Besties Perfectas

18

BRITANY

Es imposible lo que ella me está loca, me está pidiendo, no me puede pedir que sea ¡SU EMPLEADA! Definitivamente, la grasa se le subió al cerebro, como va a creer que una Deluxe va a ser su empleada. Aquí las escopetas le tiran a los patos, no al revés. Está loca si llega a creer algo como eso, pero tampoco puedo dejar que ese imbécil se quede lo que es mi y además voy a demostrarle a mi padre que cuando quiero algo lo consigo a cualquier costo.

Me voy a levantar de esto padre, y más vale que tengas listo ese cheque porque Britany Deluxe no se da por vencida. Primero, muerta que derrotada, seguramente piensas que por mi empresa no haré lo que sea, pero te voy a demostrar con hechos lo que yo puedo hacer.

Mi cabeza da vueltas, siento que mi mente está divagando entre recuerdos, esas palabras salieron de mi boca, no puedo darme por vencida, la palabra derrota no está en mi vocabulario, si para que mi mundo vuelva a ser el mismo tengo que hacer sacrificios lo haré, aunque este me termine provocando ataques de ansiedad, sufro ataques de esos contadas veces, pero es real y hoy es uno de esos, siento mi respiración y mis latidos de manera errática, siento que todo me da vueltas de pronto siento que unos brazos me rodean palmoteando mi espalda, su colonia junto con los susurros en mi oído me van calmando poco a poco, no sé cuantos minutos han pasado, pero mi respiración se va regularizando, sé que el contacto humano en estos casos como un abrazo muchas veces calman más que la medicina, solo atinó a decir un tímido, gracias que casi suena como un murmullo.

—¡Justin, hermano, ¿por qué la abrazas?! —dijo. ¿Justin? Me aparto de él y de verdad es él, pero ¿por qué? Ni siquiera me di cuenta en qué momento se acercó a mí o porque lo hizo.

—Es mi deber, fuera de lo mala persona que para mí ella sea. Soy un oficial de la ley e hice un juramento, ella estaba sufriendo un ataque de ansiedad. — Me aparto como si su toque me ardiera y me causara alguna alergia, no me gustó sentir que él pudiera calmarme de esa forma.

—¿Puedes soltarme? Ya me calmé —es que aún tenía sus manos sobre mi espalda. Cuando se dio cuenta, vi por un momento como si se lo hubieran sorprendido infraganti.

—Jennifer, ¿acaso sigues con esa loca y descabellada idea? Te lo advertí, Britany aléjate de mi hermana y mira lo que provocas. — Ahora paso a enojo en su mirada, no lo entiendo, primero me ayuda, ahora me ataca, hombres después dicen que las mujeres somos las complejas.

—Bueno, Deluxe te hice una pregunta, pero piensa bien tu respuesta y todo lo que implica, a penas digas si entrará en vigencia el acuerdo y tus obligaciones.

—¡No lo hagas, Jennifer! Mientras más alejada estés de esa mujer mejor para todos —porque dijo para todos, si yo a él no le he hecho nada. ¡Maldición está pisando mi rosa! ¿Quién se cree que es?

—¡Aléjate de mí, rosa, Owen! — Trato de empujarlo a lo que le muy enojado, saca su pie de mi rosa, la veo aplastada y se me ocurren algunas cosas, tomo mi móvil y hago algunos trazos en borrador en la aplicación de diseño que tengo en mi móvil. Parezco demente, pero no sé esto. Me ayuda a calmarme también, aunque mi vida pueda cambiar con dos letras.

—Seguramente le estás escribiendo a algún incauto que tengas como noviecito, el que te regalo la rosa, ese hombre es un tonto que seguro ha sido engañado por tu apariencia cuando por dentro tienes el alma negra, tú no mereces que te amen Britany no lo mereces, deberías vivir sola toda tu vida y solo así pagar el mal que le has hecho al mundo — ¿Por qué? Nadie merece que le deseen algo como eso.

—Si sigues así, te aseguro que morirás sola, triste con un montón de gatos. Hoy amanecí de buen humor, así que un consejo te doy: deberías comprar un vibrador que hasta virgen te quedaras. Nadie te va a amar, Jennifer, nadie, ¿entiendes?

Yo hice lo mismo hace un tiempo, pero fue hace años, cuando ni en mis peores pesadillas me veía pidiéndole un favor, ni eso justifica que él me diga eso.

—¡Owen, basta! — Ella le reclama, pero él no quiere callarse, no le importa que haya gente alrededor, él solo quiere sacar esa ira inexplicable que siente hacia mí.

—¡No! Ella debe entender que cuando las personas hacen tanto daño no merecen ser felices, no mereces el corazón de ningún hombre, deberías quedarte sola toda tu vida y así pagarías un poco todo el daño que has hecho. Hiciste llorar a mi hermana tantas veces, la humillaste y a mí.

—¡Basta, ¡Owen, me estás avergonzando! — Mientras lo sujeta del brazo para que se calle, y ahí es que se da cuenta de que hay un círculo de chismosas como espectadoras, y yo, incrédula de lo que acabo de oír ¡Será cierto que no merezco que me amen! ¿Tengo el alma tan negra que merezco sufrir? ¿No sufrí ya con la muerte de mi madre, no sufrí ya perdiendo lo que tanto deseo, no sufrí ya suficiente?

—Lo siento, hermana, no debí — Yo estoy como en blanco, analizando cada palabra, cada mirada de amargura. Puedo admitir que no hice las cosas bien, no debería afectarme sus palabras, pero no puedo evitarlo. Siento como si mi corazón se hubiera vuelto a romper, pero ¿por qué? Él no es importante en mi vida, no comparto ningún sentimiento hacia el cómo para que sus agravios me ofendan.

—Acepto tu trato — Tal vez debí pensarlo mejor, pero necesito volver a mi realidad a mi mundo, necesito volver a ser la arpía, la inquebrantable Britany Deluxe y eso solo conseguiré si recupero mi agencia y mi vida, padeceré a manos de esa mujer, que seguramente espero años por un momento como este, pero por recuperar vida soy capaz de vender mi alma al diablo y esto es prácticamente eso, vender mi alma por mi empresa.



#1151 en Novela romántica
#400 en Chick lit
#384 en Otros
#142 en Humor

En el texto hay: secretos, amor

Editado: 28.09.2024

Añadir a la biblioteca


Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.