Belia Potter [draco Malfoy]

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El último mes de los hermanos fue divertido a su manera. Dudley les tenía miedo a los hermanos, aún más a Belladona que desde el incidente del 31 de julio no se quedaba con ella en la misma habitación. Sus tíos la habían pasado a la habitación de Harry y ya no les mandaban a realizar ninguna tarea o les gritaban. Se comportaban como si los hermanos no ocuparan una silla más en su casa.

Los hermanos se quedaban en su habitación compartida, con sus nuevas lechuzas haciéndoles compañías. Por parte de Harry llamó a su lechuza blanca, Hedwig, nombre que encontró en Una Historia de la magia. Mientras Belladona llamó a la suya, Nix haciendo referencia a la diosa griega de la noche.

Ambos, Belladona y Harry habían estado comentando cómo fue su primera impresión del mundo mágico cuando fueron por el Callejón Diagon, y la impresión que tenían acerca de todo lo que compraron. Por la noche Harry leía hasta tarde el libro de historia de la magia, mientras Belladona hacía lo mismo con el libro de pociones, el cual a recomendación de Snape comenzó a leer.

El último día de agosto los hermanos pensaron que era mejor hablar con sus tíos para poder ir a la estación King Cross, al día siguiente.

-Espera –detuvo Harry a Belladona tomándola por el brazo y ella lo miró curiosa –Es mejor que les diga yo, ya sabes, para que en cualquier caso no tengas una pelea con ellos y ya sabes… -Harry señalo el cabello de su hermana haciendo referencia al cambio que provocaba lo cual hizo que ella rodara los ojos pero cediera

Los hermanos terminaron de bajar las escaleras y Harry se aclaró la garganta, para que supieran que estaba allí, y Dudley al apreciar a Belladona gritó y salió corriendo.

-Hum… ¿Tío Vernon?

Tío Vernon gruñó, para demostrar que lo escuchaba

-Hum… Necesitamos estar mañana en King Cross para…para

-Para ir a Hogwarts –terminó Belladona por su hermano ya que este tartamudeaba.

-¿Podría ser que nos lleves hasta allí?

Otro gruñido. Los hermanos interpretaron eso como un sí.

-Gracias –dijo Harry

Belladona pensó que era muy fácil el que accediera a llevarlos a la estación, por lo que mientras Harry comenzaba a subir las escaleras ella se quedó al pie de estas.

-Qué forma tan curiosa de ir a una escuela de magos, en tren ¿Las alfombras mágicas estarán pinchadas?

La única reacción de Belladona fue rodar los ojos mientras Harry no decía nada.

-¿Y dónde queda ese colegio, de todos modos?

-No lo sé

-En Escocia –dijo Belladona al mismo tiempo que Harry haciendo que se miraran por sus diferentes respuestas

-Ja, eso queda muy lejos de aquí, seguro les mintieron –se burló Vernon

-Bueno, eso no es problema suyo después de todo –dijo Belladona encogiéndose de hombros indiferente

Vernon ignoró lo que dijo Belladona y prosiguió diciendo –Bien, los llevaremos a King Cross. De todos modos, tenemos que ir a Londres mañana. Si no, no me molestaría.

-¿Por qué van a Londres? –preguntó Harry tratando de mantener el tono amistoso

-Llevaremos a Dudley al hospital –gruñó Vernon –Para que le puedan ayudar a su trauma en el que está por culpa de la monstruosidad que llamas hermana.

Ese comentario solo hizo que Harry entrecerrara los ojos ante su hermana con clara desaprobación, mientras ella sonreía orgullosa.

___***___

A la mañana siguiente, los chicos se levantaron a las cinco, tan emocionados e ilusionados que no pudieron volver a dormir.

Se levantaron y cada uno se puso sus jeans, no querían andar por la estación con sus túnicas de mago y bruja, ya se cambiarían en el tren. Belladona miró otra vez su lista de Hogwarts enumerando cada cosa y Harry verificaba que nada se quedara, luego cada uno se ocupó a sus respectivas lechuzas a sus jaulas.

Dos horas más tarde, los pesados baúles de ambos chicos estaban en el auto de los Dursley y tía Petunia hebía hecho que Dudley se sentara en la parte de la ventilla, al otro extremo de Belladona, para poder marcharse.

Llegaron a King Cross a las diez y media. Tío Vernon cogió dos carritos para los baúles y los llevó por la estación. Belladona pensó que era una rara amabilidad, hasta que tío Vernon se detuvo, mirando los andenes con una sonrisa perversa.

-Bueno, aquí están. Anden nueve, diez… Su andén debería estar en el medio, pero parece que aún no lo han construido, ¿no?

A la perspectiva de Harry tenía razón, pero Belladona iba con las instrucciones de Snape, así que no estaba tan preocupada.

-Que tengan un buen curso –dijo tío Vernon con una sonrisa aún más torva

Se marchó sin decir una palabra más. Los hermanos se volvieron y vieron que los Dursley se alejaban. Los tres se reían. Harry sintió la boca seca. ¿Qué harían? Ambos hermanos estaban llamando la atención debido a sus lechuzas.

-¿No crees que deberíamos preguntarle a un guarda para que nos ayude? –preguntó Harry a su hermana quien estaba viendo a los alrededores

-No es necesario, hermano, además no te entenderían y nos harían pasar por locos ¿Hagrid no te dio alguna explicación?–dijo ella volviéndose a Harry y este negó con la cabeza –Según lo que me dijo el profesor Snape, quien es el que me ayudo a comprar mis útiles, debemos atravesar los andenes nueve y diez –explicó –Aunque no me dijo si eso causaba algún efecto secundario, por lo que quiero revisar si hay alguna persona como nosotros para que pase de primero.



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En el texto hay: draco malfoy, slytherin, mortifagos

Editado: 20.04.2024

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