Capítulo 5

Al llegar a mi hogar mi querido compañero perruno me recibe con esa calidez que cada persona merece, la pantalla del celular se enciende indicando que me llegó un mensaje, es de Evan...

Evan Arriagada: Muyaya, ¡Estás viva!

Neo Rossi: Obviamente, ¿Acaso me extrañabas?

Evan Arriagada: ¿Quién sabe?

Mierda, debo decir que ese tipo de respuesta no me la esperaba.

Neo Rossi: Exacto, ¿Quién sabe?

Evan Arriagada: :D

Más allá de esa parte, nuestra conversación no tiene relevancia alguna, simplemente hablamos de nuestros gustos, pasados y metas en la vida... Me alegra hablar con él, su alegría es contagiosa.

Las horas pasan y pasan, lo que se hace notar con el caer de la noche. La iluminación brindada por las luces empotradas del techo me permiten ver bien lo que hay a mi alrededor, acaricio la cabeza del Nico que se encuentra sobre mis piernas mientras sostengo el celular al lado de mi oído. Sorprendentemente sigo hablando con Evan, sus chistes no son los mejores pero su energía se contagia a través del parlante del celular; me llamó como hace una hora por Messenger y de ahí que no hemos dejado de hablar.

— A ver si entendí bien, ¿Te gusta Mägo de Oz? — Respondo con un simple sí — ¿Cuál es tu canción favorita?

— Quiero morirme en ti — Lo quiera o no, esa canción me hizo llorar mucho la primera vez que la oí, me fascinó su letra y el sonido de los instrumentos. Desde la primera vez que escuché a esa banda hasta el día de hoy, ha sido una gran influencia en mi vida, no podría pensar que sería de mí sin esta banda.

— Y dime niñata, ¿Cómo estuvo tu día? — Tenías que preguntar eso — Muyaya ¿Sigues ahí?

— ¡Ah! Sí, sigo aquí — Pongo mis dedos en el puente de mi nariz y cierro los ojos. Los recuerdos de este día, no son muy gratos para mí... "Mónica conchasumadre". 

Sus insultos ya ni siquiera me afectan, pero a otros niños del liceo sí. No quiero que se sientan de la misma forma que me han hecho sentir a mí un sin fin de veces, también le sumo las palabras de esa chica a mi lista de "como arruinarme el día".

Suelto un suspiro pesado y dejo que mi cabeza caiga hacia atrás para que descanse contra el respaldo del sillón, abro los ojos lentamente y una mueca se forma entre mis labios.

— ¡Neo responde! — El grito de Evan me devuelve a la realidad — Hostia tía, no me vuelvas a asustar así — Puedo oír que suelta unas cuantas maldiciones — Nombraste a una tal Mónica y luego te quedaste en total silencio — Puta, seguramente lo dije sin darme cuenta — Dime ¿Esa tía te ha hecho daño?

Aprieto la mandíbula y me quedo en total silencio, no me gusta tocar el tema de cómo me hacen bullying — ¿Neo? — Miro la pantalla del celular, tengo los ojos llenos de lágrimas y seguramente si intento hablar romperé en llanto, no deseo que nadie me escuche así.

— Lo siento, tengo que colgar — Corto la llamada sin esperar su respuesta y me echo a llorar sobre mi cama. Recuerdos de toda una vida caen sobre mis hombros, el pecho se me oprime y los sollozos no tardan en llegar.

Mi vida escolar es un asco, de no ser por mis amigos estaría completamente sola y rota en cualquier rincón del liceo, lo sé muy bien porque desde muy pequeña nadie me aceptaba, según ellos era porque yo era diferente...

Mi etapa de Kinder estuvo llena de burlas y risas, me explico, desde muy temprana edad presente una actitud muy particular según las parvularias, lo que con el tiempo causó que todo el mundo me aislara. Tenía ocho años cuando por primera vez me atrajo alguien, recuerdo que ella se llamaba Laura y éramos compañeras, su pelo era negro, sus ojos eran de un tono café oscuro y me superaba en estatura. Nos hicimos grandes amigas cuando ella se me acercó y comenzamos a hablar todos los días, pero no todo es felicidad eterna, al tiempo ella se enteró de que me sentía atraída, no diría que gustar, sé que es muy difícil de entender, pero para mí el "gustar" es mucho más fuerte que el sentirte atraído por alguien. Volviendo al tema, ella se aterró al saber que le gustaba a una niña, divulgó por todo el liceo un rumor diciendo que me hacía pasar por amiga de las niñas cuando me gustaban y quería besarlas todo el día, el bullying se hizo presente a los pocos días después...

Pasado mi horrible primer ciclo básico llegamos a quinto, aparecen mis tres ángeles de la guarda: Alexa, Victoria y el Camilo. A ellos les dio completamente igual lo que les dijeron sobre mí, la Alex se sentó a mi lado y la Victoria en la mesa de atrás junto al Cami. Cada vez que se les acercaba alguien para decirles que yo era una amenaza latente y que solo les miraba el trasero ellas ignoraban por completo y permanecieron a mi lado, me defendieron y yo a ellos. Desde ese momento nos hicimos inseparables, de hecho, nuestros padres se conocieron y se volvieron mejores amigos, ¿Son raras las vueltas de la vida no?

En segundo medio me volvió a atraer alguien, esta vez un chico. Nada podía ir mejor, hasta que la Mónica se entrometió y le dijo que solo me metía con él para acallar el rumor de que me gustaban las niñas. Traté y traté de explicarles que no era lesbiana, pero tampoco bisexual... No obtuve nada más que burlas y muchas humillaciones.