Beloved

Capítulo 8

— ¿Evan? — Escucho sollozos y un llanto ahogado — ¿Evan qué ocurre? — Me preocupa escucharlo así, pero no obtengo ninguna respuesta — Evan contéstame — La llamada se corta de la nada y eso solo me hace preocupar más — ¡Mierda!

Me da igual el resto del mundo, agarro una toalla y me envuelvo el cuerpo mientras le marco de vuelta. Apoyo mi espalda en las baldosas y sostengo el celular al lado de mi oído. Gracias al vapor y al calor que se generó dentro del baño mientras me duchaba, el suelo y las paredes se encuentran tibios y con una ligera capa de agua en su superficie.

Suelto un suspiro mientras escucho el pitido de la llamada...  Una, dos, tres veces vuelvo a marcar su número, pero no contesta. Recién a la quinta logro escuchar su voz — Neo no te preocupes, se marcó por accidente tu número — Tiene la voz gangosa y un tanto ronca, es evidente que algo le pasa.

— Evan escúchame, sé que algo te ocurre y no pienso dejarte hasta que me cuentes qué te pasó — Los sollozos vuelven a hacerse oír y eso define todo para mí. 

Abro la puerta del baño y me paso corriendo a  mi habitación. Busco dentro de mi armario mi ropa interior y un pijama para no pasar frío. Ya habiendo encontrado todo, dejo las prendas sobre la cama y  agarro los audífonos inalámbricos que tengo sobre mi cómoda, los activo para para ponerlos en mis oídos mientras batallo para colocarme el sujetador y las pantaletas a toda velocidad. 

— Neo — Solo dice mi nombre mientras escucho su llanto.

— Vamos, cuéntame qué ocurre — Suavizo mi tono de voz para hablar con él. 

Esbozo una sonrisa y una vez dentro del pijama, me siento sobre mi cama y activo la videollamada. Su cámara también se activa y puedo verle el rostro por primera vez, tiene los ojos hinchados y una expresión cansada en su rostro.

Todo su entorno se encuentra completamente a oscuras, lo único que me permite ver su rostro es la iluminación de su pantalla. Por suerte, mi habitación tiene los rayos de luna que se filtran por el ventanal. Acompañado por el brillo que tiene mi celular, forman una tenue iluminación que le permite ver mi rostro sin problema alguno.

Se nota que retiene el aire al verme también, pero después suelta un suspiro y luego sigue llorando, sus lágrimas caen por sus mejillas sin detenerse — No puedo más, no aguanto más — Es difícil querer apoyar a alguien y que esté lejos, deseo abrazarlo y confortarlo pero no puedo desde aquí — Neo no sé cómo resistir — Pasa su mano libre por su rostro, al cerrar sus ojos hace una mueca y muerde su labio inferior.

— Evan escúchame, en este poco tiempo he podido ver a un muchacho tierno y atento pero fuerte al mismo tiempo — Miro la cámara pensando que lo estoy mirando a él, pienso que lo tengo en frente — La vida está llena de luchas y si nos rendimos nadie continuara nuestro camino — Sus sollozos me distraen un poco, pero siento que puedo hacer más para apoyarlo — No puedes rendirte porque hay personas que te necesitan y que te quieren.

— Neo — Su expresión en su rostro muestra su dolor, a pesar de que intenta ocultármelo, puedo ver a través de sus acciones y expresiones.

— No sabes cuánto desearía poder estar ahí para abrazarte y secar esas lágrimas de tu cara — Sonrío como puedo, su llanto por fin comienza a cesar y veo que sus ojos comienzan a tener un brillo especial — Vamos muyayo, si te sirve de algo... No importa lo que pase, en qué situación y estado estés, yo siempre estaré ahí para ti.

— ¿Y si me caigo y no me puedo levantar? — Miro la pantalla antes de volver a ver la cámara, quiero ver sus gestos y el de ahora no es muy alentador. Su mirada baja y esa mueca en sus labios no le van para nada, lo quiero ver sonriendo. 

— Entonces tendré que volar hasta España para ir allí, abrazarte y ayudarte para que te pongas de pie y sigas caminando — Por primera vez lo veo sonreír y eso me alienta —Estoy aquí y no importa lo que pase, tú siempre podrás contar conmigo

— Entonces tendré que volar hasta España para ir allí, abrazarte y ayudarte para que te pongas de pie y sigas caminando — Por primera vez lo veo sonreír y eso me alienta —Estoy aquí y no importa lo que pase, tú siempre podrás contar conmigo.

— Neo — Esta vez llora al mismo tiempo que sonríe — Gracias, en serio gracias.

Luego de eso me quedo hablando con él para confortarlo, lo hago reír y suelto una que otra anécdota de mi día y él me contó el porqué estaba así hace rato. Resulta que su trabajo lo tiene agotado, por lo que me contó, no tiene privacidad y mucho menos tiene momentos para estar solo y detenerse para relajarse, su jefe lo presiona con los trabajos que saca y eso lo frustra. Sin embargo, me dice que mis palabras lo alientan y que digo lo correcto y lo que ha necesitado oír en mucho tiempo.

— Oye Evan siento tener que despedirnos — Veo que hace un puchero, pero eso solo me hace reír como idiota — Pero con la hora que es, siento que debes dormir algo... Te ves mejor descansado.

— Pero Neo — Le sonrío a la cámara con total dulzura — No necesito dormir ahora.

— Evan Connor Arriagada no te estoy preguntando, te estoy mandando a dormir — Me siento como mi papá cuando quiere que me vaya a acostar, que horror ¡Me siento vieja! — Además nuestra diferencia horaria es gigante, acá son las once y media de la noche.

— Acá no es tan tarde — Alzo una ceja y él ríe — Son las tres y treinta — Me ataco al escuchar esa hora, ¡Si trabajas nunca puedes acostarte tarde! — La noche aún es joven y no hay nada que pueda hacer que cambie de opinión.




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.