramente no se que creer, es un tanto insólito todo eso —dice una mujer Lys. 

—También había un mork con ellos —suelto de repente y mi padre me taladra con la mirada, habíamos quedado en que lo dejáramos hablar solo a el— lo sentí primero que a los demon, pero no se dejo ver. 

—¿Un mork? —pregunta el rey. 

—Si, el clima cambio un poco y luego 10 demon empezaron a atacar, al acabar con ellos aparecieron 10 más. 

—¿Me estas diciendo que un mork estaba controlandolos? —pregunta Stephan sonriendo burlón y yo rodé los ojos pero aun así le respondí. 

—No veo por que se le hace extraño si ya varios de tus colegas se le han volteado a la corona, y es algo que llevas años en proceso así que no me estaría tan confiado.

—¿Que estas insinuando? —pregunta este y noto que mi madre y mi padre me miran mal para que me calle mientras que los demás escuchan atentamente.

—No estoy insinuando nada, estoy diciendo la verdad, y si no se ha dado cuenta que algunos Mork y Lys trabajan con demon, la verdad eres tremendo...

—Dániel, ya entendimos tu punto —me interrumpe el rey. 

—Estúpido —termino con una sonrisa.

—Sal, Dániel —dice mi padre molesto pero no me podía quedar callado, yo si tenia algo que proteger con todas mi fuerzas, no iba a dejar que ningún idiota no nos de la protección que merecemos.

—Claro, me iré, pero no me disculpo ni me retractaré de lo dicho, las cosas se tienen que ver por los buenas o por las malas, no hay ninguna razón para negar algo que evidentemente pasó, a menos que se quiera encubrir algo ¿No es verdad? —finalizo y me doy la vuelta sin esperar respuesta, creo que el rey empezó a reír pero seguí de largo. 

La única razón por la que había accedido a venir es por Alisson, el consejo nos podía brindar protección poniendo guardias a custodiarnos, y aunque yo no lo necesite se que tengo que buscar la manera de que Ali no este en peligro. 

—Hola, ¿eres dániel, no? —se acerca un guardia y tardo un poco en reconocerlo.

—¿Connor? —pregunto y asiente, era el mismo que habíamos conocido en la academia. 

—Si, ¿como va todo? —pregunta. 

—Bien, creo que acabo de tener un pequeño enfrentamiento con el consejo —digo haciéndolo reír. 

—Hay muchos en el consejo que no me convencen del todo, como este... 

—¿Stephan? —termino por el y asiente.

—Esta muy a la defensiva cuando hablamos de los mork y lys trabajando con los demon. 

—Si, me he dado cuenta de primera mano —murmuro. 

—Michael confía mucho en tu familia —dice pensativo. 

—Mi padre ha sido su amigo desde hace años, siempre lo ha apoyado. 

—Pues, Robert es su hermano y lo apoya en todo —responde este. 

—Espera, ¿Roberth es tu padre? ¿eres sobrino del rey? —pregunto. 

—Si, somos familia —dice. 

—Dániel Malec Blackmad —llama mi madre enojada y Connor se ríe disimuladamente.

—Madre querida. 

—¿Como pudiste llamar a Sthefan estúpido?

—¿Me dirás que no lo es? —pregunto.

—Es un radgiver, merece respeto.

—El respeto se gana —replico y se acerca mi padre con los demás.

—Vamos a mi oficina, tengo una posible pista —ordena el Rey— Connor, te necesito en esta redada, ven con nosotros. 

Caminamos por los largos pasillos del palacio hasta llegar a la enorme oficina del rey, entro toda mi familia y Connor y esperamos a que el Rey hablara. 

—Marco Carter, 47 años, casado y con una hija, era un Radgiver respetado hasta que se revelo a la corona llevándose a otros con el, su esposas e hija están desaparecidas, no las conseguimos por ningún lado, algunos guardias reportaron el allanamiento en 3 de sus propiedades, uno vio a Megan entre los que hurtaban, así que podemos suponer que no esta apoyando lo que hace su padre, se encontraron flechas de cuarzo, por lo que podemos asumir que mataron algunos demon en una de las casas —le lanza una mirada a Connor que se puso tenso a la mención de flechas— Son pocos los soldados que trabajan con flechas. 




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