NARRADOR OMNISCIENTE
Estaba llorando... ese era el último recuerdo de ella y a Aiden le rompía el corazón ver lágrimas en sus ojos, ella era lo más cercano que tenía, sabía desde el primer momento que la vio que no era un sueño que la chica que lo acompañaba todas las noches en sus sueños era real, que en algún lugar del mundo ella lo esperaba, al inicio era renuente a conocerla, siquiera hablarle pero con el tiempo ella logro derivar sus barreras, poco a poco ansiaba verla todas las noches, sabía que ella pensaba que él no era real, que era producto de su imaginación, imaginaba como seria el día en que se vieran, la sorpresa que reflejaría su rostro al verlo, pero nada de eso sucedió, cuando la vio era más hermosa de lo que él había visto en sueños su cabello dorado y sus hermosos ojos azules que a la luz del sol reflejaban tonos verdes profundos como si a través de ellos pudiese ver su propia alma, tenía una contextura esbelta no más de 1.70 mt, al bajar su mirada se percató de su, túnica crema que la identificaba como aprendiz del caelum, aquello lo dejo desconcertado.
Nunca en todas sus platicas ella le había mencionado que fuera un oráculo , no habían mencionado la existencia de los daemonios ni nada relacionado, siempre imagino que sería un mundano cualquiera, nunca ni por un segundo pensó que sería un oráculo, aquel grupo de fanáticos, que en algún momento perdieron el rumbo y cambiar todo el sistema de creencias en Sansaar, eran pocos como el que podían acceder a esa privilegia información, pero se le prohibía decirlo
“Otra vez pensando en ella”
-hablas como si pensara en ella siempre – dijo Aiden
“¿y no es así? No entiendo porque les gusta complicar todo deberían decir las cosas de forma directa así uno se ahorra los malos entendidos”
-ella no me dijo que era un oráculo – le dije a Zarek mirándolo por fin, era mi daemonio ese enviado a guiarme en esta reencarnación, éramos pocos quienes podían diferencia la voz de su daemonio o de la suya propia y aun menos quienes podíamos verlo, o anclarlo de forma terrenal.
“ambos se ocultaron cosas o acaso tú le dijiste que eras un ultor”
Él tenía un punto pero no le daría el gusto de admitirlo, miro así delante y siguió caminando por fin después de casi un año, Aiden estaba parado frente a la Castra, el cual parecía una especie de castillo donde los reclutas entrenaban así como los aprendices ya que su paso por el lugar era obligatorio, estaba situado al pie de una montaña tenía balcones para que el las celebración o rituales el genikós pudiese ser visto al presidir alguna ceremonia, a los lados incrustado en la montaña habían edificaciones que servían de vivienda a los custodios en servicio que llegaban a la ciudad de forma esporádica, excepto los ultores, ellos tenían su propia residencia oculta para todos, la única razón para que su propia gente no le diera casa era un antigua ley que ni siquiera los del caelum pueden desobedecer, a su lado estaba zarek en forma de labrador, era conocido que los ultores siempre llegaban mascotas a todos sitios
-pensé que no llegabas –dijo yuki que había estado esperándome en la puerta - demoraste mucho saben que no me gusta entrar solo ahí
- ¿no te gustan tus hermanos de armas? – bromeo Aiden
Ella entrecerró los ojos, sabía que algo pasaba, aunque no supiera que, y sabía que él no lo diría, el no admitiría que se quedó mirando la torre de caelum preguntándose que estaría haciendo ella en ese momento, si no fuera porque Zarek y Dusa habían insistido que tenían que estar presente para el Xekinise, así que aquí estaban para reportar su presencia, tal como se les exigía
-mejor terminar pronto con esto – dijo yuki dirigiéndose hacia dentro
Todo era como lo recordaba muchos grupos de niños de diferentes edades entrenando en muchas salas, se dirigieron hacia la oficina de Dago quien era el encargado de asignar misiones a los custodios, aunque su autoridad no aplicaba a los ultores, tenian que reportar su llegada y partida de Sansaar.
-buenas tardes – dijo Aiden
- ¿nos extrañó? – pregunto yuki
-que hacen aquí no se esperaba su regreso
-decidimos unirnos a la fiesta- dijo Aiden paseando por la oficina mientras yuki se sentaba en una de las sillas frente al escritorio – hace mucho que no estamos en un Xekinise y queremos beber un poco
- ¿por qué? Saben que si hay algún nuevo recluta cosa poco probable se le llamara a Alfred Dukerwofl para su entrenamiento
-mmm... pensé que este era el hogar de todos nosotros, ¿acaso no somos bienvenidos? Pregunto yuki sintiéndose tan incomoda por estar ahí
- estamos en medio de un descanso y que mejor lugar para tomarlo que el hogar – informo Aiden – solo venimos a reportar nuestra llegada nos estamos viendo por ahí
Dijo este mientras se iba yuki se levantó de su silla diciendo adiós con la mano mientras desaparecían tras la puerta, Dago se quedó intranquilo, algo está sucediendo pero no podía entender que, el ataque de Beliar en la india hace una semana no era coincidencia y que ellos estuvieran ahí tampoco, había ido a consultar con el Caelum pero el Magister no había dicho que hubiese señales de que lago fuese a cambiar pronto, quería hablar con Xander y saber que paso pero este seguía inconsciente.