Capítulo 2

Okey... ¿Qué hago ahora?

Lo más probable es que un troll esté tratando de gastarme una broma. Mientras más lo pienso y medito, más dudas me invaden y debido a eso decido no contestarle el mensaje.

Luego de leer el mensaje me quedo unos minutos mirando el techo de mi habitación y posterior a eso mi ventanal. Sin embargo, al cabo de poco tiempo no hallo nada más que hacer y procedo a mi roedor actuar. Pongo YouTube en mi laptop y escojo uno de los tantos vídeos de terror de Xodaaaa.

En sus tiempos fue muy popular, pero cuando comenzó a agregar otros tipos de contenidos perdió el interés de una parte de su público. Aunque eso no cambia el hecho de que lo admire y de que siga siendo el youtuber que más admiro junto a Ilonka y a German Gramendia.

Retomando el punto inicial, al cabo de unos cuantos videos dejo el computador a un lado y recuerdo mi día. Las lágrimas no tardan mucho en hacerse presentes y poco a poco siento el peso del dolor y de la carga que tengo que llevar sobre mis hombros.

Dicen que un adolescente no tiene tantas preocupaciones como un adulto, pero esa gente realmente no sabe lo que dice. Somo juzgados como alguien ya mayor cuando cometemos un error y miran en menos nuestros problemas excusándose con la típica frase "cuando seas adulto todo será peor".

¿Acaso ellos entenderán lo destructoras que llegan a ser esas palabras?

Cuando tenían nuestra edad sufrían lo mismo y cuando crecieron olvidaron el hecho de que infravaloraban sus inseguridades y esperaban la perfección en su actuar. Aún habiendo pasado por eso, igualmente se transformaron en el reflejo de sus padres...

No me malentiendan, mi padre me ha apoyado en muchas cosas y me ha enseñado a ser una gran persona. No obstante, eso no evita que de vez en cuando salga con una que otra frase donde comparaba mi situación con la que él tenía en sus tiempos.

Aunque debo reconocer todas las veces que me ha defendido cuando soy blanco de las burlas de los demás. Sin embargo, igual hay cosas que no quiero comentarle. Por ejemplo: lo horrible que es ser víctima de bullying.

De solo pensar en cada terrible experiencia, mi cuerpo tiembla con fuerza y se me anuda la garganta. Abro la boca intenta emitir algún ruido, pero no puedo. Sin embargo, una necesaria visita salta hacia mi cama y se recuesta sobre temblorosa mi pierna derecha; cosa que me calma.

— Gracias Nico.

Acaricio la cabeza de mi amigo perruno y luego le doy un beso en su frente. Este es el mejor compañero de apoyo que puede haber.

Retomando la idea principal. No importa que tan fuerte seas, esto te rompe desde adentro y te deja con un sin fin de complejos que te sigue durante un buen tiempo. Inclusive hasta ser adulto...

Seguiría sumida en mis pensamientos, pero mi teléfono comienza a sonar y la pantalla muestra que es la Alexa. Viendo mi estado actual rechazo la llamada. No quiero que me escuche toda gangosa y deprimida. Para mi desgracia insiste un buen rato, pero después me llega un mensaje de su parte en Skype.

Alexa: Contesta el celu me tienes preocupada.

Le contesto con un "Estoy ocupada, al rato te llamo", pero recibo otro mensaje más.

Evan Arriagada: Niñata, ¿Estás ahí?

Frunzo el ceño y hago una mueca con mis labios al leer lo otro. No por desagrado, sino que es más que nada por la sorpresa. Sin embargo, es tan grande la curiosidad me invade el cuerpo, que voy directo a google y pongo "Evan Arriagada" en el buscador. Me salen muchos tipos: un chileno con cara de rata, una página de belleza y un cantante español, seguro es el flaite po'. Me meto en el Facebook del cuma y una sola palabra explicaría lo que mi cerebro necesita...Cloro.

Salgo de este sacrilegio en contra de la humanidad para volver a YouTube y seguir viendo al Xodaaaa. La pantalla marca una llamada por Skype, es Victoria.

— Ash — Acepto la llamada — ¿Qué querí?

— Me amai' y por si acaso activa tu cámara.

Cuestiono si es una buena idea encenderla y luego de pensarlo bien meto una excusa para evitar que mi rostro sea visto. Aunque eso no evita que hablemos un buen rato y que después cortemos la llamada cuando el reloj marca las once de la noche.

— ¡MIERDA! — Bajo corriendo cual alma huye del diablo y dejo entrar a Nico — Lo siento bebe.

Luego de ver que estaba bien, me llevó hasta el primer piso y le abrí la puerta del patio antes de volver a mi habitación. Eso es un grave error debido al carácter que tiene mi compañero.

— Nico.

Puta, está enojado...

Me ignora en lo que come, después se va a mi dormitorio — Bah' barsuo' — Yo también subo y al llegar lo veo en mi silla colgante. Esas que son como una esfera partida con cojines y que cuelga del techo — ¡Partiste cascando a tu cama! — Me sigue ignorando este weón — Ya po', bájate — Visto... A la mierda.

Sabiendo que no me va a perdonar esta noche, me recuesto sobre mi cama y casi al instante me quedo dormida. No es mentira, el sueño me susurra al oído "Ven conmigo hija mía".

Al día siguiente me despierto por los besos de Nico — Buenos días pequeño monstruo, ¿Qué hora es? — Prendo el celular y me llevo un micro infarto al ver la pantalla, en blanco y en números muy grande sale "nueve y media".

— ¡Conchasumadre me quedé dormida!

— Ah, ya no fuí a clases — Sí, mi futuro brilla desde lejos...

Me vuelvo a tapar con el edredón de mi cama y me recuesto en forma de oruga. No sé, pero como que me siento vigilada.

Miro por la ventana y nada, luego miro en cada rincón de mi habitación y es lo mismo, sin embargo, cuando mi mirada se posa en la puerta, ¡Sorpresa! Mi papá está apoyado en el marco de esta.

— Hola.

¿Alguien vió Mulán?, si es así ¿Recuerdan la escena donde el dragón Mushu pone los tomates o manzanas (no logré distinguir que eran) en las flechas y pasa él general? Bueno, tengo la misma expresión en mi cara ahora.