Before We Drift Away

0 Oblivion

Oblivion

Dos años después.

Mi habitación con el paso de los días se convirtió en un lugar lejano dentro de mi pequeño piso, pasar por ahí solo para cambiarme de ropa. Menos mal que la lavadora estaba en la cocina, que ironía, como si fuera una mala broma puesto no quería estar allí.

Cambie el sesto de lugar y cuando estaba lleno lo echaba a la lavadora, el bip anunciaba que debía colgar la ropa en mi pequeño tendedero. En mis manos sostenía la sudadera desgastada de mi hermano que no recuerdo cuando se la quite o si se la dejo esa primera y última vez que vino de visita.

Apenas recuerdo desde la ultima vez que estuve en la habitación ya no recordaba el color de las sábanas de mi cama; hasta ese punto había llegado porque mi atención se concentraba en un solo punto más bien en una persona. Estaba pendiente de cualquier llamada, mensajes de texto y las redes sociales de esa manera podía tener al menos alguna noticia de él.

Desde hace unos cuantos días no duermo mas de ocho horas seguidas por culpa del cambio horario no quería perderme nada. La única notica que tuve fue por el canal de deportes cuando él anuncio que se tomaría un descanso después de sus actividades, pero fue hace tanto tiempo. Siempre había “una última carrera” que salía de sus labios y le creía porque confiaba en él.

Mis noches de insomnio tenían un nombre que todos conocían en las portadas de revistas y anuncios de la ciudad; ese era el conocido Oblivion Rush. El muchacho que poco a poco había ganado fama en el último año y medio que empezó desde abajo en para luego convertirse en un futuro piloto profesional. Oblivion Rush paso de correr en las carreras clandestinas de las fiestas universitarias a dar el salto en las grandes ligas; sus patrocinadores decían que él se convertiría algún día en un prodigio como los demás pilotos de elite de gran renombre.

Recuerdo el día que lo cambio todo en nuestra relación cuando él me pidió que fuera a su casa. Estaba sentada en el borde de la mesa, girando las llaves de repuesto entre los dedos, cuando escuché la puerta abrirse de golpe. Levanté la vista justo a tiempo para ver a Kai entrar, con la respiración agitada y los ojos brillando de una forma que no había visto antes.

“—Lo logré… —susurró, casi sin aliento.

Frunció el ceño confundido, dejando las llaves a un lado.

—¿Qué? ¿De qué hablas?

Pero antes de que pudiera decir algo más, me envolvió en un abrazo fuerte, tan repentino que me hizo perder el equilibrio. Me reí, sorprendida, mientras él me sostenía con fuerza, hundiendo su rostro en mi cuello.

—No… lo logramos —corrigió, su voz temblando apenas—. Tú creíste en mí antes que nadie, y ahora esto es tan tuyo como mío.

Cerré los ojos por un segundo, sintiendo su latido acelerado contra mi pecho. Lo abracé con la misma intensidad, dejando escapar un suspiro.

—Siempre supe que lo harías —murmuré, apoyando mi frente contra la suya.

Kai sonrió, y en ese momento supe que todo valió la pena.”

Este sueño solo era suyo y en algún punto de los últimos días nuestra relación dejo de ser mi sueño. Mi amor por él estaba convirtiéndose en costumbre porque desperté de ese sueño en que dejaba volver a Kai Bennett una y otra vez a mi vida.




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.