Beloved

Capítulo 7

He venido a casa junto a todo mi grupo para celebrar mi acto de valentía frente a todo el liceo, gran parte de nuestro camino lo recorremos cantando y haciendo puras estupideces.

— Neo — Mi amiga me detiene y señala hacia adelante... La bruja viene caminando en nuestra dirección, lo peor es que la puerta de entrada se encuentra a escasos metros de ella.

— ¡Neo Rossi! — Mantiene una mirada neutral en lo que se detiene en frente a mí.

— ¿Qué te trae aquí? — Suelto con suma indiferencia.

— ¿Así le hablas a tu madre? 

Miro a mis amigos y ellos asienten con la cabeza, poco a poco comienzan a retirarse para dejarme sola con la loca. Ambas nos quedamos de pie y en silencio sobre la acera, nos matamos con la mirada mientras que la gente a nuestro sigue circulando.

 — Sabía que no sería nada grato verte — Dice indiferentemente.

— ¡Que bueno! Al fin tenemos algo en común— La miro enojada, a esta señora no la quiero tener ni cerca — Mejor dime que te ha traído hasta aquí.

El cielo esta lleno de nubes de un tono gris muy oscuro, pareciera que va a llover. El viento golpea mi rostro y deja una sensación de frío en todo mi cuerpo, pero aún así no permito que mi cuerpo exprese nada frente a esa vieja bruja. 

— ¡Si te vas a comportar así mejor no te digo nada! — Ruedo los ojos y suelto un suspiro — ¡Respétame! — La loca me deja caer una bofetada con mucha fuerza — ¡Soy tu madre!

— ¡Yo no tengo madre! — Vocifero, siento como me arde la sangre y puedo escuchar mis propios latidos, es mucha la ira que siento en estos momentos.

— Reacciona Neo, ¿Crees que alguien siquiera te ve como una persona? — Intento no prestar atención a sus palabras, pero los sentimientos reprimidos de tantos años comienzan a hacerse notar — ¡Tienes un falla! ¡Y esa falla hace que todos te vean como un payaso!

— ¡Mientes! — Piso con fuerza y hago puño mis manos — ¡Tú eres la única persona que nunca pudo aceptarme! — Río amargamente y curvo una ceja — ¿Y te haces llamar madre?

— No es mi culpa si el producto viene defectuoso —  Enfatizando la palabra "defectuoso", entrecierra sus ojos y hace una mueca — Ni siquiera sabes si la gente está contigo por amor o lástima.

— ¡Ya cállate! — Grito con todas mis fuerzas y alzo mi mirada para demostrarle mi ira — ¡Me has hecho infeliz TODA mi vida! ¡Haz demostrado completo desinterés hacia mi persona! ¡Haz arruinado fechas tan importantes para mí sin que siquiera te afectara! — Me acerco hacia ella a paso lento, lo que por suerte logra hacer que retroceda — Me fallaste como madre y te comportas como una completa perra.

Se queda mirándome en silencio y con los ojos bien abiertos — ¿Sería mucho pedirte que desparezcas de mi vida? ¿Que jamás vuelvas a aparecerte frente a mí?

Abre su boca, pero luego la cierra y aprieta la correa de su cartera — Recuerda esto Neo — Camina hasta que quedamos hombro a hombro — A ti nadie te ama — Sin más, ella se retira y yo entro a mi casa dando portazo al cerrar. 

Me siento en el suelo y apoya mi espalda en la puerta, finalmente dejo que todas las lágrimas contenidas caigan. Me tiemblan los labios y poco a poco me dejo vencer entre un mar de llanto, llevo mis brazos hacia mis pantorrillas y escondo mi rostro entre mis piernas.

Doy un golpe a la pared y aprieto mis dientes — ¿Qué hice para merecer esto? — Dejo que mi cabeza contra la puerta y tomo una gran bocanada de aire.

Recuerdo su abandono, su falta de confianza y sobre todo su falta de querer. Deseé por tantos años que ella viniera a mí y fuera aquella madre que tanto anhelaba tener, pero el destino es cruel, he llorado tantas veces por su culpa que ya he perdido la cuenta.

¿Acaso ella nunca se ha detenido a pensar en el daño que me ha hecho estos dieciséis años?

Diciéndome cosas crueles en fechas tan importantes para mí que ahora detesto con mi alma. Son cicatrices que no importa cuantos años pasen, quizás mi mente las vaya olvidando, pero algo es seguro, no pienso perdonarla.

Lo siento, pero no voy seguir relatando como me la paso todo el día llorando y de como me quedé dormida entre sollozos y llanto...

 

A la mañana siguiente me levanto sin muchos ánimos, prácticamente no desayuno mucho debido a que sigo con un nudo en el estómago gracias a la discusión del día de ayer...

 Ahora me encuentro en el liceo en el primer recreo junto a la Alexa y la Victoria hablando. Lo bueno de detenerlas como amigas, es que apenas me vieron corrieron hacia a mí y se pasaron toda la hora de clases subiéndome los ánimos y haciéndome reír hasta el punto en que nos echaron de la sala.

— Igual que cuático amiga — Mientras mis dos amigas me mantienen abrazada llega una alumna de primero medio frente a nosotras.

— Oye ¿Tú eres Neo Rossi? — La miro con cara de pocos amigos, pero con la cabeza indico que sí — Te adoro — Prácticamente se abalanza sobre mí mientras me abraza.

— ¿Disculpa? — Le pregunto mientras me quito de encima a esta chica pulpo.

— Tú fuiste la que habló ayer frente a todo el liceo — De forma casi como si fuese narco, sacó su celular y lo desbloqueó mostrando un vídeo de Instagram ¡Esa soy yo el día de ayer! — Weona mi amiga y yo te adoramos, nadie jamás de los jamases se había atrevido a hacer algo así — Con su mano derecha llama a una niña que estaba mirándonos desde lejos.

— Mucho gusto, me llamo Paula — Le devuelvo el saludo con la mano mientras que reviso el nombre del valiente que subió el vídeo a internet... Camilo conchasumadre espera a que toquen campana.

— ¿Nosotras no vamos en el mismo curso? — Pregunto a la Paula y ella asiente con la cabeza — Te me hacías conocida.

<Riiing>

Justo a tiempo suena el timbre indicando el segundo bloque, osea, educación física. Con las chiquillas nos despedimos y fuimos raudamente a la sala para evitar que la profesora nos retara.




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