Besties Perfectas

07

JENNIFER

Ver el rostro enojado de mi hermano, me hace regresar a esa época en cuando éramos adolescentes y trataba de defenderme de los amigos de ella que lo arrojaban al suelo y pisaban sus lentes, mientras que Britany se reía de él, jamás pensé volver a tener que tenerla cerca, ella es esa parte de mi vida que quisiera olvidar, ella es ese recordatorio que no sirvo para nada, solo para hacer pasar vergüenza a los demás Britany Deluxe es mi pesadilla viviente.

—Cálmate, Owen, no dejemos que ella nos afecte como en el pasado, ya somos adultos, tú has cambiado y yo también — Esas palabras ni yo misma me las creo, ¿cómo estar como si no hubiera pasado nada?, ¿Cómo verla y no recordar los momentos de humillación y desprecio? Solo porque mi cuerpo no es como el de ellas, porque ni la mayoría lo son, en el mundo de modelaje de parte del coach que teníamos nos decía

—El mundo real no tiene mujeres de tallas mal llamadas perfectas, el mundo tiene mujeres como ustedes. Sus curvas son el futuro, sus curvas son su mejor arma. El futuro les da el poder de tener el mundo en sus manos y a sus pies; ustedes son parte de ese futuro y lo van a dominar.

—¿Cómo puedes pretender que esté como si nada? Esa mujer hizo nuestra vida de cuadrados, te humilló muchas veces y no puedes pretender que no haga nada. Esa lagartija me va a escuchar, te lo aseguro. Si se cree que somos los mismos, les voy a demostrar que con los Reynolds no son el juego de nadie.

Lo jalo de la camisa, para evitar que haga una locura, y está decidido a enfrentarla. Owen es mi hermano menor, pero en realidad es mi ejemplo a seguir. Yo no sería capaz de enfrentarla como él pretende, no tengo ese valor y ¡juro por Dios que lo necesito en estos momentos! Las piernas me tiemblan cuando veo a mi hermano caminar hacia ella y a la fuerza tengo que seguirlo.

—¿Qué pretendes regresando al pueblo, lagartija? — La mirada que mi hermano y ella se lanzan es extraña, la lagartija, como él le dice, se ha quedado estática, como si mi hermano fuera una aparición o un espectro.

—¿Lagartija? Disculpa, quién te ha dado el derecho de ponerme un sobrenombre tan espantoso. ¿Quién eres y quién te crees? — ¿Un nombre tan espantoso? Si yo pudiera contar lo que ella y sus amigos me pusieron, me faltarían dedos. Juro que su voz, su maldita voz, esa voz fue mi pesadilla por años. No sé de dónde saco fuerzas, pero no haré como si no fuera nada.

—¡A mi hermano no le hablas así! Él tiene todo el derecho de hablarte como él quiera. Después de todos los cuatro ojos, Reynolds ya creció y no se va a quedar callado, ni él ni yo. — Cuando se lo digo, yo misma no me lo creo, ¿fue real? ¿Yo le grité a Britany Deluxe?

—Mi hermana tiene razón, hola, lagartija, soy los cuatro ojos Reynolds. ¿Si te acuerdas de mi verdad?

Ella no se lo puede creer, se tapa la boca con ambas manos, para luego quitarlas y veo cómo presiona sus labios hasta enrojecerlos. No entiendo por qué lo hace, la Britany que yo conocí.

—No diré nada al respecto, solo diré que quiero hablar de negocios con tu hermana. — ¿Negocios conmigo? A esta, ¿qué bicho le pica? Creo que estoy soñando y mi pesadilla ahora me habla a mí.

—¿Negocios dices? Yo no tengo nada que hablar de negocios y mucho menos contigo. ¿De qué negocios hablarías con el tanque Reynolds? — Y cruzo los brazos y alzo la ceja, mis senos se ven más prominentes haciendo que un par de tipos me miren con lasciva y eso no pasa desapercibido para mi hermano.

—¿Qué diablos miran a mi hermana idiotas? —Quiero reír de lo graciosa que se ve la escena, parece papá señalando con el dedo, solo le faltó decir “Jovencitos”, como cuando tiraban huevos en nuestras ventanas.

—Necesito hablar con tu hermana y con tus gritos de cavernícola no me dejas — Yo solo observo cómo le cuesta decir cada palabra que sale de su boca. Nunca pensé que haría algo como esto, pareciera que ahora es ella la que necesita de mí.

—Disculpa, pero nadie quiere hablar de negocios contigo y si me permites vine a pasear con mi hermano y no a perder el tiempo con tonterías como las que salen de tu boca.

Mi hermano explota en risa y toma de su brazo, y caminamos dejándola con la boca abierta y empieza a zapatear. Qué grita, no sé y prefiero no prestarle atención, solo veo que Marcela la toma de los brazos tratando de contenerla. Yo solo me siento incrédula de mi propia fuerza al hablarle cómo le hablé. Cuando nos hemos alejado varios metros y la multitud nos rodea, es que mi hermano me toma de los hombros y me mira a los ojos.

—Estoy orgulloso de ti, hermana, siempre quise que un día como hoy llegaría, te enfrentaste a ella y no le tuviste miedo.

Eso es lo que le piensa, pero de verdad que estaba aterrada. Toda mi adolescencia viví temiéndole, viví creyendo todas esas palabras ofensivas que me decía, nunca me creí lo suficiente valiente para un día decir ¡Basta! Y aunque ese día fue hoy después de todo, no me siento del todo bien como siempre creí.

—Si tú lo dices, vamos a dar una vuelta y nos vamos a casa, no tengo ganas de estar en el mismo espacio que ella. —Es la verdad, por fuera fui una fiera, pero por dentro temblaba como gelatina.

—Pero Jennifer.

—Pero nada, Owen. ¡Me quiero ir! — De un momento a otro estoy alzando la voz y me muero de la vergüenza, seguido de un pequeño mareo que espero que mi hermano no haya visto.



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En el texto hay: secretos, amor

Editado: 28.09.2024

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