Besties Perfectas

05

JENNIFER

DOS SEMANAS DESPUÉS

—Hermanito, vamos al parque de diversiones, ¿Recuerdas? Como en los viejos tiempos —Mientras lo halo de la manga de su camisa como si él fuera mi padre y yo su hija, aunque se niega porque dice que son cosas de niños y él está en su día libre no para ese tipo de cosas, finalmente logró convencerlo y terminamos en un parque de diversiones yo le señalo el carrusel es que de verdad parezco una nena.

—De verdad que eres bien especial, a la edad que tienes y quieres subir a esa cosa, ¿qué edad tienes? ¿Siete años? — Él me pone cara de horror: es que sea vuelto un amargado, así que no puedo subirme. Además, que el chico de la boletería me queda mirando raro, ya lo oigo pensando.

—Está gorda, se cree que pesa pluma, me va a romper los caballitos del carrusel, debe saber cuál es su lugar, ni piense que la dejaré subirse.

El que pueda pensar así no es ninguna novedad, muchas veces me ha pasado, no es tu talla, te queda muy pequeño, no es apto para tu peso y un montón de cosas así la verdad han sido tantas veces que a veces lo extraño sería que no lo hicieron el único lugar donde no me sentía menos era en las pasarelas, en las pruebas de vestuario ahí me sentí como pez en el agua, pero tengo que aceptar mi nueva realidad, por ratos pienso que regresar no ha sido buena idea, después de todo aquí empezó todo.

—No, ese, el que estás detrás del disco giratorio, a ese me refiero, cómo se te ocurre que quería ir a ese lugar.

Estamos caminando hacia allá y lo tomo del brazo cuando dos chicas todas escuálidas desabridas, porque eso son en realidad no tienen gracia o una pisca de grasa en sus esqueléticos cuerpos, una es morena de tés oscura cabello muy largo y negro y la otra es una rubia con su plata porque esas raíces negras hijita te falta un buen retoque y cambiar de número de caja el tinte que se ve estilo paja, parecieran que leyeran mi mente que me observan de arriba abajo como diciendo que se cree esta.

—Owen, ¿quién es esta tipa? Y ¿qué haces con ella del brazo? Necesito una explicación, dudo que alguna vez me pienses cambiar por este cebo de grasa— Esperen. ¿Acaba de decir lo que creo que ha dicho? Mi hermanito, ahora sí está furioso. Supongo que no sabe y no tiene idea quién soy yo, no sabía cómo reaccionar, pero mi hermanito es el hombre más Cortés y valioso que conozco, un caballero intachable y sé que me defenderá.

—Mira Susanita — y se cruza los brazos haciendo que sus músculos se noten más, ya que trae camisa de mangas cortas, ahora es él quien la mira de arriba a abajo, tuche perra, ese es mi hermanito caray.

» Primero nada deja de hablar estupideces, cuando hables de mi hermana lávate el agua con cloro si es preciso, ella es la mujer de mi vida, es la chica más hermosa y valiosa que conozco, a la que adoro y, en segundo lugar —Le dice algo al oído que no logro escuchar bien por el bullicio de la gente, pero ella si sabe de lo que está hablando lo digo por el color que sus mejillas han tomado,

—Pero Owen pensé que — La rubia desabrida quiere llorar, yo observo hacia todos lados porque estamos haciendo una escena y la gente nos queda mirando. Se supone que yo vine a este pueblo a pasar desapercibida, como siempre lo he sido.

—Nunca más te atrevas a ofenderla este o no este yo cerca, a partir de hoy haz de cuenta que no existo para ti y deja de andar rogándome que ya no me interesas — Me toma de la mano y me jala de ese lugar y como yo estoy modo nena creo que es el ambiente normalmente no soy así, giro mi rostro me despido con la mano y saco la lengua, pero ahora que las vuelvo a ver, puedo ver quiénes eran,

—Hay, la gordita está llorando. ¿Quieres correr con tu mami? Es cierto, no tienes.

—Ya basta dejen de molestarme y como mi madre no se metan — saqué garras de donde no pensé que tenía y me le iba a ir encima cuando dos tipas más que son Susana y Melanie las hermanas menores de él me toman de los brazos mientras Scott arroja el contenido de la lata de soda sobre mi cabeza, soy una estúpida que lo único que sabe es llorar como en este momento y ellos disfrutando de mi llanto

Estoy sumergida en mis recuerdos cuando siento que mi hermano se detiene alzo la mirada y lo que mis ojos ven no lo pueden creer, mi cerebro no termina de procesar son tres tipos muy fornidos casi como mi hermano, uno de ellos parece una zanahoria por su cabello corto, pero evidentemente naranja, el otro es un hombre blanco parece algo mayor que mi hermano con barba algo tupida acompañado de unos bonitos ojos claros que hacen contrate con el tono de su piel y finalmente quien hace que mis pulmones demore en entrar el aire es un moreno hermoso, con una piel tan oscura que me le da un no sé qué, es como un chocolatito que dan ganas de comer poco a poco, tengo que golpearme mentalmente por pensar de esta manera, es que ese hombre hay algo en el que no me deja procesar bien las ideas o que suenen congruentes entre ellas, sus ojos se posan en mí y me sonrojan de manera extraña, pero me sonrojo aún más cuando escucho

—Owen, hermano, ven — Y levanta la mano. Con eso se terminan de despejar las dudas de que se trata de mi hermano Owen a quien miraba, sus otros amigos empiezan a cuchichear entre ellos, temo que es lo mismo de siempre.

—¡Hey tarado! Y ese milagro que Pilar te soltó la correa de Jordán no me sorprende, pero ¿tú, Brandon? — Cuando la voz de aquel hombre que sin oírlo ha puesto de cabeza mis pensamientos, es como un imán, no dejo de observarlo por el rabillo del ojo según yo de manera discreta y disimulada.



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En el texto hay: secretos, amor

Editado: 28.09.2024

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