Bestias. El renacimiento de la raza

Capitulo 4

Capital de Mileria

"¿Qué haces aquí? ¿No se suponía que debías estar en la recepción de compromiso?"

"Me dará tiempo, padre."

"Ni siquiera te has arreglado después del viaje. No es correcto hacer esperar a tu prometida en un día como hoy."

"No soy muy adepto a estas formalidades. Balía quiere una fiesta, que la disfrute. Llegaré tarde, no es gran cosa."

Balía es la prometida del emperador, hija de uno de los personajes más influyentes del reino. Rinán ha conocido a Balía desde la infancia; compartieron los mismos tutores, y sus padres son amigos cercanos. La unión es necesaria para el emperador por razones prácticas. Balía asumirá las funciones sociales, ya que Rinán detesta los bailes, las recepciones y las conversaciones formales, a diferencia de su hermana y su hermano menor.

"Padre, ¿recibiste mi mensaje? Veo por tu cara que sí. ¿Alguna vez te encontraste con criaturas aladas?"

"Rinán, es una cuestión seria. Ahora no es momento para hablar de ello; lo discutiremos después de la recepción. Al menos, haz acto de presencia por cortesía, y luego ven. Será una conversación larga. Ah, y trae a tu tío; también le concierne."

A pesar de no tener deseos de asistir a la recepción, Rinán siguió el consejo de su padre. Iba apurado, pero sus pensamientos estaban lejos de la celebración.

Sin darse cuenta, se encontró con un obstáculo en su camino al salón de baile y perdió el equilibrio.

"¡Suéltame, tonto! ¡Me estás asfixiando!"

El "obstáculo" tenía voz femenina y exigente.

"Mis disculpas, milady."

Rinán se levantó de golpe y ayudó a la joven a incorporarse. Su apariencia le resultó cautivadora, con un cabello inusualmente blanco y unos ojos de un verde esmeralda que parecían chispas de enojo. La joven siguió su camino rápidamente y se perdió entre los invitados.

"Rinán, querido, ¡aquí estás! Me preocupaba que hubieras cambiado de opinión."

Balía, junto con la hermana de Rinán, se acercaron al emperador.

"Es hora de saludar a nuestros invitados. Tu tío ha llegado, acompañado de sus hijos."

Rinán siguió a su prometida. No había visto a su tío desde el doble funeral de su madre y la esposa de su tío, que murieron el mismo día.

"Hermano, déjame presentarte a nuestros primos."

Koto apareció inesperadamente frente al emperador, acompañado de varios hombres y de aquella joven que le había lanzado una mirada tan furiosa hace un momento.

"Vaya. Hermana."

Rinán sonrió al ver cómo Snezka se sonrojaba.

"Sobrino, Balía, reciban mis felicitaciones de parte de mí y de mi familia."

Su tío estaba detrás de sus hijos, así que Rinán no lo notó de inmediato.

"Gracias, nos alegra su presencia. Relájense y disfruten de los bailes y las bebidas."

Balía jaló a su prometido para llevarlo a bailar, molesta por las miradas que Rinán y Snezka habían intercambiado.

"Ambos mestizos están aquí. Excelente."

Podir e Imer esperaban encontrar a una mestiza en el evento, pero la suerte les había sonreído. Era el momento de actuar.




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