Capítulo 10

La llegada de un nuevo día a traído consigo la guerra de los bandos, al escuchar el despertador doy un salto fuera de mi cama y corro en dirección a mi armario para sacar el colgador en el que tengo mi traje.

Con una sonrisa en los labios me visto y procedo a ponerme un poco de maquillaje para darle un efecto aún más dramático a mi vestuario — Hoy es el día — Le sonrío a mi reflejo antes de caminar hacia el balcón de mi habitación para abrir sus puertas y dejar que entre la fría brisa.

Dando un golpe en mi pierna, el Nico alza la cabeza y se baja de la cama para caminar a mi lado, un pequeño ladrido es su manera de decirme que ya quiere bajar...

— El momento ha llegado joven padawan — Mi papá tiene el día libre y desde ayer anda diciendo que estaría encantado de llevarme al liceo — Pero antes unas fotos.

Niego con una sonrisa y me paro enfrente de la puerta de entrada, cambio muchas veces de pose y ángulo para que haya más variedad en las capturas — ¿Terminamos? — Pregunto al abrir la puerta y señalar el auto, cuando recibo una respuesta afirmativa me apresuro en entrar al vehículo y a colocarme el cinturón.

De camino al liceo observo el cielo, los arboles, a las personas que salen a trotar por las mañanas, entre muchos. Sin embargo, al llegar a mi mini carcel veo a todos los jedis frente al portón, están listos y formados con el estandarte en alto — Chao papá, que te vaya bien.

Al bajarme del auto veo a cierto chico de cabello y ojos oscuros acercarse a mí, con un apretón de manos nos saludamos y nos vamos con nuestro grupo — Estamos a una hora de que comiencen las clases y seguramente el liceo debe estar vacío, así que es momento para actuar —  Avanzamos como tropa, nos adentramos en las instalaciones en formación y en completo silencio. Como sospechaba, mi teoría era cierta, están los puros profesores y los de mantenimiento.

Aprovechamos la situación y vamos a paso firme y marcado por el ritmo que va marcando uno de nuestros compañeros, al llegar a nuestra sala comenzamos a mover todas nuestras cosas hacia nuestro lado. Agradezco que sigo quedando adelante, la única diferencia es que ahora estoy un puesto más al lado —¿Y si los sorprendemos? — Comenzamos a planear muchas cosas, pero decidimos algo.

Primero tenemos que prever que la mayoría del curso siempre llega a lo máximo quince minutos antes de que suene el timbre, así que decidimos que es mejor escondernos junto con nuestros bolsos y llegar cinco minutos después de que lleguen los Sith. Segundo, ayer por la noche decidimos hacer un tratado de división, ellos se quedan con el lado izquierdo del salón y nosotros con el derecho, ningún integrante de la fuerza enemiga tiene derecho a invadir territorio ajeno. Tercer y último punto, tenemos que ayudarnos con la prueba que se hará en este bloque porque debido a la guerra muchos no estudiaron.

Nos escondemos en la biblioteca durante el tiempo acordado, planeamos muchas tácticas defensivas y ofensivas, también vemos ideas para llegar a un tratado de paz. No buscamos pelea ni nada por el estilo, solo queremos divertirnos y pasar un buen día.

— ¡Que la fuerza los acompañe! — Gritamos cuando vemos que ya es tiempo de volver a la sala, un compañero pone un soundtrack Jedi en un parlante y comenzamos a caminar tranquilamente hasta llegar a nuestro destino. Pasamos entre una gran cantidad de alumnos por cada pasillo, chocamos con uno que otro inspector pero solo nos preguntan qué estamos haciendo y luego se van.

Al entrar vemos al bando Sith con la ropa del liceo, se ríen de nosotros, pero simplemente los miramos como si ellos fueran los payasos. Pocos minutos después escuchamos como algunos le dicen al da Vinci "Mira como tienen sus trajes" "se ven la raja y nosotros ni pelea podemos darles" "la cagaste con tu broma"

Sonrío complacida ante sus alegatos y dejo mi mirada fija hacia adelante, contengo la risa al ver lo que está escrito en nuestra pizarra, abajo sale la firma del da Vinci — da Vinci — Llamo la atención del enemigo y alzo mi pulgar — Te quedó bien hecho el dibujo, te felicito — En la pizarra está dibujada la tipa de "acompáñame a ver esta triste historia" con frase y todo, a su lado hay una rosa blanca dibujada en un pliego de cartulina que dice "Profe, déjenos esta rosa, necesitamos el milagro"

— Padawan — La Victoria se me queda mirando y luego yo observo a mi grupo, sin embargo, mi mirada se posa en cierta chica de melena roja con raíces negras — Deja de ver a la Alexa — La traición de nuestra amiga solo puede ser comparada con el cambio de actor en la segunda película de la "Máscara".

— Se nos fue la niña — La Mary llega a mi lado y apoya su brazo en mi hombro — ¿La atacamos?

— Si ellos no han sido hostiles con nosotros no tenemos por qué ser así con ellos — En ese momento vuela una bola de papel a mi cabeza — Nuestro camino no es el odio.

Me siento en mi lugar y justo en ese momento vemos al profesor de historia llegar — Buenos días, prepárense para la prueba — Al dejar nuestra desgracia sobre la mesa voltea a vernos, su silencio nos preocupa un poco, pero luego se nos acerca con una sonrisa y nos dice que es nuestro aliado, el profe es un Jedi. Cuando ve nuestro estandarte se alegra aún más.

— Profesor ¿Y la profe de lenguaje? — Pregunta uno de los Sith.

— Renunció a su trabajo — Todos nos miramos super felices y gritamos con alegría — Pero igual les voy a hacer la prueba — Cuando se voltea a ver la pizarra ve los dibujos — Es digno de ustedes — Sonrío y me quedo observando la obra de arte que se encuentra enfrente de mí, el dibujo, no el profesor.

Mientras tanto, nuestra agonía aparece en el momento que el hombre de mayor edad se pasea por la sala mientras comienza a dejar una prueba por cada puesto, yo sé muy bien que está disfrutando ver las caras de los chiquillos una vez que el papel toca su mesa. Sin embargo, cuando ya nos está dando la espalda para irse a su mesa, volteo a ver a mis amigos y todos asentimos. Comienzo a leer las preguntas y ver las alternativas mientras balanceo mis piernas, muevo mis dedos para indicar cuál es la respuesta que estoy dando, poniendo la mano en ciertas posiciones detrás de mi cabeza. Como si me estuviera tocando el pelo, paso cada alternativa y en el momento que llego al verdadero y falso dejo el lápiz arriba o abajo dando cuál es cuál.