Beloved

Capítulo 18

— ¡Llegó navidad! — ¿Qué hice para merecer esto?

Todos los Schäfer se han reunido para esta celebridad tan importante, trayendo comida, decoraciones y regalos entran uno a uno hasta que todos los sillones quedan llenos de gente. En total somos diez: dos abuelos, tres tíos, una tía, dos primos, mi papá y yo.

— Roth, deja esto bajo el árbol — Pobre enano, que viva lo que yo viví hasta hace algunos años. Siendo el menor de los tres primos está condenado a ser el niño de los mandados.

— Oye Blaz, ¿No le ayudas a tu hermano? — Interrogo mientras levanto una caja para ayudar al mini demonio.

— Para algo tiene manos — Alcanzo a mandarle una leve patada — Du schwachkopf.

— ¿Disculpa? Aquí el único imbécil eres tú — Estamos listos para pelear, pero mi abuelo se mete en medio y nos pone gorros y orejas de elfos.

Escuchando las risas de mi tía mi primo se quita los adornos, yo me los dejo porque me veo divina. Al cabo de unos minutos hay paz, el Blaz y yo volvemos a ser los mejores amigos del mundo, de hecho, nos sacamos una foto y para que la suba a mi Instagram.

Al publicar la dichosa foto, muchas de mis amigas le dan me gusta y comienzan a preguntarme en privado por la información del homúnculo que sale a mi lado, dicen que se ve muy adorable con las astas de Rodolfo y que me vienen las orejas y el gorro de ayudante de santa. Ambos nos usamos los sweaters navideños que nos entregaron nuestros abuelos.

Luego de ver unos cuantos comentarios me despego del celular y le ayudo al Roth con los regalos que deben ir debajo del árbol, ya terminado todo lo que tiene que ver con el living mi abuela y mi tía nos echan al patio para que no interfieran nuestras acciones sobre la comida.

— ¡Allá te va Neo! — No alcanzo ni a preguntar de qué hablan cuando una bola de nieve impacta en mi cara.

— Con que quieren jugar rudo — Corriendo de un lado a otro transformamos el exterior de la casa en un campo de batalla helado, incluso mi papá y mis tíos se unen a jugar con nosotros. No puedo contener la risa cuando veo a mi tío entrar a la casa con una bola de nieve y salir corriendo siendo perseguido por mi tía — Dios mío.

Me dejo caer sobre al suelo y comienzo a hacer un ángel nieve — Saluda Neo — Alzo la mirada y veo al Blaz con mi celular en sus manos.

— ¡Vuelve aquí weón! — Pido ayuda a mi familia y todos bombardean a mi primo hasta que lo vemos caer, al quitarle lo que es mío; veo que subió un video en mi Insta. Es donde está toda la familia en plena batalla, todos riéndonos y pasándola bien.

— No te mueres de hambre como camarógrafo — Le ayudo a levantarse, pero en ese momento ambos somos el blanco de la familia — ¡Corre! — A toda prisa entramos a la casa y nos escondemos en la cocina, que es donde está mi abuela.

Con una mirada nos evalúa y con movimiento de cabeza nos indica que quedarnos con ella siempre y cuando ayudemos a cocinar, aceptamos gustosos y nos ponemos manos a la obra. Como ella ya está haciendo el pavo relleno nosotros nos encargamos de todo el resto: la ensalada de papa, el Christstollen (pan de pascua), las Plätzchen (galletas con forma), Lebkuchen (todas galletas con jengibre, va incluida la casa) y las cosas para la cena.

Nos pasamos toda la tarde horneando y cocinando para la noche, cuando ya casi es hora me voy a mi habitación para ir por el sweater que tuve que quitarme obligada antes de salir a la nieve. Lo complemento con un pantalón negro pitillo, unos botines cafés y unas calcetas largas de lana que van sobre el botín — Me veo di-vi-na, y quien diga lo contrario es pura envidia.

Mi celular comienza a vibrar y a sonar "Where do I Go" de Anna blue — ¿Aló?

— Neo — Alejo el celular de mi oído y reviso fugazmente el nombre de quien me llama.

— Evan — Escucho como suspira y como queda en silencio — Si quieres puedo cortar la llamada.

— No, no, no, no — Espero que comience a hablar pronto — Quería hablar contigo y pedirte disculpas por lo del otro día — Carraspea un poco la garganta y continúa — Digo, lo que menos deseo es pasar la navidad peleado contigo.

Miro al Nicolás y le pregunta qué opina, desde su comodidad sobre su cama se me queda mirando hasta que le dan los taldos sobre esta — Te perdono y yo también siento haber sido tan hiriente contigo.

No sé cómo cresta lo logra, pero pasamos de una llamada rápida a una un tanto más larga, supongo que sus conversaciones son lo suficientemente envolventes como para mantenerme entretenida un tiempito.

— ¡Neo! ¡Baja que ya es hora de cenar! — Gritan desde el primer piso.

— Adiós Evan, besos — Apenas él se despide corto la llamada y bajo hecha un rayo.

Mi primo me dice que lo fea no se me quita con el maquillaje, pero como dije antes "quien diga lo contrario es pura envidia"

La familia pasa al comedor y damos gracias antes de comer, mi primo y yo nos llevamos varios cumplidos por parte de los adultos. Mi abuelo toca el tema de mi cumpleaños, dice que tiene mi regalo guardado; mis tíos siguen su ejemplo y uno a uno los traen con sus coloridos y hermosos envoltorios.

Agradezco a mi familia y los dejo a mi costado para continuar con la cena navideña, después de todo hoy es el cumpleaños del niño dios.

Mi cumpleaños cae el veinticuatro de Noviembre, ideal si estás en América del sur porque te toca primavera, pero si eres como yo y viajas siempre para esas fechas; te llevas todo el frío de Europa.

Regresando al tema, terminada la cena nos vamos al living a cantar villancicos y a disfrutar en familia, por temas de que aún hay alguien que cree en Nikolaus (Papá Noel) tenemos que ir a acostarnos antes de que el reloj marque las once y media. Si preguntan por los regalos que dejamos bajo el árbol hace unas horas, son para Weihnachtsmann (hombre de navidad, viejo pascuero, Santa Claus o como lo llamen en tu país). Dejamos unos presentes, un vaso con leche y galletas; los regalos son para mis abuelos, la leche para Blaz y las galletas para mí.




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