Belleza Peligrosa

♛1♛

Hace 14 años…

-¡es solo una niña!... ¡Y es tu hija!

-Esa bastarda y tú no obtendrán nada de mí, no te equivoques… solo mírate, me das asco. 

-¿Cómo? Pero aquella noche no dejabas de besarme y darme caricias… Esa noche no te di tanto asco ¿Verdad?

-Calla…

-¡No!, esa noche me dijiste que estabas enamorado de mi y que no valía la pena estar con tu esposa, que no te importaban las consecuencias ¿no es así?

Un silencio abismal inundó la casa, me mantenía en las penumbras de mi pequeña  y fría habitación, escuchando y viendo todo en una pequeña brecha de la puerta que daba a la sala/comedor. 

-Tienes que ayudarme lo quieras o no, no sé cómo harás pero te aseguro que si no me ayudas tu vida se irá a la ruina junto con la mía…

Decidí mantener mi distancia e irme a mi cama junto con mi muñeca de trapo que alguna vez encontré en un basurero. Aún podía oír sus voces.

- bien...-respondió mi padre luego de un rato- las ayudaré pero la llevarás a ese lugar, al menos será alguien que entre en la sociedad y no como la basura de su madre – luego de esas palabras un portazo sonó y quedó el silencio. 

Prefería mil veces el silencio.

Las lágrimas comenzaron a salir y junto con ello un nuevo ataque de ira de parte de mi madre. Tapas, ollas y sillas fueron arrojadas y rotas, al igual que los pocos  jarrones y vasos finos que podíamos vender… pero ahora ya no servían de nada. 

Los sollozos de mi madre se mezclaban con gritos de furia, la poca luz que entraba por la ventana de la habitación era lo único que me distraía y con ello la vista del hermoso castillo que sabía nunca pisaría ni aunque quisiera, desde ahí entendí que mi vida no era más que pasar sufrimiento. 

Toda la calma que había quedado fue interrumpida por un trueno que iluminó el cielo por segundos, avisando que una tormenta se avecinaba y con ello ya sabía lo que venía… pasar hambre y frío. 

 

Actualmente

Los truenos suenan y me hacen despertar en medio de una fuerte tormenta, tengo las mejillas empapadas y mis sábanas son un desastre al igual que mi pelo. El sueño que tuve sólo quebranta los muros que por tanto tiempo llevo construyendo y el hecho de que dentro de unas horas regresé al lugar donde no hay más que malos recuerdos y experiencias me hace pensar en que…

-¡Giselle!- abren la puerta abruptamente, Isis.- ¡levántate! La directora quiere que salgamos.

-¿en medio de una tormenta? Está loca…

-pues es eso o uno de los castigos de la directora y no nos conviene a unas horas de que partamos.- asiento, tiene razón, los castigos son peores que salir en medio de una tormenta. Isis es mi compañera en el internado, en el cual llevó gran parte de mi vida, no porque yo quisiera estar aquí. 

Tomó las primeras botas que veo y salgo en pijama junto con Isis, el sueño sigue en mi cabeza y me reitero que no es un sueño, es un recuerdo. Un recuerdo de lo miserable que hubiera sido mi vida si estuviera aún ahí, con mi madre. 

Cuando salgo la lluvia me empapa al instante, el frío recorre mi piel a través de la fina tela de mi camisón, camino y me dirijo a la fila que hay fuera del internado, en la parte trasera. La tormenta parece que no tiene intenciones de parar y cuando llego a la fila junto con los demás un balde de agua fría con hielo termina de congelarme más que la misma tormenta. 

-¡dije cinco minutos! ¡Ella es un ejemplo de lo que no deben hacer! ¡¿Entendido?!- todos responden con un casi en un susurro y- ¡¿Qué dijeron?!

-¡Entendido, directora!- responden todos mientras lucho por no lanzarme encima de ella y darle con el balde de metal que dejó en el suelo. 

-siempre atentos…- me susurra la directora.

Luego de ese pequeño recordatorio se dedica una hora entera a dejarnos debajo de la lluvia pasando un frío tan fuerte que tiemblo diciéndonos por milésima vez las reglas y objetivos que nos inculcaron desde que llegamos aquí, según ella nos da esta lección para hacernos meditar sobre nuestro futuro y deber en el castillo. No permite quejas o que alguno diga una mínima palabra pues le gusta el sonido de la lluvia y no quejas de niños llorones. Luego de la histórica y aburrida charla debajo de la tormenta nos deja ir a dormir. 

☪☪☪

El sol estaba en su mayor punto, se colaba por mi ventana cubriéndome por completo. Varias hojas y pétalos perdidos de los árboles chocaban con el vidrio, por fin estaba llegando la primavera, luego de pasar por la horrible tormenta de anoche. 

-Es una bella mañana aquí en Mount Green- habla Isis desde la puerta de mi cuarto- un día perfecto para tomar café, disfrutar de la naturaleza y ¡salir de la maldita cama de una vez por todas!- se acerca a zancadas a mi cama tomando un cojín, amenazando con golpearme- ¡te quiero lista en media hora!- lanza el cojín directo a mi cara y logró tomarlo antes de que se me estampe. 

-sabes que eso no funcionará- le recordé, con total calma. 

-lo sé, lo sé- dijo agitando sus brazos en el aire- la señorita reflejos, ugh qué envidia te tengo a veces- pongo los ojos en blanco mientras se recuesta en la cabecera en el lado vacío de mi cama. 

-pues ve sacando esa idea de tu cabeza- regreso mi vista hacia la ventana- no naci con este talento, conseguirlo fue una tortura- lo ultimo lo susurro más para mí, pero igual lo escucha.  

-¿Cuándo dejarás todo el misterio?- pregunta. Recuerdo el por qué de mi llegada aquí, según mi mamá para educarme adecuadamente, pero lo que ocultan aquí… no tiene ninguna relación con lo que han hecho conmigo y es que a pesar de que en el reino tienen tecnología, no es tan avanzada como para lo que quieren hacer, aparte de un gran descarado robo por parte de las familias grandes y ricas que lideran el reino. 



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En el texto hay: reinos, realeza, traicion guerra

Editado: 02.01.2024

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